-Creeme, no querrían verlo - suspiró al recordar el cuerpo de su hermana, si había sido el mismo asesino, realmente era desagradable. Aún tenía pesadillas con esas imágenes.

-¿Qué? - preguntó confundida Nami.

-¿Dije algo? Oh, ignóralo. Pensaba en voz alta - suspiró el chico.

      La puerta de la dirección se abrió y los tres chicos de antes salieron. Kid divisó a Law con la vista, caminó hacía él, lo tomó por la muñeca y se lo llevó al patio.

-¿Ya vas a decirme por qué te has estado comportando tan raro, Eustass-ya? - preguntó Law soltándose del agarre.

-Fue por culpa de esos dos imbéciles. Desde que los vi llegar... - suspiró. - Es una larga historia, luego te cuento mejor todo.

-Entiendo, está bien. Oye, la chica que mataron, la última víctima del asesino, era una chica, también estudiaba aquí.

-Entiendo, ¿Hay alguna otra relación? - preguntó el pelirrojo.

-No, no sé si se conocían siquiera. - miró a su compañero - Oye, Eustass-ya, ni siquiera conocía a mi hermana. No sé ni siquiera quiénes eran sus amigas, maldición, ¿Cuándo la descuidé tanto?

-Tranquilo, es lo normal. Quiero decir, se llevaban unos años de diferencia y demás, es lo normal.

-Ni siquiera recuerdo cuál fue nuestra última conversación. A veces, olvido por completo que murió, pienso que voy a encontrarla en casa, en su habitación. Ni siquiera puedo estar en casa, es agobiante el ambiente, como si todo me recordara a ella y.. ¿Por qué te cuento eso?

-No lo sé, pero claramente no estás bien. Vamos a casa.

-No, está bien - <¿Por qué actúa tan maduro de la nada?>

-Vamos - y lo tomó por la muñeca, un movimiento brusco sacó al moreno de su trance.

      Law comenzó a caminar automáticamente a la dirección a la que tiraba el pelirrojo, sin prestar atención. Cuando se dio cuenta, ya había sido arrastrado fuera del establecimiento.

-¿Por qué haces esto? - preguntó Law viendo a Kid.

-¿Qué cosa?

-Esto. - y señaló la mano de Kid al rededor de su muñeca.

-Porque entras en trance cada cinco minutos, idiota. - bufó el pelirrojo. - Sólo vamos a casa - dijo soltándolo y bajando la mirada, su cara parecía tener un ¿Sonrojo? Law no pudo distinguirlo del todo, pero sonrió.

      Caminaron silenciosamente todo el camino, Law pudo ver a Kid algo extraño. No sabía quiénes eran esos chicos, ni qué había pasado, pero el pelirrojo estaba actuando demasiado extraño desde entonces.

      Al llegar a la casa, Kid se puso a buscar entre todas sus llaves, algo torpe. El moreno se acercó y condujo sus largos y finos dedos hacia el llavero para ayudarlo. Accidentalmente, rozó los blanquecinos dedos del ojiambar y este se estremeció de forma inusual.

      Law lo notó y se apartó. Rápidamente, Kid encontró la llave y entraron a la casa.

-¿Ya me vas a decir qué te pasa? - preguntó Law.

      No tuvo respuesta verbal, mas los enormes brazos de Kid rodearon su esbelto cuerpo con fuerza. Se sorprendió un poco por el repentino contacto, pero correspondió el abrazo.

-Me importas, Trafalgar.

      Eso fue todo lo que dijo el ojiambar antes de que ambos cayeran de rodillas al suelo.

CicatricesWhere stories live. Discover now