Capítulo Siete

8.5K 926 1.8K
                                    

El fin de semana había pasado, nuevamente llegó el odiado lunes, todos los estudiantes y empleados despertaban para alistarse e ir a la típica rutina de siempre. La ciudad ya había despertado, las calles empezaron a llenarse, el metro estaba exageradamente lleno, todo nuevamente todo estaban volviendo a la agotadora jornada semanal.

BeomGyu saco rápidamente una leche saborizada con fresa de la nevera y la guardó dentro de su mochila, lo hizo de forma alegre y con una mínima sonrisa, pero esa sonrisa era sincera.
Su tía había dejado unas fresas recién lavadas en una cesta en la cocina, tomó una y la llevo inmediatamente a su boca. Ya era parte de su vida comer fresas cada mañana. 

Su herida del rostro ya había cicatrizado, afortunadamente no era muy profunda o grave, solo podía cubrirla con un poco de maquillaje y ¡todo perfecto! Las demás heridas ya tampoco eran muy notorias, habían dejado de doler unos días atrás. Sentía que por fin tenía agallas para salir adelante. Estaba muy emocionado. Inconscientemente tenía ganas de ir al instituto y encontrarse con Taehyun, el hecho de que este cerca, a pesar de que lo pone nervioso, lo hace feliz y le da la fuerza que necesita.

Había quedado con Yeonjun de irse al colegio juntos, pero justo cuando Beomgyu iba cruzando la puerta para salir, un mensaje llegó haciendo vibrar su celular.

"No podré pasar por ti, tengo un pequeño problema y no iré a la escuela"

"¿Me perdonas?"


Fueron dos mensajes que llegaron e hicieron que Beomgyu se sintiera nervioso y pesado.

En su primer día ahí se encontró con el rubio en la entrada al instituto, fue muy amable con él, le mostró todo el plantel y lo había apoyado incondicionalmente, hasta aquel día, no lo había abandonado nunca, quizás por eso estaba más nervioso que nunca. 

Cerró la puerta y salió hacía su destino.

La caminata se hizo más larga de lo normal, a pesar de ver tanta gente a su alrededor, sentía soledad y la necesidad de tener a YeonJun a un lado diciéndole cualquier ocurrencia que le llegará a la mente, pero sobre todo, diciéndole que todo estaría bien, que nada le haría daño.

Finalmente llegó y pudo percibir un aura más tranquila. No duró mucho el gusto, ya que logró ver como aquellos chicos que hace apenas unos días lo habían dañado –y no por primera vez– iban llegando caminando como modelos de pasarela, saludando a todo mundo y todos ellos felices de verlos, si tan solo supiera la verdad.

BeomGyu supuso que aunque supieran la verdad, seguiría siendo lo mismo, pensó que merecía los golpes en su cuerpo.

Se escondió detrás de algunos chicos que estaban parados ahí platicando, hasta que vio que esos bastardos por fin habían ingresado al plantel. Se quedó unos minutos afuera para darles tiempo de que se perdieran entre los pasillos y no lo vieran entrar solo o podría pasar lo peor.

Cuando estaba dispuesto a entrar una mano delgada tocó su hombro, su instinto se activo, estuvo a punto de correr, si no fuera porque el propietario de esa mano se colocó enfrente a él proyectando falsa comodidad.

─Hola Beomgyu, soy Kai ─sonrió falsamente, aunque creíble─. Espero que me recuerdes. Soy el amigo demasiado a cercano TaeHyun, ¿Sí me recuerdas?

─Claro, eres tú ─de igual manera colocó una sonrisa en su rostro falsa pero creíble. Su mente comenzó a arrojar muchas ideas negativas, hasta el grado de apretar sus mejillas por dentro y desear que el menor desapareciera de su vista.

Run Away | TaeGyu Where stories live. Discover now