Me debes una explicación

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- Lo haré Mi, te lo prometo. Pero antes tengo que darles a mis alumnos estos regalos.- dijo Anna, señalando la bolsa, que había encima de la mesa. - Anna, están de vacaciones. Los alumnos no se encuentran aquí. Pero si quieres, déjalos aquí. Y se los daré cuando vuelvan. - sugerio Miranda. Lo estaba haciendo por su amiga. Sabía que todo esto lo hacia para evitar lo que tenía que hacer tarde o temprano. - De acuerdo. En cada regalo tienen una nota. Y diles que los añoro mucho. - dijo Anna, mientras se levantaba y se dirigía hacia la puerta. Hacia la salida de la habitación. - Sé lo diré Anna. Aunque ellos ya lo saben. - respondió Miranda, haciendo sacar una sonrisa a Anna. - Te quiero Mi - declaró Anna, abrazando a Miranda. - Yo también te quiero mi Anna. No sabes cuanto - respondió Mirada, abrazando más fuerte a Anna. - También hay un regalo para tí, para tu marido, Mark, y para Amy. Feliz Navidad. Estaré en casa de Cole, iré a verte. - dijo Anna, soltandose del abrazo.
- Iré a verte yo, Anna. Te quiero. Y feliz Navidad. - se despidió, Miranda, viendo a Anna, cruzar la puerta, y cerrándola detrás de sí, no antes de lanzarle un beso. Miranda estaba dentro de la habitación. Anna estaba con la mirada en el suelo, y con la espalda apoyada en la puerta. Intentando reunir la valentía. Gilbert, estaba sentado, furioso. No entendía nada de la actitud de su novia. ¿No confiaba en él lo suficientemente para contarle todo lo que ella sentía?
Vio como Anna salía de la habitación, su cara estaba levemente inchada, había llorado. ¿Porqué había llorado? Eso hizo que su furia aumentará. Se levantó de la silla, y se puso delante de Anna. Con los brazos cruzados. Anna lo miró, había culpabilidad y miedo en sus ojos. Miedo a perder todo lo que habían construido.
-Creo que me debes una explicación ¿ No crees? - pregunto Gilbert, fríamente. A Anna le dolió el tono, fue como si a un vampiro le abrieran las ventanas, era una muerte lenta. - Te la debo, tienes razón. Y te la voy a dar. Pero fuera de aquí. - exigió Anna, cogiendo su maleta, y andando hacia la salida. Gilbert miró como se marchaba. Y como siempre, corrió tras ella. Atravesó el pasillo, y al salir, se encontró a Anna, sentada en la fachada, en el frió suelo. Estaba esperándolo. Si debía hacer esa historia, debía hacerlo en el aire libre. Información grieta a Anna. Pero trago el dolor, como si fuera una pastilla. Y con la valentía que había tomado fuerza, gracias a la soledad, empezó a hablar.
- Todo empezó hace unos meses. Cuando empecé a trabajar como maestra. Todo iba bien, pero el alquiler de la habitación  había subido. Y con el sueldo que tenía, no llegaba ni a la mitad. Así que empezé a trabajar como limpiadora de hogares. Salía del colegio, y hacía 10 casas. Luego me iba a casa. Mi trabajo como limpiadora se hizo muy popular, y contactó conmigo un hombre de 39 años llamado Bryan, me ofrecía 5.000 libras por hora. Y yo acepté. Y empecé yendo una vez por semana. Después empezó a ser 4 días a la semana. Y por último, fueron todos los días. Era bastante amable, y me explicaba cada historia que moría de la risa. Pero al cabo de un mes, todo empezó a cambiar, me tocaba el pelo, y se acercaba mucho a mi. Siempre estaba borracho, pero podía escaparme. Después de 1 mes y medio, me empezó a tocar los muslos, y allí es donde le pegue. Le pegue con todas mis fuerzas. Y él, como iba borracho, se enfureció, y me dio una paliza. Me decía que mis muslos eran suyos. Que nadie podía tocarlos, tan solo él. Me hizo varios moratones en ellos, moratones y heridas que aún tengo. Y que no se irán. También me hizo en mi espalda, estómago, y costillas. La cara no me la tocó. Me dijo que era demasiado bonita para dañarla. Lo decía de tal manera que me empezé a dar asco. Me cogió del suelo, y me llevo a su habitación, estaba tan aturdida que ni me di cuenta. Me desnudo, me puso desnuda ante él, y me acariciaba, y me tocaba. Mientras decía lo hermosa que era. Yo le suplicaba que no lo hiciera, pero lo hizo. Me violó. Lo único que pude conseguir esa tarde es que no me besará. No quería que mis labios me dieran asco. Me dan asco mis piernas, mi cuerpo, mi cara, mi espalda, mi pelo, todo lo que él tocó. Me da asco. Me doy asco a mí misma. No sentía nada, tan solo asco, y dolor. Cuando acabó, me dio más dinero, y yo lo acepté. Lo acepté, para luego tirarlo a la basura. Sé lo conté a Miranda, y a Cole, después de dos meses. Ellos, me reconfortaron. Pero estuve durante, 8 meses, sin mirame en el espejo. Sin tocar mi propia piel. Tan solo me duchaba, 5 veces al día. Me sentía sucia. Y cada vez iba a peor. Y a peor. Tenía pesadillas. Incluso sentí que me acariciaba en un sueño. Me volví loca. Cole fue el único que pudo volver a levantarme. Desde ese entonces, no e tenido relaciones íntimas con nadie. No porque no quisiera. Es porque no puedo. Me doy asco. Y tengo miles de cicatrices, unas heridas asquerosas. Unas heridas que me recuerdan a él. Bryan, murió hace 4 meses. Fue lo que hizo que pasará página. Me informe de la noticia gracias a una de las cartas de Cole. Y entonces, me prometí que no volvería a hablar de esto con nadie. Ni siquiera lo sabe Diana. Y si te soy sincera, no te lo iba a contar nunca. Pero te mereces saberlo. Y sé que esto marcara un antes y un después en nuestra relación. Pero, no puedo tener relaciones íntimas contigo, Gil. No puedo. No puedo por los recuerdos. Ni por la cicatrices que hayaras si quitas está ropa. Cicatrices que dan tanto asco, como mi cuerpo. - explicó Anna, soltando lágrimas, lágrimas que soltó una vez. Y que ahora lo volvía hacer.
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Hola a todos ❤️
Gracias por leer este capítulo. E llorado mucho escribiéndolo. Es muy duro ponerse en la piel de esta historia.
Os quiero mucho 🦋
#todxsnecesitamosunGilbertBlythe
eeeneekkaaa te quiero demasiado ❤️
#pelirroja?FOREVER 🦋
MariaVera365211 bebesita.
Te quiero mucho ( cata0427)
Os: gracias por todo. Aún quedan muchos capítulos por salir.
Una vez más.
Alma o Pelirroja 💛

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