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Axel

"¿Crees que necesite el inhalador?" Pregunto rebuscando en el bolso que contenía todas las cosas necesarias de Emy.

"No lo creo. De todas formas mantenlo cerca, no queremos que tenga un ataque tan fuerte como el de la última vez" Jonathan habla mientras yo asiento con la cabeza. Sacando el pequeño artefacto del bolso, lo dejó en el bolsillo delantero de mi pantalón procurando tener un rápido alcance.

"¿Tienes una maldita idea de que sucedió para que se alterara de esa forma?" Pregunto dejando mi suéter sobre su cuerpo.

"No tengo idea, pero en el hotel se veía un poco triste cuando le quitaron la pulsera" Jonathan dice observándola. Después que Emilia comenzó a llorar de la nada tratamos de

"Demonios. Juro que si es por eso nos iremos de viaje cada dos días" murmuro. A ninguno de los dos nos gusta ver como nuestra bebé sufre. Y menos si no conocemos la razón de esas lágrimas derramadas.

"Será oportuno no volver a mencionar el tema hasta que lleguemos a casa" susurro observándolo. No era necesario que las otras personas en el avión de enteraran de nuestra vida.

Después de que Emy comenzó a llorar en la terminal, nos tomó muy poco tiempo calmarla, eso y tomando en cuenta que se había quedado dormida solo indicaba una cosa. Cuando se despertara, lo que haya ocasionado su actitud momentos atrás, seguiría rondando por su cabeza hasta que ellos se encargaran de solucionar dicha situación.

Volviendo a mi asiento detrás de ambos, el avión comienza a descender lentamente. Observando que Emy aún está dormida me encargo de ver por la ventana. Cuando aterricemos debemos ir directamente al siguiente avión que debíamos tomar para llegar a casa. Haber escogido los boletos de avión tan juntos era ciertamente un riesgo, puesto algún improvisto se podía presentar en la aerolínea y nos podríamos haber quedado varados en Chicago, sin embargo todo parecía ir bien. Al menos por ese aspecto.

Nuestro tiempo en Chicago fue veloz, saliendo con Emy en brazos, corrimos hasta nuestro siguiente avión.

El vuelo a Chicago estaba casi sin pasajeros, en la primera clase solo estamos nosotros y un señor de mayor edad durmiendo al frente de nosotros.

El transcurso del vuelo pasa rápido, sacando mi laptop me empiezo a poner al tanto de todo lo que ha pasado en la empresa en nuestra ausencia, puesto que en toda nuestra estadía en Disney había sido exclusivamente para brindarle toda nuestra atención a nuestra bebé, Jonathan y yo no prestamos atención a ninguno de los correos que reportaban todo lo que se hacía. No me percato que alguien me esta viendo hasta que la aeromoza, por los parlantes pide que guardemos todos los artefactos electrónicos grandes, cuando cierro mi laptop veo la carita de Emy viéndome desde el espacio entre los asientos.

"¿Cómo estás?" Muevo mis manos. Sus ojos parpadean un poco antes de contestarme, esta vez dejando su mano izquierda en mi vista responde de la misma forma que yo le acaba de preguntar.

"Triste"

"¿Puedo hacer algo para hacerte sentir mejor?" Esta vez muevo mis labios, sin emitir ningún sonido para evitar distorsionar el ambiente callado de la cabina. Emy niega con la cabeza haciéndome suspirar, su vista cae por unos minutos hasta que me vuelve a ver, sin decir nada, solo me ve. Me pregunto qué estará pasando por su cabecita.

"¿Quieres tu chupete?" Pregunto minutos después. Tal vez el masticar la tetina del chupete le haga fijar su atención en eso y no en lo que sea que le esté atormentando.

No puedo ocultar mi sorpresa cuando ella asiente con la cabeza. Nuestra silenciosa comunicación queda allí, buscando uno de los chupetes de Emy en el mismo bolso donde dejé mi computadora, lo encuentro, sacando y dejando la tapa protectora dentro del bolso, acercó la tetina de silicona a la boca de mi decaída princesa, ella la toma con sus dientes, me ve y luego se aleja de donde me ha estado viendo.

[...]

"Emy me dijo que estaba triste así que tal vez, es lo que me haz dicho." Le comento a Jonathan, mientras esperamos que nuestras maletas salga.

"Si, bueno, eso no lo sabremos hasta que lleguemos a la casa y le preguntemos"

"Si" asiento observándolo. Emy tiene su cara escondida en su cuello y su cabello suelto le cubre la otra mitad de su cara, por lo que no logro saber si esta despierta o se a vuelto a dormir.

"Nuestras maletas" me avisa. Alejando mi atención de ellos me acerco a la banda transportadora.

Ya con las maletas con nosotros nos dirigimos fuera del aeropuerto con dirección hacia el estacionamiento donde dejamos nuestro auto.

Al llegar al lugar donde esta nuestro auto, lo primero que hago es desbloquear las puertas del auto, abro la puerta donde se encuentran los seguros especiales de Emy, Jonathan la deja en el asiento mientras yo me dedico a abrocharle sus cinturones.

"Hey ¿Qué sucede?" escucho como Jonathan habla por su teléfono, ni siquiera escuché que lo  llamaran.

"No, estamos llegando" Su conversación por el teléfono continua por unos minutos más, mientras tanto yo cubro a Emy con una pequeña manta que tenemos en el auto.

"Listo, princesa" suelto. Ella con su vista en mi dirección, me ve, parpadea y luego suspira.

Si, definitivamente necesitamos saber qué demonios le sucedió para que este así de apagada.

Dejando un beso en su frente, cierro la puerta del auto asegurándome que tenga el seguro para niños. Al llegar al asiento del copiloto observo a Jonathan, molesto.

"¿Qué sucede?"

"Tenemos que ir a la empresa" Suelta bufando "Algo a sucedido con unos documentos y un no se que. Al parecer nos necesitan a los dos" Simplemente genial. Fantástico. Cansados del viaje, preocupados por Emy, y ahora debemos resolver problemas de la empresa. Genial.

EMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora