9. El pequeño Zeta (I)

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Capítulo 9: El pequeño Zeta.

"Dame una caricia y te seguiré hasta el fin del mundo". -Guillermo Reyes.



-Está bien -interrumpió el presidente de la nación Escarlata adoptando un tinte severo-. Pero hay una ligera incongruencia en tu historia, ¿te das cuenta que la nación Oscura aún sigue de pie? según tus palabras los derrotaste a todos tú solo, con ese amigo tuyo.

Zeta alzó la mirada desafiante, no por el hecho de que el presidente estuviera cuestionando su historia, sino más bien le resultó ofensiva la manera en que pronunció las palabras: «Ese amigo tuyo».

-Eso creía ¿sabe?, no tengo cada detalle de todos los que estuvieron en la cárcel. No puedo saber quien sobrevivió y quién no.

-Eso es verdad -dijo una voz desde fuera de las rejas.

Todos se voltearon para poder ver a la misteriosa figura.

-Juan; fue una de las pocas personas que sobrevivieron a las explosiones, se escudaba en el grupo de Calavera y su hermano Alexander, jefe vigente de la nación Oscura-explicó Franco, sin moverse de la pared en la cual, cómodamente, se apoyaba observando de soslayo a Zeta-. Lo que dijo el Zorro, entonces es verdad.

Máximo asintió seriamente, sin quitar la vista de Franco.

- ¿Terminaste con Juan? -preguntó, cambiando de tema.

-En efecto. Lo llevé al hospital, a cargo de Santos. Volverá a la celda cuando se recupere.

Máximo volvió a asentir de manera seria.

- ¿Hizo falta aquello?

-Lo hizo.

Nuevamente el presidente volvió a asentir de manera que parecía mecanizado. Esta vez se dirigió a Zeta adoptando una postura más relajada.

-Deberás quedarte aquí un poco más, tengo que solventar algunos detalles con Franco. Cuando termine, mandaré a alguien para que te libere.

Zeta asintió, no parecía molesto por seguir ahí dentro, ahora mismo su cuerpo y su mente estaban ya completamente agotados.

-Aquí espero.

*****


-Cierra la puerta Patricia -ordenó Máximo con temple, se lo veía más relajado que en las celdas, aquel lugar le causaba una sensación claustrofóbica nada agradable.

Patricia obedeció la orden ni bien Franco ingresó al despacho del presidente.

- ¿Te molestaría dejarnos solos?

La asistente profirió una mirada extrañada a su jefe, pero obedeció sin decir palabra alguna. Cerró la puerta a su espalda, y solo Máximo y Franco quedaron en la habitación.

-Toma asiento, Brandon.

-Estoy bien aquí, no creo que esta charla dure mucho.

- ¿A no?

-Lo vas a liberar, no me llamaste aquí para discutir sobre eso. ¿Qué quieres saber, entonces? -preguntó Franco posicionando el peso de su cuerpo en una pierna, mientras se cruzaba de brazos.

-Eres de esas personas que no se relajan ni un segundo ¿verdad? -Máximo suspiró. Tomó con una mano una botella de licor y la vertió sobre un grueso vaso de cristal-. Bien, lo haremos rápido. ¿Qué pudiste sacarle a Juan sobre la nación Oscura? ¿Algún dato relevante? ¿Cuántas armas tienen, cuántos soldados? ¿Cuáles son sus estrategias de ataque? ¿Algo...?

Z El Señor De Los Zombis (Libro I) Versión ClásicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora