Capítulo XX

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—¿Eres un mago?

Okey, mi pregunta puede resultar algo obvia, pero necesito formularla para reafirmarlo, justo como aquella ocasión en el bosque cuando confirmé que era un vampiro. Realmente todo lo dicho antes, sobre ser El Demonio de la Espada tiene más coherencia que lo que acaba de pasar. 

Nadie se atreve a abrir la boca luego de verla asintiendo con la cabeza ante mi pregunta.

—¿Cómo es posible? —susurra Daemon.

—No lo sé, durante estos años he buscado si hay algún caso parecido, pero hasta ahorita soy la única.

Nuevamente el silencio reina en la habitación.

—Puede ser un golpe duro de aceptar, mejor solo pasaré a lo que realmente importa —sigue hablando y todos prestamos atención—. Al culminar la guerra oculté mi olor, gracias a ello me fui sin dejar rastro. Cuando volví a salir al mundo exterior después de mi encierro, sabía que no contar con rastro alguno de mi esencia sería muy raro, y si revelaba el mío ustedes cómo algunos otros darían con mi paradero. También creí que sería más fácil mezclarme como si fuera una humana, así atraía menos la atención. De la misma forma cambié el color de mis ojos para que coincida con el de los humanos.

En resumen, se podría decir que esto lo hizo gracias a su magia, al menos eso explica cómo es capaz de conseguir algo que ningún otro vampiro puede hacer.

—¡Ah! Sí te mentí, William.

—¿Qué?

—Cuando me preguntaste si sabía o tenía algo que ver con lo de la mujer que perdió la memoria, te mentí. Antes de dejarla en el hospital se la borré luego de sacar el veneno de su sistema. Hice lo mismo con el maestro de historia, él también había sido atacado por un vampiro pero logré hacerme cargo de la situación.

—¿Sacar el veneno? ¿Eso se puede hacer? —los ojos de Johan se abren de golpe.

—Logré crear un hechizo especial para ello hace un tiempo atrás. Sabemos que no es posible simplemente intentar sacarlo mordiendo a la víctima nuevamente.

Es cierto. En realidad apenas muerdes a alguien es suficiente para que nuestro veneno entre en su sistema extendiéndose de manera rápida. Tengo entendido que existía la idea que succionándolo podrías eliminarlo, pero los experimentos realizados sobre ello fallaron por completo.

Me imagino que lo de borrar la memoria estará relacionado con otro hechizo o algo parecido.

—Realmente no me gusta usar magia, solo lo esencial. Hace rato tampoco tuve más opción, si no hubiera actuado estarían muertos ahora. Por cierto, ¿dónde están? No veo que las traigan con ustedes.

Los otros vampiros se acercan hasta donde estamos mientras la chica dirige su visión a ellos con las últimas palabras que dijo.

—Cada uno tiene guardada la suya con seguridad. Mañana mismo iremos a buscarlas si es necesario —comenta Johan y el resto asiente.

—No hace falta —responde su Capitán—. Pero es mejor si las tienen con ustedes a partir de hoy.

La joven frente a nosotros cierra sus ojos sin que logremos entender a qué se debe. El aura de su alrededor muestra total concentración y lo tomamos como señal que no debemos interponernos en lo que sea que esté haciendo. Pasan cerca de diez segundos cuando vuelve a abrirlos.

Nos brinda una pequeña sonrisa de labios cerrados antes de desaparecer. Nos quedamos en blanco por este repentino acto, la buscamos con la mirada pero no hay rastro de ella por ningún lado. Nadie sabe qué decir, el silencio incómodo surge otra vez.

Sangre Mágica (Guerreros Celestiales I)Where stories live. Discover now