6. Acuerdo de paz. (VII)

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Nota: Capitulo dedicado a todos mis seguidores, ya son más de MIL personas que me leen. Es un gran honor para mi escribir para lectores tan geniales, los hice esperar mucho, lo sé. Esto es por ustedes... SE LO MERECEN.

¡Feliz Lectura!

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¡Paff! Un destello resonó y el sonido de una bala impactó en la cabeza de la bestia, la misma rebotó y termino su trayecto en algún lugar del suelo. Provocando consiguientemente que el demonio virara a ciento ochenta grados, olvidándose por completo de lo que buscaba con anterioridad. Otro balazo más, esta vez en el torso, el zombi gruñó y comenzó a avanzar aceleradamente hacia el lugar de donde provenían los disparos. Franco desconcertado, observó quien podría estar tan loco de atraer a esa bestia. Y por alguna razón, la respuesta al ver a Zeta de pie sobre la caja trasera de una camioneta en la senda de en frente no lo sorprendió del todo.

- ¡Vamos cabezón! ¡Ven por mí! -gritó Zeta disparando nuevamente al zombi para atraer su atención y así alejarlo de Rex, Sam y ¿por qué no? también de Franco.

El fortachón calvo de la nación oscura sonrió, alzó su arma decidido y apuntó directamente a Zeta. -Ese estúpido es mío.

- ¡Espera imbécil! -interrumpió Calavera, desviando el cañón del arma hacia un lado, pero sin poder evitar el disparo que impactó en un muro detrás de Zeta. Eso fue suficiente para que Anna reaccionara rápidamente y devolviera los disparos obligándolos a ponerse a cubierto.

- ¿Por qué hiciste eso? Podría haberle dado. Pensé que querías que los matáramos a todos -protestó el calvo cubriéndose detrás del jeep.

Calavera observó detenidamente a Zeta, y luego lo señalo con el dedo. -Yo soy el tuerto, pero tú estás ciego amigo. Mira con atención su brazo izquierdo, ¿Vez algo interesante?

El sujeto calvo observó con atención durante unos segundos. Nuevamente, una bala de Anna lo forzó a ponerse a cubierto. -Si jefe, lo veo. ¡Está sangrando! Esta débil, lo que quiere decir que dejemos que el monstruo se lo devore ¿verdad?

- ¿Eres idiota? ¡Mira bien!

El sujeto volvió a mirar. Volvió a cubierto. -No entiendo jefe.

Calavera suspiró enfadado. -La cicatriz, la marca que tiene en el brazo. ¿Recuerdas la marca, verdad? ¿Recuerdas que buscamos a una persona con esa marca en el brazo?

El calvo volvió a mirar y abrió los ojos como esferas- ¡Es el sujeto! ¡Es ese hijo de puta!

- ¡Exacto! Y déjame decirte más -habló fríamente-. Si él muere, yo mismo te mataré -luego observó a sus otros dos hombres-. Los mataré a todos ustedes. Así que cuiden el culo de ese niño, luego el mío, y luego el de ustedes ¿quedo claro?

-Si señor -respondieron todos agachando las miradas.

En ese momento, una serie de disparos se escucharon desde el lado de Rex y Franco, donde se encontraban batiéndose con un grupo numeroso de zombies que se acercaban a su dirección desde las esquinas. Calavera observó hacia su retaguardia, las esquinas de su lado también se encontraban inundadas poco a poco por otra horda que se multiplicaba por cada segundo. Ambos grupos comenzaron a defenderse desde su posición para calmar la muchedumbre de muertos asesinos.

Zeta por su lado seguía intentando atraer al zombi sin brazos. - ¡Vamos! -dijo, disparando nuevamente.

El zombi soltó un bramido aturdidor y se agazapó en un segundo, para luego realizar un veloz salto que hubiese alcanzado a Zeta de no ser porque Matías se anticipó y lo apartó del camino de un empujón. Zeta cayó en una esquina de la caja de la camioneta, el zombi se incorporó velozmente y saltó hacia Matías abrazándolo de las caderas con ambos pies. -Mierda, no, no, ¡NO! -el gritó de Matías fue apagado con un gran mordisco de la bestia, quien abrió su mandíbula y arrancó poco más de la mitad de la cabeza de Matías de una sola pasada. Noelia quedó petrificada por tal brutal acto de carnicería, pero eso no le evitó proporcionar un gran grito de terror. Una gran cantidad de sangre manaba hacia múltiples direcciones. No se sabía con seguridad si la sangre provenía de la herida de Matías o si era el zombi quien la salpicaba al masticar. O de ambas. Anna rápidamente indicó con unas señas a Noelia que siguiera disparando a la manada de zombis que se aglomeraban cada vez más cerca de su posición. Noelia obdedeció.

Z El Señor De Los Zombis (Libro I) Versión ClásicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora