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Hola a tod@s!! Aquí les vengo a dejar el primer capítulo de este nuevo fanfic que inicia tras el final de "Una Noche de Invierno". Espero le den mucho love... Con ustedes el Taemin viudo.🤗💕

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Choi Minho frunció el ceño y metió otro cd en el reproductor del auto. No quería admitirlo, pero se había perdido. Perdido en medio de la más enorme nada que jamás hubiera visto, ni árboles, ni casas, ni tráfico. Aparte de unas cuantas flores silvestres en los bordes de la carretera. Y el mal tiempo.
Las nubes grises que habían comenzado a desparramarse por el horizonte una hora antes estaban llenando todo el cielo. 
Minho sólo había contado una intersección desde el momento de dejar la autopista.
Debía de haberse equivocado entonces, pensó. Tendría que haber llegado ya a la entrada hacía Seúl. 

Tampoco importaba demasiado. El caso de "Oh contra Lu" se había resuelto inesperadamente al aceptar su cliente una nueva oferta aquella misma mañana. Choi había llamado a su oficina de Busan y había comprobado que no había nada urgente. Así pues había metido el traje y la corbata en la maleta, había sacado los jeans, la camisa y las zapatillas, y se había preparado para disfrutar de uno de sus grandes placeres, un largo y solitario viaje por carretera. 

Por lo general los kilómetros en soledad conseguían relajarlo, desvanecer su estrés, pero en aquella ocasión la táctica no estaba funcionando. En aquellos días nada parecía funcionarle. El trabajo ya no lo absorbía, la casa no era sino una inversión, y el sexo… Aquella última relación lo había dejado completamente frío. Vacío, comprendió. 

Pero eso tampoco estaba dispuesto a admitirlo. Al fin y al cabo sólo tenía veintinueve años, su vida no estaba vacía. Todo le iba bien, se dijo tratando de convencerse. Minho contempló las flores silvestres de aquel mes de abril. Quizá su vida fuera estéril, rutinaria… pero no solitaria. Si estaba solo era porque así lo había elegido. Porque ésa era la única opción, pensó.

Había aprendido la lección seis años antes, cuando su novia desapareció inesperadamente un fin de semana para deshacerse del hijo de los dos. Sin siquiera preguntarle, sin molestarse en mencionarlo. Si no hubiera sido por aquella boca de la amiga suya, Minho nunca se hubiera enterado. Al final había descubierto la verdad, y la angustia y la ira se habían apoderado de su alma. 

Sin embargo luego se había repuesto. Y había decidido ignorar para siempre todo sentimiento, mantenerse ocupado. Aquello había funcionado. Había conseguido poner en marcha el bufete legal, había tenido éxito y nunca más le había vuelto a herir ninguna mujer. Por eso, aunque últimamente estuviera algo inquieto, su vida era perfecta, razonó. 

Por supuesto otras personas podrían no estar de acuerdo. Yoona, su secretaria, lo amenazaba con retirarse y su cuñada… Minho maldijo al recordar la forma en que había reaccionado al escuchar el repaso que por sí mismo le había dado a su vida cuando fue de visita a casa de su familia. Cuando su hermano pequeño, SooBin, apareció con Liu Yifei, su nueva novia china, Yoona le había tomado el pelo diciéndole que era el último de los Choi soltero. Y le había advertido que más le valía despabilarse. 
Minho le había respondido que jamás volvería a relacionarse con ninguna mujer, Yoona había corrido tras Choi y le había preguntado cuándo iba a dejar de compadecerse de sí mismo. No era cierto que se compadeciera de sí mismo, le había respondido. Sólo había puesto en práctica una sabiduría y prudencia aprendidas a base de duras lecciones en la vida. 

Minho sacudió la cabeza y giró el volante en una curva. 

—Tú no eres el único que sufre, Minho —le había respondido Yoona—. Todo el mundo sufre, es parte de la vida. Si quieres seguir así adelante, la elección es tuya. Pero si quieres ponerle fin deja de lamentarte de ti mismo. La mejor forma de hacerlo es encontrar a alguien que esté peor que tú y ayudarlo. 

Un Chico EnigmáticoWhere stories live. Discover now