Sangre Mágica (Guerreros Celestiales I)

Capítulo XI

Nuestros ojos se siguen mirando hasta el momento en el que la chica sale corriendo a gran velocidad.

—¡Espera! —grito mientras la sigo.

No la encuentro por ningún lado, tampoco siento su rastro, estaba a punto de ir a su casa cuando recuerdo el cadáver que se haya en el callejón, sería un terrible error si alguien lo encontrara.

Vuelvo a la escena y me largo con el cuerpo del difunto vampiro. Me dirijo al bosque y quemo el cuerpo una vez que estoy lo suficientemente lejos. Rato después entierro los restos que quedaron para no dejar rastro alguno.

Pasa por mi mente ir a su casa pero supongo que no se hallará ahí, sabe que sería el primer lugar en dónde la buscaría. Sin otra opción vuelvo a mi casa. Estaba por mandarle mensaje a Carter pero no sabía cómo explicar lo sucedido, ni yo mismo entiendo. Decido por esperar un poco antes de contarle los sucesos.

Lamentablemente mañana es viernes y no tengo clase con su grupo, y nada me asegura que irá a la escuela. Lo único que queda es esperar.

Pasa del medio día y no la he visto por ningún lado, ni siquiera cuando vi a Zack a lo lejos. Camino por los pasillos llenos de estudiantes quienes se cambian de salones, cuando la noto frente a su casillero. Me acerco pero su voz me detiene.

—Esta noche, en el bosque. Yo lo busco —dice en voz baja que solo yo soy capaz de oír aún con todo este ruido.

Cierra la puerta del casillero y se mezcla con los otros estudiantes rumbo a sus respectivas clases.

Durante el resto del día no me pude concentrar pensando en esta noche y que es lo que le diré, aunque diría que ella es quien debe de dar más explicaciones que yo.

Con todo esto en mente, el Sol se oculta y da paso a la luna para posarse en el cielo. No especificó la hora ni el lugar, por consiguiente, me encamino al bosque cuando creo que es buena hora. Me alejo lo suficiente del pueblo y espero a que venga mientras me recargo en un árbol.

—Pensé que sería más tarde —doy un brinco al escuchar su voz, no la escuché ni percibí su olor.

—No sabía a qué hora te referías exactamente.

—Está bien, no hay problema. Supongo que tiene algunas preguntas.

—Yo diría que varias.

—De acuerdo. Pero le advierto que solo contestaré las que yo decida.

La única luz que tenemos es la de la luna que pasa a través de los árboles, alguno que otro ruido de un pequeño animal se escucha pero fuera de ahí todo está en completo silencio. Miro a Madeline recargarse en un árbol que se haya enfrente de mí, esperando que formule la primera pregunta.

—¿Qué eres?

—Lo mismo que usted.

—¿Vampiro? —pregunto para confirmar y ella asiente—. En caso de ser así ¿por qué tu aroma es el de un humano?

Guarda silencio mientras me mira.

—¿No contestarás? —no hay respuesta por su parte—. De acuerdo. ¿Tu hermano igual es un vampiro?

—Sí —duda antes de responder.

—¿En realidad son hermanos?

—No.

—¿Alguien sabe sobre ustedes?

—No.

—¿Ni siquiera Zack?

—Mucho menos él.

—¿Por qué están aquí?

—Creo que eso debería preguntarle a usted.