Capítulo 3

418 60 47
                                    

Frank no estaba triste ni tampoco contento en dejar aquella cama de hospital. Tener que salir a las calles para seguir con su vida no lo ponía feliz, sólo le hacía sentir un insoportable dolor en el pecho al tener que volver a su horrorosa realidad.

— Mientras tú te vistes yo iré a firmar unos papeles que el hospital me pidió que firmara — Dijo su amigo Bob antes de salir de la habitación. Frank no dijo nada, sólo se levantó de la cama sin tanto dolor físico y comenzó a vestirse con la ropa que su mejor amigo le había llevado el día anterior.

Bob le había dicho que podía vivir con él en su apartamento, que no había necesidad de quedarse solo en su casa. Pero Frank aún estaba pensando aquello, no quería ser una molestia, no quería también arruinar la vida de su mejor amigo, simplemente no quería ser una carga para él.

Una vez que ya se había vestido se quedó parado frente a la puerta esperando al rubio para así poder marcharse de ese lugar tan horrible. De repente la puerta se abre mostrando al enfermero Gerard, con quien no había intercambiado tantas palabras en los días que había estado allí.

— Frank... — Dijo éste con una sonrisa hermosa en sus labios. El nombrado no dijo nada, sólo lo miró sin expresión alguna —Creí que te habías marchado.

— Estoy apunto de irme — Murmuró Frank sin muchas ganas de hablar. Últimamente ya no tenía ganas de hacer nada, ya no se sentía con vida.

— Ah... — El joven se acercó un poco a Frank, tan sólo algunos pasos. Parecía estar nervioso de algo, ya que jugaba con sus manos y no se atrevía a mirarle a los ojos. — Voy a... - Se quedó callado algunos segundos antes de continuar su oración. Lo que a Frank le pareció realmente tierno era verlo con las mejillas sonrojadas, pero aún así no demostraba lo que le causaba al verlo siempre —Voy a extrañarte— Soltó con nerviosismo.

—¿Extrañarás a alguien que fue una molestia para ti? — Dijo Frank mirándolo seriamente. El joven se acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja con algo de nervios y se relamió los labios antes de responder.

—Tú no fuiste ninguna molestia. Como verás mi trabajo es cuidar de las personas y yo... yo disfruté mucho cuidándote.

— ¿Me tienes lastima? —Gerard abrió la boca para responder pero Frank fue más rápido y siguió hablando — No quiero tu lastima. No quiero nada. ¿Sabes qué es lo que quiero? — Y no hubo respuesta, sólo miradas tristes por parte del enfermero. — Morir. Debiste matarme en vez de cuidarme. Me hubieras hecho un gran favor.

— No digas eso, por favor — Murmuró el pelirrojo con tristeza.

—¿Y qué si lo digo?. Tú no me conoces. No sabes lo que sufro, no tienes idea alguna de lo que siento. Lo único que amaba en este mundo era mi familia, y ellos ya no están, eso quiere decir que no tengo motivo alguno para seguir con vida. No te imaginas lo que me duele el corazón, no tienes idea de cómo me duele todo esto — Sin querer hacerlo ya estaba llorando de nuevo. Él pensaba en que Gerard le tenía lastima por perder a su familia en un accidente y quedarse completamente solo... Pero no era así —¡Tú no sabes lo que es perder a alguien! ¡No sabes lo que es quedarte completamente solo! — Gritó lleno de lágrimas.

—Mi hermano murió —Dijo Gerard en un hilo de voz. Frank podía ver pequeñas lágrimas asomarse por sus ojos y por un momento se sintió culpable de ello. —Él... — Tragó saliva con dificultad, ya no estaba mirándolo a Frank, ahora veía el suelo mientras trataba de por lo menos terminar la oración sin quebrarse — Él murió cuando tenía doce años... — Se relamió los labios rápidamente. Ya tenía su nariz roja y sus ojos llenos de lágrimas al recordar aquellos momentos dolorosos que tuvo que vivir —Un hijo de puta lo violó sin piedad alguna — Continuó con un hilo de voz, no era fácil para él seguir con aquello. Pero quería hacerle ver a Frank que no era el único que sufría con una pérdida — Él había salido de su escuela y ese maldito lo raptó e hizo lo que quiso con él — Su respiración era dificultosa y Frank se dió cuenta de ello, pero no quería frenar con su historia, quería oírlo. — Él y yo éramos muy unidos... Te imaginarás cuando me enteré de todo eso. Un día encontré a mis padres llorar en la Sala de estar y... y cuando les pregunté lo único que me dijeron fue "Mikey",  el nombre de mi hermanito — Hizo una sonrisa melancólica que borró de inmediato —Cuando me dijeron aquello me largué a llorar como nunca lo había hecho en la vida... No pude despedirme de él porque...

Bulletproof heart •Frerard•Where stories live. Discover now