Capítulo Nueve

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Segundo día en reposo.

BeomGyu se levantó de la cama con algo de pereza, fue directo al baño, tomó un ducha y volvió a su cama, su lugar favorito que se estaba volviendo trivial.

Casi daban las ocho, hora en la que sus clases comenzaban. Comenzó a sentir nostalgia como si llevara un siglo sin asistir al colegio.

YeonJun mandó un mensaje desde su celular. BeomGyu al recibirlo, se dispuso a leerlo y responderlo. Amaba los mensajes de su amigo.

"¿Tampoco irás hoy?"

El pelinegro solo respondió con un "no".

"Ya te quiero ver. Y al parecer alguien más también"

BeomGyu no entendía precisamente de quien se trataba, hasta que un lindo pelirrojo apareció en sus pensamientos. Inconscientemente, levantó sus comisuras labiales para pintar una sonrisa llena de colores brillantes en su rostro.

Su padre, el señor Choi, entró por la puerta de la habitación. Analizó a detalle la expresión de su hijo, cada detalle. Se acercó hasta sentarse enfrente de BeomGyu quien apagó el celular al notar la presencia de su progenitor ahí dentro.

─Me gusta que estes feliz, hijo ─BeomGyu se levantó rápidamente de su posición para sentarse en la cama─. No, tranquilo. Puedes volver a recostarte.

─Así está bien ─sonrió por unos segundos y luego volvió a poner los labios en raya ─. ¿Me veo feliz?

─Tienes cara de enamorado. Lo sé por ese brillo en tu mirar ─su padre también sonrió ─Sabes que puedes contarme.

─¡No estoy enamorado! ─reclamó con un poco de disgusto.

─Tu cara, tus ojos, tu sonrisa, todo lo que haces y como has actuado te delata.

BeomGyu lo miró con tristeza. 

─Son cosas que no pueden ser ocultas. Vi en internet que entre más ocultes tus sentimientos por alguien, esos se hacen más fuertes.

─No es que quiera ocultarlo ─agachó la mirada y junto sus manos temblorosas ─¿Está mal querer a un hombre?

─¡Oh, pequeño! ─su padre se acercó a él y dio pequeñas palmaditas en su espalda ─. No está mal. Tú amas, al igual que muchas otras personas de una forma hermosa. Poseen unos colores tan hermosos que desgraciadamente deben ser ocultos para que no se apaguen.

El menor sintió como sus lágrimas volverían a caer lentamente.

─Sé que es difícil —tomó las manos de su hijo. No todo era fácil, pero él estaba ahí para ayudarlo─. Lo mejor de que la gente te llene de oscuridad, es que tus colores brillan más fuerte en ella.

BeomGyu miró directamente a los ojos de su padre, los propios de impregnaron de lágrimas que fueron absorbidas por el orgullo interno.

─Creo que me estoy enamorando de alguien.

─Eso me hace tan feliz, BeomGyu, estás viviendo una emoción hermosa ─habló su padre con felicidad. Jamás creyó volver a oír esas palabras de su hijo.

─Es un hombre, papá ─tapó su cara para así poder ocultar las lágrimas que salían a través de sus ojos, era imposible poder evitarlas por más que lo intentó.

─Sabes que estoy orgulloso de ti, no tuviste miedo a aceptar tu verdad ante nosotros ─ sonrió ─. No tiene nada de malo, hijo. Quiero que entiendas eso.

BeomGyu no dijo nada, pero se acercó rápidamente los brazos de su padre. Necesitaba ese amor que solo un padre puede proporcionarle a su hijo.
Tenía tanto tiempo sin verlo. En ese momento, más que nunca, necesitaba su compañía.

Run Away | TaeGyu Where stories live. Discover now