PRÓLOGO

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Lunes, cuanto había echado de menos saber que tenía que levantarme temprano para llegar a la primera clase del día. Y sí, sabía cuán ridícula estaba siendo pero, había tenido un verano tan desastroso, tan estresante que, lo único que había podido hacer era contar los días para volver a empezar las clases. Por fin empezaba el tercer año de carrera, estaba tan feliz, tan orgullosa y tan ansiosa por empezar que incluso parecía un niño esperando ansioso por recibir una piruleta. Me levanto de la cama, amarro mi pelo en un moño y me dirijo aún con los ojos semi-abiertos a la cocina.

- Buenos días, Mamita! - grito nada más llegar a la cocina. Veo a mi madre acabar de preparar su café y me acerco a ella, deposito un beso en su mejilla y finalmente me dirijo al armario para tomar un vaso y prepararme el desayuno.

- Buenos días, cariño. Como has dormido, mi vida? - pregunta mientras se sienta en una de las sillas situadas frente a la mesa de la cocina. Yo tomo el cartón de leche que ella ha dejado encima de la mesa y vierto su contenido en mi taza para después añadirle un poco de colacao. - Nerviosa de empezar el tercer año en la universidad?

- Pues nop! Tengo tantas ganas de empezar... - Tomo una caja de galletas que hay en uno de los armarios y me siento al lado de mi madre - Este verano ha sido horroroso... - remojo una de las galletas en la leche y le doy un mordisco

- Lo sé, cariño... Ya sabes lo mucho que me molesta que tengas que trabajar los veranos... Y más cuando tienes que trabajar con Quim... Puede llegar a ser muy estresante... - asegura tomando un sorbo de su café.

- Joder si estresante! Me ha amargado la existencia! El proximo verano pienso encontrar otro trabajo, ni que tenga que ser la niñera de Marc i Tom pero, nunca jamás en ese sitio! - espeto cogiendo otra galleta de la caja.

- Los dos sois tal para cual y lo sabes, hija! - espeta a punto de techarse a reír.

- Mamá! No seas mentirosa!

- Nunca miento, Zanaya! Ya lo sabes! - se pone en pie, deja su taza dentro del lavamanos y abre el grifo para llenar el baso totalmente de agua. - Cariño, se me hace tarde, nos vemos para comer? - inquiere.

- No, Mamá... El director Assis me ha pedido que le haga una visita guiada a los estudiantes nuevos que han ingresado este año así que, será imposible...

- Porqué ese viejo grandullón siempre me roba el tiempo con mi hija preferida? - hace un puchero y se me acerca para depositar un beso en mi frente.

- Mamá! Soy hija única! Tengo que ser la preferida cueste lo que cueste! - me quejo aunque, se me escapa una pequeña carcajada.

- Por eso lo digo! - me guiña un ojo y desaparece por la puerta de la cocina - Me voy, cielo! Que tengas un día genial! Te quiero!

- Yo también te quiero! - y se escucha la puerta principal cerrarse.

Tomo una última galleta para acabarme la leche y miro el reloj. Son las 7h, tengo literalmente 45 minutos para ducharme, cambiarme y llegar a la universidad. Me dirijo rápidamente a mi armario, cojo un peto blanco junto con una camiseta simple amarilla y unas sandalias blancas con un poco de tacón y me dirijo al baño. Mierda, ya he perdido 5 minutos. Me ducho tan rápido que, a penas me doy cuenta qué champú o acondicionador me he puesto pero, no me importa así que, salgo de la ducha como alma que lleva al diablo, me recojo el pelo con una toalla y, con otra me seco rápidamente para después enfundarme en la ropa que había elegido. Me lavo los dientes y la cara y me dispongo a salir de casa cuando me doy cuenta que no llevo mi mochila puesta y además aún llevo puesta la toalla en la cabeza así que, coro hasta mi habitación, me deshago de la toalla en un santiamén, la tiro sobre la cama, cojo mi mochila la cual yace sobre mi escritorio y me dirijo a la puerta de salida no sin antes tomar las llaves de casa, mis auriculares y la tarjeta del metro. Tengo 10 minutos para llegar a la universidad. Ya llego tarde.

Skins: El usurpador de vidasWhere stories live. Discover now