16.

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Hello, andaba por estos lados y quise dejar una actualización 😅👍💕
La primera casi "cita" entre Minho y Taemin, espero lo disfruten 😉💖

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Esa noche antes de salir, Minho estaba tan nervioso que se cortó al afeitarse, usó una camisa para limpiar los zapatos, dejó un montón de ropa descartada en un revoltijo sobre el suelo y, por fin, cuando sonó el timbre de la puerta, se guardó la billetera y se puso el reloj. Antes de bajar a abrir echó un último vistazo en el espejo, traje formal negro, camisa blanca, corbata. 

El timbre de la casa volvió a sonar. El corazón de Choi comenzó a latir acelerado. Aquella noche tenía que demostrar toda la sofisticación y sabiduría de que fuera capaz. Tenía que impresionar a su acompañante. Y mostrarse educado con el CEO. 

—Ya voy —gritó cerrando la puerta de su dormitorio, tratando de ocultar el gran desorden. Si finalmente sucedía algo inesperado con Taemin, sucedería en el dormitorio de Tae—. ¿Dónde está Minhyuk? 

—En el corral —contestó Taemin desde el otro lado de la puerta de su dormitorio—. Estoy casi listo, enseguida bajo. 

—Tranquilo —dijo Minho—. Yoona adelantó su llegada. 

Minho abrió la puerta y guió a Yoona hasta el salón, en donde estaba Minhyuk. 

—Hola, mi bombón —lo saludó levantándolo—. Dile hola a la mujer más mandona que conocerás en tu vida. 

El bebé chilló feliz.

—¿No es un niño genial? 

—Sin duda —contestó Yoona seca, alargando los brazos para tomarlo—. Vamos, bebé precioso. 

—Agú —dijo Minhyuk.

Minho escuchó un ruido en el vestíbulo, junto a las escaleras, y se volvió. Y entonces se quedó mirando atónito. ¿Era Lee Taemin aquella exquisita visión, aquella figura de esbelta silueta con un traje ajustado azul? Las manos de Minho desearon arrancar ese traje y acariciar esa piel blanca y suave a la vista, revolver aquel cabello tan engomado y retocado. 

—¿Min…Minho? —lo llamó Taemin con los profundos ojos azules nublados por la ansiedad. Se estaba mordiendo el labio—. El… el vendedor me dijo que… que este traje sería… apropiado… —Minho hizo un ruido extraño, una especie de gruñido estrangulado—. Pero será mejor que me quede en casa con Minhyuk —añadió 
levantando el mentón para evitar que las lágrimas resbalaran por sus mejillas. 

Había sido un completo idiota. Había creído que podía impresionar a un abogado como Choi, que lograría que lo encontrara atractivo. Incluso había creído que podía ir a cenar con un CEO muy importante de todo Corea del Sur. Pero no era más que un chico de Mokpo, de educación limitada y con una dura vida por delante. Tenía que enfrentarse a su verdadera vida. 

Taemin mantuvo la cabeza bien alta y le habló.

—Será mejor que se vayan. Dejen a Minhyuk en el corral mientras yo voy a cambiarme. 

—¿A cambiarte? —repitió Minho sorprendido—. ¿A cambiar qué, de opinión? —preguntó levantando las manos para comenzar a desabrocharse el nudo de la corbata—. Bien, nos quedaremos en casa. De todas maneras yo prefiero cenar una pizza y otro trozo de ese pastel de manzana. Yoona muchísim… 

—¡Oh, Minho! —soltó casi interrumpiendo, parpadeando después al ver que el moreno obedecía—. ¡No puedes dejar plantado a un hombre tan importante como Chey Tae-won! 

—Te aseguro que estoy dispuesto a hacerlo si tú no quieres venir conmigo. 

El corazón de él se preocupó al ver la determinación en su mirada. Choi Minho hablaba en serio cuando decía algo. Estaba verdaderamente dispuesto a arriesgar la influencia que pudiera tener en Busan para quedarse en casa con él. 
Amaba a Choi Minho. Quizá lo amaba desde el primer instante en que lo vio, tras el parabrisas, en aquel incidente. Amaba su tenacidad, su ternura, su integridad. Minho se había ganado su respeto y su admiración. 
Pero también deseaba desesperadamente su cuerpo. Deseaba sus caricias excitantes y dulces, sus besos arrebatadores. Y además había demostrado que sabía ser un buen padre. Y todo ello significaba, decididamente, una cosa muy sencilla... si lo amaba tenía que desear su felicidad y, por lo tanto, dejarlo marchar. 

Un Chico EnigmáticoWhere stories live. Discover now