7. La puerta Zeta (V)

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-Alexander; la persona más desquiciada y peligrosa que conocí, y es el fundador de lo que actualmente es conocido como la nación oscura.

*****

Rex ingresó a la celda y se dejó caer en la cama de su ex compañero de taller, estar mucho tiempo de pie escuchando a Zeta resultaba agotador a la larga, Samantha y Anna lo emularon, sin embargo el presidente siguió erguido de pie frente a Zeta, escuchando con atención cada palabra.

-Entonces, estuviste un tiempo en ese grupo que te rescato y luego ¿te uniste a la nación oscura? -preguntó Sam.

Zeta hizo sonar los huesos de su cuello. -No, nunca me uní a esa asquerosa nación.

- ¿Qué pasó con tus padres? -Preguntó Rex-. ¿Volviste a buscarlos?

-Sí, lo hice -respondió Zeta sin ánimos.

Anna hizo un gesto con las manos que Sam tradujo. -"¿Porque te separaste de ese grupo?"

-No lo acribillen a preguntas -interrumpió Max-. Dejemos que él nos cuente todo lo que tenga para decir. Confío que nos dirás solo lo que sea pertinente escuchar.

Zeta asintió y repitió en voz baja. - ¿Lo pertinente eh? -subió la mirada cruzándose con los ojos de Max, una mirada fría y cristalizada delataba que lo que contaría no iba a ser nada agradable-. Está bien, luego de hablar con Elías y que decidiera dejarme quedarme con ellos, pasé alrededor de tres días metido dentro de una cama reposando mientras el resto contribuía con el grupo. Me sentía un poco aislado, pero por suerte Lara me acompañaba de vez en cuando.

-¿Así que te acompañaba? -dijo Sam torciendo el labio y desviando la mirada.

Zeta ignoró el comentario sin siquiera mirar a la oji verde, sus ojos se hallaban perdidos en un punto fijo en el suelo, recordando aquella vez...

-Cuando todas mis heridas sanaron y me encontraba en forma fue cuando Roni me llamó, y recibí un entrenamiento, él me enseñó a disparar.

*****

-¡Bueno, bueno, mira nada más!, Junior eres jodidamente bueno con las pistolas -lo felicitó Roni mientras recargaba bala por bala su cargador-. Has aprendido rápido. ¿Ya habías disparado anteriormente?

Junior observaba a lo lejos como un zombie caía desplomado al suelo. -Pues sí, varias veces con mi padre cuando era pequeño, pero admito que nunca había tirado desde una terraza hacia la calle, casi siempre íbamos a lugares descampados. Y esto de los silenciadores es genial.

- ¡Ah! tu padre, no me hablas mucho de él, ¿Era policía?

-Nunca preguntaste, era oficial militar, estaba a pocos años de retirarse y vivir una vida cómoda en casa.

-Entiendo, ¿Y tu madre?

-Mi madre era chef en un restaurante de la ciudad -respondió mientras apuntaba con su arma otro zombi-. Aunque lo malo era que trabajaba mucho fuera y en casa nunca tenía ganas de cocinar -dijo riendo, mientras efectuaba nuevamente otro disparo-. Pero cuando tenía tiempo siempre nos hacía comidas exquisitas.

Roni notaba que al joven no le inmutaba hablar de sus padres, una actitud rara dado las circunstancias. -¿Confías que estén vivos?

Junior sonrió confiado -Si, estoy seguro que siguen vivos, es decir, mi padre es muy bueno en su trabajo, seguro están en casa refugiados esperándome.

Roni arqueó una ceja. - ¿Y si eso no llega a ser así?

Otro disparo, justo en la cabeza de otro zombi. -No te preocupes, será así.

Z El Señor De Los Zombis (Libro I) Versión ClásicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora