Capítulo Ocho

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⇁¡SooBin, maldita sea contesta el teléfono! ─Taehyun había llamado en repetidas ocasiones a SooBin, pero este no respondía.

SooBin era de esos que casi nunca contestaban a la primera llamada, pero luego de varias perdidas ya atendía o quizás mandaba un mensaje de disculpa. TaeHyun comenzó a gritar como loco al ver que en esa ocasión no era así.

Se encontraba en la biblioteca de su casa “estudiando”, aunque lo único que quería hacer era poder contactarse con SooBin para saber de BeomGyu, ya que él tampoco había contestado su teléfono. Estaba a punto de entrar en crisis hasta que el sonido de llamada en su celular se hizo presente.

Era BeomGyu.

Respondió tan rápido que BeomGyu se exaltó al notarlo. ¿Lo había estado esperando? Parecía que sí.

─Tú, estaba tan preocupado por ti, no te ví en la salida del colegio, ¿estás bien? ─preguntó con la voz agitada. Desde el otro lado de la línea se pudo oír una risita.

Tranquilo, tú. Me sentí mal y tuve que ir al hospital.

Su tranquilidad al responder relajaba un poco a TaeHyun, aunque aún así, no lo estaba del todo. BeomGyu se sentía mal y TaeHyun no pudo ayudarlo.

─¡No lo puedo creer! ¿Quieres que vaya a tu casa? ─en su voz se podía apreciar perfectamente bien su preocupación y angustia. Incluso se encontraba moviéndose de un lado al otro, cada cierto tiempo daba vueltas como si el fuera el caballito de un carrusel.

No te preocupes, estoy bien ─su voz, a comparación de la de Taehyun, era menos angustiosa y a su vez era demasiado pasiva para la situación en la que estaba.

─Tengo la necesidad de verte ─susurró creyendo que BeomGyu no lo escucharía, pero no fue así, logró entender, pero prefirió dejarlo así.

Tengo que irme, mis padres están de visita.

─Genial, es una buena noticia, BeomGyu. Cuídate mucho ¿sí? Cuando necesites algo, puedes llamarme.

Te lo agradezco, Taehyun.

Ambos se despidieron, cortaron la llamada a la par y así seguir con sus actividades.

TaeHyun reanudó su típica rutina de estudios un poco más relajado ya que sabía que BeomGyu estaba en casa con sus padres. Al menos su corazón dejó de latir tan rápido por la angustia, aunque de SooBin aún no había noticias todavía.

Al día siguiente, TaeHyun estaba buscando sus libros del día, al terminar de sacarlos, sin siquiera despedirse de su familia, salió a la cochera donde ya estaba su chófer con ese aburrido atuendo que lo hacía ver como un gracioso pingüino. Desde pequeño lo había visto así y fue en sus cinco años de vida que le otorgó aquel apodo sin que el mayor lo supiera.

─¿No le dijeron cuando se retirará el castigo? ─cuestionó una vez que el chófer abrió la puerta para que subiera.

─No, joven Kang. Quizás el día que se levante su sanción, ellos me lo harán saber inmediatamente. Por el momento no tengo información al respecto ─TaeHyun entró al carro y el chófer cerró la puerta que anteriormente había sido abierta por el mismo, acto seguido, el adulto subió a la parte del piloto.

Justo en ese momento, Taehyun se sentía como un preso que trasladarían a otra prisión y así vivir por el resto de su vida.

─Ni siquiera tengo ánimos de ir a la escuela ─recargó su cabeza en la ventana y veía como al exterior las puertas de la cochera estaban siendo abiertas automáticamente con la genial tecnología que ofrecía un control remoto que el mismo chófer poseía.

Run Away | TaeGyu Where stories live. Discover now