Sangre Mágica (Guerreros Celestiales I)

Capítulo XIII

Llegó el día de la junta con los padres de los estudiantes, más bien el director es el encargado de ello, los maestros solo nos quedamos a apoyarle.

—Usted debe de ser el señor Taylor, mi hija habla mucho de usted —dice una señora al acercarse junto con otras.

Les respondo con amabilidad mostrando una sonrisa. Durante todo este rato varias madres se han acercado hasta mí, es un poco fastidioso tener que lidiar con todas.

En ese momento percibo un olor inusual, volteo a ver de dónde proviene y veo a al joven vestido con una camisa gris oscura y un pantalón negro al igual que su cabello. Ambos nos miramos sin importar las personas de alrededor. Sé que viene a mi dirección, solo esperaré a que llegue hasta mí.

La figura de una chica se traviesa en el camino de él impidiéndole el paso.

—No debes estar aquí.

—No podía perderme una reunión.

—Vete.

—Vamos, no haré nada.

Apenas soy capaz de oír su conversación ya que hablan muy bajo. La chica intenta nuevamente convencerlo de irse pero él se niega y al final terminan viniendo hasta donde yo estoy.

—Usted debe ser William Taylor —habla el vampiro.

—Así es, supongo que usted es Daemon Wells, el hermano de Maddy.

Las voces de las presentes se escuchan hablando sobre nosotros dos, más del otro vampiro por el simple hecho que nunca se mostró antes en una reunión. Oigo como muchas desean acercarse aunque no lo hacen por miedo.

—Es un gusto conocer al maestro de mi querida hermanita —Daemon pasa un brazo sobre los hombros de la joven—. Espero que no le esté causando ningún problema.

—Daemon... —pareciera que Maddy le estuviera advirtiendo de algo.

—En absoluto, ella es muy buena estudiante, puede preguntarle a los otros maestros.

—No hace falta. Aunque algo me dice que ustedes dos se llevan muy bien —aquel par de ojos rojos me observan directamente.

—Basta.

—¿Qué? No estoy diciendo nada malo.

—¡Mad! Mi mamá quiere verte —Zack entra corriendo entre toda la gente y llega hasta nosotros.

—Ahorita no puedo, Zack.

—No tardaremos —su mirada voltea hacia Daemon—. Me la llevaré un rato.

Dice como si no le diera miedo como a las demás personas. Jala a la muchacha del brazo para atravesar los pasillos. Antes de desaparecer ella le da algo parecido a una mirada de advertencia al tipo junto a mí.

—La verdad agradezco que se la haya llevado, pero aún no podemos hablar cómodamente en este lugar, ¿no cree?

—Concuerdo.

—Perfecto, tengo muchas preguntas sobre su relación, me da mucha curiosidad y al mismo tiempo me incómoda.

—Yo igual tengo varias preguntas para usted —le respondo.

Finalmente ha llegado el día. Ahora sí por nada del mundo debo de dejar escapar esta oportunidad.

—Joven Wells, no lo esperábamos por aquí —el director hace acto de presencia.

—Me desocupé a tiempo del trabajo y pude venir —Daemon deja de verme para fijar ahora la vista al señor de mediana edad.

—Es un gusto tenerlo con nosotros.