8. Esto no es un adiós. (III)

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-Para empezar... el nuevo electricista no contaba con la marca en el brazo, y aunque así fuera hace poco intentó escapar de las instalaciones, yo mismo me encargue de asesinarlo con esta navaja -dijo fríamente, acercándole la hoja a Junior-. Ese imbécil trató de tomarme como estúpido, y ¿sabes algo? -Guardó silencio, acercándose más a Junior hasta tenerlo frente a frente y susurró-. Odio... que me tomen por estúpido.

«En momentos como ese, tienes dos opciones -comentaba Zeta, mientras intervenía el relato de la historia-. La primera es no pensar en absolutamente nada, y la segunda... es pensar en absolutamente todo».

-Sujétenlo -ordenó Calavera, tajante.

Inmediatamente el hombre más cercano a Junior lo tomó de los brazos, mientras el tipo que se encontraba sentado se incorporaba para quitarle su arma con una desagradable sonrisa en su rostro. Mientras tanto, Calavera jugaba con su navaja haciéndola girar de un lado a otro entre sus dedos a la vez que se paseaba en círculos por la cocina, gozando y disfrutando del momento.

-Es algo increíble ¿sabes?, me fascinaría saber cómo has podido escapar de la puerta "Z". Pero eso solo significa que tengo que ejecutar a los dos idiotas que estaban de guardia, y eso me pone un poco furioso -dijo Calavera enfatizando la última palabra mientras se acercaba lentamente a Junior.

«En momentos de estrés o peligro, las personas tienden a realizar un análisis de la situación, una evaluación o paneo del problema para intentar resolverlo -volvía a interrumpir Zeta-. Se suele dividir en tres evaluaciones: La primera consta de la observación de tu entorno, en mi caso debía de tener en cuenta; cuantas personas se encontraban en ese lugar, y quienes resultaban los más peligrosos. Evidentemente el cocinero no era peligro alguno, el que me sujetaba por detrás se encontraba distraído observando a su jefe, el que me había quitado el arma se había quedado embobado observando los detalles de la pintura, y los otros dos se encontraban a una distancia razonable. La puerta se encontraba detrás de mí, pero claro, Calavera estaba justo enfrente y tenía alguien reteniéndome por la espalda. Ahí es cuando pasamos a la segunda evaluación -continuó-. Planificación de un escape o una lucha, en esta etapa decidimos si lo que nos conviene es luchar contra el agresor o simplemente huir. Pero también debemos estar al tanto de nuestras capacidades físicas para lograr lo que llamaremos la tercera evaluación: El momento de la verdad. Aquí es donde ocurre lo bueno, recopilamos todo lo que analizamos en menos de lo que dura un segundo, y comenzamos a actuar».

Junior se encontraba aterrorizado, lo habían descubierto, el plan de pasar desapercibido había resultado un fracaso. Recordó en ese instante las palabras de Roni: "La supervivencia se elige", y se obligaba a pensar una manera de salir vivo de esa. No podía enfrentarlos a todos, no sin armas y con alguien reteniéndolo. Pero notaba algo, la fuerza que realizaba el tipo que lo sujetaba con los brazos no era demasiada, podría quizás liberar una mano, el problema era lo que haría después con esa mano libre. Robarle la navaja a Calavera parecía un plan arriesgado, ese tipo no parecía de los que pudieran arrebatarle algo fácilmente, rechazó ese plan. Observó rápidamente los bolsillos y el cinturón del sujeto que lo retenía... nada. Ni una navaja, ni un arma de ningún tipo disponible para su provecho.

Volvió a plantearse la idea anterior de arrebatarle la navaja a Calavera, era una idea arriesgada y solo contaba con una chance de éxito, una de muy poca probabilidad de éxito, la cual su mente volvió a rechazar. Quizás si se quedaba quieto y actuaba de manera sumisa podrían dejarlo vivo, podría convencerlos de contribuir al grupo y quizás...

- Discúlpame el atrevimiento pero, ¡¿qué mierda te dije hace un momento, niño estúpido!? -gritó Calavera furioso, sacando de sus pensamientos a Junior-. Dije específicamente, ¡específicamente! que odio que me tomen por un idiota. ¿Y qué haces tú, eh? ¿Crees que no me doy cuenta que buscas una manera de escapar? Mirando a tu alrededor como un demente, buscando algo para librarte de nosotros. ¡¿Crees que vas a librarte de mí así de fácil?! -Preguntó Calavera, cada vez más enfurecido, acercándose a un paso del joven-. ¡Pues inténtalo mocoso! -Desafió altaneramente lanzando nuevamente su navaja al aire-. Intenta quitarme...

Z El Señor De Los Zombis (Libro I) Versión ClásicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora