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E m i l i a

"Emi ¿Lista?" Asiento ante la pregunta de papi. Observando las maletas en la puerta trato de evitar sentirme triste por el hecho de que se acabaron las vacaciones. Y volveríamos a casa. Tomando la mano de papi espero que me indique cuando salir, pero después de unos minutos sin moverse volteo mi vista hacia arriba para verlo mover sus labios. Dadda sale del baño minutos después sosteniendo el pequeño bote de crema que habían untado sobre mis raspones.

"Aún no te he puesto la crema, corazón" llegando hacia donde estaba, Dadda se agacha para poder llegar mejor a mi pierna, elevando la larga falda que papi escogió dejó mi pierna expuesta, siento como sus dedos dejan un poco de crema en mis rapaduras, luego frota suavemente sobre ellas hasta que la blanca crema no se nota no deja de frotarla.

"Ahora si nos vamos" logró comprender lo que papi le dice a Dadda.

Manteniendo mi mano unida con la suya salimos del hotel. Extrañaría Disney, de verdad lo haría.

En el aeropuerto todo es lo mismo, las personas con sus maletas pasan de aquí para allá mientras nosotros esperamos en la fila para chequear las que traemos. El procedimiento es más rápido de lo que pensé. Manteniéndome cerca de mis papis pasamos los chequeos de seguridad sin ningún problema.

"Debemos ir a la puerta C84" Dadda le dice a papi mientras observa los boletos para abordar.

"Bien, vamos para allá"

[...]

Faltaba poco para que nos indicaran que podíamos empezar a abordar el avión, a pesar de ello aun seguíamos cómodamente sentados mientras que otras personas ya están de pie.

Con mi cabeza recostada en el hombro de papi observó como la puerta continua a la nuestra se abre las personas empiezan a salir tranquilamente. A los pocos minutos siento como mis párpados empiezan a pesar, tratando de espabilarme me remuevo en el asiento quitando mi cabeza de el hombro de papi trato de alejar el sueño de mi cuerpo. Elevando la vista me quedo inmóvil. ¿Por qué cuándo todo esta bien algo pasa? ¿Por qué ahora que por fin logre estar feliz con mis papis?

Mis ojos se sienten completamente resecos al percatarme de la escena. Mi padre esta saliendo de las puertas de aquel avión, pero extrañamente su presencia no es lo que ocasiona este amargo sentimiento en mi, el pequeño niño que lleva en brazos es lo que provoca mi malestar, una mujer a su lado deja un beso en la mejilla de mi padre antes de detenerse. Todo a mi alrededor se detiene. Una extraña comezón en mi garganta hace que no pueda pronunciar palabra alguna, tampoco puedo evitar quitar mi vista de él y su... familia. Con la vista fija y sin parpadear persigo cada uno de sus movimientos. Mis párpados pesan y mi vista se cansa pero sigo viéndolo.

Yo... yo.

"Emilia, ¿Emilia?, ¿qué sucede?" La cara de Dadda impide que siga viendo la escena ante mis ojos. ¿Acaso no fui lo suficiente buena para que mi padre me quisiera? Nunca pensé que fuera tan fácil de remplazar, pero al parecer si lo soy.

"Emilia" Dadda volvió a llamar mi nombre. No presto atención, mi vista se mueve a mi padre quien se movió de lugar, logro ver como deja un suave beso en la mejilla de aquel pequeño. Un gran nudo se transforma en mi pecho al ver tal escena. Aun recuerdo como se sentían su besos y sus abrazos, muy profundo en mi siento el placer que me generaban sus abrazos. De repente los recuerdos se tornan en un color opaco, fuertes ganas de sollozar invaden mi garganta cuando la cara preocupada de papi aparece junto a la de Dadda.

Lanzándome hacia adelante los abrazo, recostando mi frente en sus hombros permito que las lágrimas que estuve reteniendo salgan a la luz. Solo tengo que desahogarme y... y todo estará bien. Solo tengo que deshacerme de este sentimiento.

Soy consciente de las manos de papi tratando de separarme, pero no lo dejo. Todo lo que necesito es mantener mi cara oculta de las demás personas. Nunca fui una persona de llorar en público, pero ahora que estaba sucediendo, todo lo que necesito es sentir la calidez de mis papis.

Unas manos me tomaron por debajo de las axilas, dejando mi asiento libre, me sienta en sus piernas, sin mucha explicación

"Corazón, ¿Qué te sucede?" La visión de la preocupada cara de papi hace que me sienta terrible por preocuparlos de tal forma, sin responder me oculto tras mis cabellos. No quiero hablar de lo que de ver. No quiero recordar.

La mano de papi quita el cabello de mi cara, la vista de mis ojos se aclara un poco "Emilia, estas rompiendo una regla al no decir que te sucede" Logro distinguir lo que papi dice antes que otra tormenta de agua empañe mis visión. Su intento de intimidarme es en vano, pasando mi mano en círculos sobre mi pecho indico que lo siento, la idea de un castigo no provoca nada en mi. Solo necesito respirar y tranquilizarme. Solo necesito dejar ir este sabor de boca. Solo necesito que Dadda me siga abrazando.

Se que pasará, lo sé, pero a pesar de eso duele.

EMILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora