39

20.7K 1.1K 101
                                    

E M I L I A

"¿A donde vamos?" Pregunto por milésima vez. Era extraño ver a Papi y a Dadda nerviosos, estaban ocultando algo de mi, y por alguna razón la curiosidad me carcomía viva. Hace ya unas semanas me habían llevado a otro doctor, esta vez era una psicóloga, una señora muy amable a mi parecer, ella me había hecho muchas preguntas. Después de ese día, ambos parecían estar felices.

El pañal era otra historia. Cuando llego mi periodo me habían dejado estar sin el, a pesar de eso, no había logrado disfrutar de esos días, para nada, los dolores habían sido tan fuertes que llegue a pensar que me desgarraba por dentro gracias a eso había ido una enfermera a la casa a inyectarme algo que haría que los dolores que estaba sintiendo se fueran, eso había funcionado y lo agradecía, mucho.

Cuando mi periodo terminó, ellos volvieron con los pañales, era algo que veía venir, siendo honesta. Aunque me había asustado mucho cuando un día desperté mojada, no había sido consiente del momento que sucedió y eso me asustó más de lo que creí.

Me aterraba perder el control de mi cuerpo, y después de muchos debates internos y varias caras de enojo «que trajeron consigo algunas advertencias» cedí ante lo que querían. Aunque eso no quitaba la vergüenza que sentía en cada cambio. Trataba de mantenerme positiva. Trataba.

"¿Qué hacemos en el aeropuerto?" Pregunto, las vibraciones de mi garganta ante mis palabras me hacen saber que grite o hable un poco fuerte, al menos más de lo que tengo acostumbrado hablar.

"Iremos de viaje" Responde Dadda después de abrir la puerta del carro. Permitiéndole que me desabroche de los extraños cinturones asiento con la cabeza.

"¿Necesitas un cambio?" Su pregunta me deja descolgada por un segundo mientras siento como desliza su mano al pañal.

"No" suelto

"Bien" responde sacándome del auto.

Ahora estando en público agradecía los leggings negros y el vestido suelto que me habían puesto. Rezando con que los leggings aplastaran el relleno del pañal y el vestido cubriera el abultamiento que debía de quedar, trato de decirme a mi misma que nadie sabrá que llego pañales.  De todas formas no se notaba ¿Cierto?.

Manteniéndome cerca de ambos espero en la pequeña fila al frente de nosotros, al parecer viajaríamos en primera fila. Cuando nos indicaron que pasáramos a chequear las maletas trate de concentrarme y distinguir lo que el señor estaba diciéndoles, pero cuando Jonathan se dio cuenta que estaba tratando de saber hacía que lugar nos dirigimos, hizo que me volteara, con vista a la fila de turistas me mantuve quieta por unos segundos hasta que sentí como me tomaban de la mano, asustada, retrocedí alejando la mano que me sostenía.

"Lo siento" me disculpo al darme cuenta que la mano que me sostenía no era de ningún extraño, a pesar de eso me había asustado.

[...]

"Voy a buscarte algún jugo y algo de comer" papi habla moviendo sus manos, pero no sus labios. Frunzo el ceño "¿De qué sabor quieres el jugo?" Está vez si mueve sus labios cuando pregunta

"Lo que sea, no importa" respondo moviendo mis manos, habían demasiadas personas en el aeropuerto y si no me equivocaba, la mayoría estaban hablando, no valía la pena que tratara de hablar. Cuando Axel se fue, pude ver como una señora me veía de lejos, su mirada era extraña. Me encogí en mi asiento incomoda esperando que dejara de verme, Dadda estaba a mi lado con su computadora encendida, no prestaba atención a su alrededor y parecía muy ocupado en lo que estaba haciendo, sin querer molestarlo dejó que trabaje.

Por mi parte voy jalando las mangas de mi suéter... ocultando mis manos, estaban frías... la mirada de la señora me hacía sentir nerviosa y fría. Unos segundos pasaron hasta que volví a elevar la vista, la señora había dejado de verme pero ahora estaba hablando con otro señor y el señor me veía a mi mientras ella hablaba.

Aún más cohibida por el extraño interés que tienen conmigo, me inclino hacia la derecha, tratando de estar más cerca de Dadda, me recuesto en su hombro, con precaución de no interrumpir lo que este haciendo. Cierro los ojos tratando de ignorar la mirada de esas dos personas. Cuando alguien toca mi mano siento como mi corazón comienza a bombear rápidamente abro los ojos, mi corazón empieza a tranquilizar los bombeos de sangre al ver que es solo papi. Con una sonrisa me entrega un pequeño jugo de cartón con una pajilla en el. Al levantar la vista no veo a la señora que me estaba viendo hace rato, más tranquila tomo de mi jugo mientras que papi va acercando  el sándwich hacia mi boca, no me siento avergonzada de que me este alimentando en publico, el igual esta comiendo del sándwich .

[...]

"Tranquila" los labios de Dadda se mueven lentamente, haciendo que lo entienda fácilmente. El avión se mueve igual que mis piernas, cruzándolas intento mantener los líquidos dentro de mi cuerpo. Esto es incomodo. No debí aceptar aquel jugo y mucho menos haberle pedido otro, ahora estaba sufriendo las consecuencias, y justo sucedía cuando el avión estaba apunto de despegar. Genial.

"Todo esta bien" esta vez mueve sus manos, tratando de ignorar la presión en mi vejiga dirijo mi vista a la ventana. Como había sospechado estamos viajando en primera clase, los asientos de dos personas por fila impidieron que ambos se sentaran a mi lado y yo esta...

Volteando mi vista volteo al sentir como algo presiona mi estomago bajo, la mano de Dadda esta sobre el, cuando trato de alejarlo siento como presiona un poco más, dirigiendo mi vista al alrededor observo como los demás pasajeros no prestan atención a lo que esta pasando conmigo, algunos están dormidos y otros solo se distraen con sus celulares, excepto papi, el esta pendiente de nosotros, más que todo en mi. Mientras lo veo siento como mis ojos se humedecen cuando la mano de Dadda ejerce mas presión, sin ningún aviso por parte de mi cerebro siento como mi vejiga se libera. Avergonzada intento esconderme, Dadda permite que oculte mi cara en su hombro, algunas cuantas lagrimas caen hasta que me tranquilizo, no quiero llamar la atención de las demás personas.

Cuando Dadda me mueve de su hombro se que ya estamos por los cielos y que el piloto ya dio señal que nos podemos levantar. Ahora de pie, el pañal se siente pesado e incomodo, un cambio es lo que más anhelo en este momento.

Dadda trae un pequeño bolso que papi le dio antes de dirigirnos hacia el baño, en el se encuentran una aeromoza y un sobrecargo, cruzo los dedos para que no se den cuenta que dadda va entrar conmigo, se que él no me dejara entrar sola. Mis esperanzas se ven destruidas cuando siento como Dadda me mantiene a su lado, el señor, aeromozo, esta hablando con él.  Después de varios minutos, en los que no presto atención a lo que le esta diciendo, me remuevo incomoda. 

"Dadda" trato de no llamarlo tan fuerte, no quería pasar más vergüenza pero el pañal había dejado de estar tibio y ahora frío incomodaba más de lo que recordaba

"Si corazón, voy" su respuesta fue rápida y casi no logró entenderla por completo. Después de un segundo más, el señor al fin termina asintiendo, permitiendo que entremos los dos al baño.

"¿Qué le dijiste?" Pregunto moviendo mis manos, tratando de ignorar lo que está sacando del bolso.

"No quieres saber" su respuesta hace que mi cara se caliente, tiene razón, no quiero saber.

EMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora