Skins: El usurpador de vidas

CAPÍTULO 9 (PARTE 1)

PERDÓN POR LA DEMORA, CHICXS!! HE ESTADO MUY OCUPADA CON LA UNIVERSIDAD ÚLTIMAMENTE... ESPERO QUE ESTÉIS TODOS BIEN EN ESTOS TIEMPOS DE PANDEMIA... CÓMO LO LLEVÁIS?

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Las vacaciones de Navidad pasaron tan rápido que ni siquiera vimos pasar los días. Las cenas se hicieron una costumbre y en menos de una semana ya había conocido a prácticamente toda la familia de Caleb ya que fuimos en una visita rápida a Leeds para visitarlos. Además, también le presenté a la poca gente que constituía mi familia, a mis abuelos maternos y también a mi tío Rui así como a su esposa y sus dos hijos mellizos de diez años. La verdad es que no éramos muy allegados, únicamente nos llamábamos de vez en cuando, generalmente en navidades y en nuestros respectivos aniversarios pero nuestros encuentros además de ser esporádicos, eran extraños e incómodos. Caleb notó eso al instante y aunque mis abuelos hicieron todo por hacer que se sintiera acogido, no lo lograron ni por asomo ya que las pullitas de mi tío no tardaron en llegar.

Detestaba ese ambiente con todas mis fuerzas pero sabía que a mis abuelos les hacía ilusión conocer a mi novio que tanto revuelo causaba en las redes y en televisión. Aún así, también sabía que se seguían sintiendo totalmente horrorizados por el camino que había seguido Nikolic y que en parte nos culpaban a nosotras por sus actos y eso solo acrecentaba el dolor que sentíamos. Al final del día, las que más habíamos sufrido habíamos sido nosotras y las que habíamos sido engañadas con sus patrañas también habíamos sido nosotras y cuando lo necesitamos, nadie estuvo para tendernos la mano, ni siquiera para hacer una llamada de consuelo. Odiaba tener que ser la madura, la que daba el brazo a torcer en nuestra familia pero lo que más odiaba era ver la expresión de mamá en cuanto entrábamos en la casa de sus padres así como lo abatida que se veía en cuanto las miradas de pena que ellos nos dedicaban llegaban.

- Y dime, alguien que valga la pena en tu vida, hermanita? Que valga la pena, eh. - repite con sorna mi tío y veo cómo su mujer le da un codazo para regañarlo.

- Pues sí, estoy saliendo con alguien y es muy guapo y apuesto, no le llegas ni a la suela de los zapatos. - Rui la observa con el ceño fruncido como si no quisiera creer lo que mamá le dice - A ver si tendrás que ponerte a hacer abdominales para no quedar mal a su lado con la barriga cervecera que tienes. - Mamá le guiña un ojo y todos contenemos la risa.

- Bueno, ya sabes que me gusta ser quien soy, los actores están en el cine y las dobles vidas no me interesan mucho como a Nik

- Ni se te ocurra nombrarlo - lo avisa mamá al borde del colapso cortante.

- Como digas su nombre te hecho de casa - Añade mi abuelo con una mirada reprobatoria a su hijo y todos seguimos comiendo sin hacer ruido.

- Lo siento - le susurro a Caleb.

- No te preocupes, Zaya. No pasa nada, okey? - yo asiento y él coloca su mano sobre las mías las cuales tenía hechas puños debajo de la mesa.

El resto de la cena pasa rápido. Acabamos cambiando de tema pero el ambiente se vuelve frío, distante. Apenas hablamos y lo poco que decimos entre nosotros es tan ridículo que incluso da pena. Sobre las once de la noche nos despedimos de ellos para dirigirnos a nuestro hotel y el día siguiente regresar a O Porto. Ese era el último día de vacaciones y a decir verdad, sentía como si lo hubiera desaprovechado en su totalidad.

- Lamento la incomodidad que había en el ambiente, hijo - se disculpa mamá en cuanto entramos en el coche de Cal.

- No se preocupe, Manon.

- Sí que me preocupo porque tu familia ha sido súper amable y respetuosa con todos nosotros y la mía deja mucho que desear.

- Mamá, no te preocupes, no es tu culpa. - trato de tranquilizarla pero sus ojos vidriosos me dicen que no lo estoy logrando para nada.