Capítulo Seis

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El timbre que indicaba la salida sonó, todos los estudiantes corrían para por fin poder salir de el infierno, como muchos lo llamaban, para por fin disfrutar su fin de semana, el tan anhelado, que solo quedaba rogar porque llegará.

El pelirrojo de ojos grandes salió aunque realmente no quería hacerlo. Sabía que tenía un castigo y tenía que acatarlo al pie de la letra si es que quería salir más rápido de el. Así que, con pocos ánimos y una rabia enorme, se encontró con el inocente chófer, pero que por un momento resultó terriblemente odioso.

─Pase, señor Kang ─el chófer abrió la puerta del auto en el que debía subirse TaeHyun.

─¿Será que puedes darme unos segundos? ─pidió de forma amable, aunque no tenía ganas de actuar tiernamente como seguramente se vio diciendo esas palabras con aegyo.

─Su padre dejo órdenes estrictas, señor ─dijo firme en sus palabras, una de sus más grandes cualidades era siempre cumplir de la manera más dócil posible.

Taehyun apretó su puño a escondidas del mayor, deseo haber sido más meticuloso días atrás para evitarse esos problemas. Por su mente pasaron varias ideas como escapar, pero nuevamente tendría problemas. Pensó en negociar, era una de las mejores opciones. 

─Tan siquiera un poco de tiempo y prometo que no volveré a insistir en algo como esto ─juntó las palmas de sus manos mientras que en su rostro estaba un gesto de tristeza, tal vez el chantaje funcionaría. 

─Cinco minutos y contando ─con ayuda del móvil, colocó un temporizador. TaeHyun con una notoria felicidad, salió corriendo. Si hubiera podido darle un abrazo, lo hubiera hecho, pero el tiempo corría y no quería desperdiciarlo. 

Con la mochila colgando en los hombros, se trasladó con la mayor rapidez posible hasta donde sabía con precisión donde estaría Beomgyu, ese chico movía todos sus órganos por dentro, metafóricamente. En ese momento, el azabache estaba reposando en una banca cercana a la entrada principal del instituto esperando a YeonJun, a decir verdad se sentía nervioso, pues estaba en un lugar muy público, pero tampoco se sentía tan fuerte como para salir huyendo. 

─¡Beomgyu! -el pelinegro miró en todas las direcciones con miedo en el rostro hasta dar con la persona de la que provenía la voz, era Taehyun ─ Disculpa si te asusté, solo quería despedirme de ti. Tengo cinco minutos, quería verte. 

─¿Querías verme? ─quedó anonadado. Creía que era parte de un sueño, pero de un sueño del cual quería despertar. Él consideraba su mayor defecto que cuando alguien comenzaba a tratarlo cariñosamente, bajaba la guardia y terminaba confiando de más para después salir lastimado. 

─Puede sonar estúpido, pero no hay un por qué ─respondió tratando de sonar convincente, podría resultar difícil de creer que alguien quiera verte, sin tener una razón para respaldarlo.

Ambos chicos se quedaron mirando fijamente, hasta que BeomGyu desvío la mirada, pero al contrario de él, TaeHyun siguió mirándolo. Sintió como el tiempo se detuvo enfrente suyo, como dejaba incluso de sentir a la gente que estaba alrededor. Todo se había detenido, pudo sentir como un cosquilleo recorrió todo su cuerpo y como un corazón latía demasiado rápido dentro suyo. BeomGyu sintió como comenzaba a subir el calor de su cuerpo a sus mejillas, era aquella sensación que hace poco quería volver a sentir y ya lo estaba volviendo a hacer. Ambos estaban encerrados en ese pequeño espacio imaginario que nadie podía arruinar... O tal vez solo el tiempo que TaeHyun tenía contado. 

─Me tengo que ir, mi chófer me esta esperando ¿No vemos el Lunes?

─Claro ─volvió a mirarlo con una sonrisa, pero su terrible miedo lo traicionó haciendo que perdiera su mirada entre las personas que pasaban rápidamente a sus costados.

Run Away | TaeGyu حيث تعيش القصص. اكتشف الآن