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El gimnasio dejó a todos sin palabras. La ceremonia había terminado hace bastante, ahora todos se habían dirigido al gran gimnasio. La temática de ese año había sido vida bajo el mar. La mayoría de las luces eran de colores azulados y verdes. Había bastante bolas de plástico que simulaban burbujas. Había una gran concha en la entrada, donde los alumnos se colocaban para tomarse fotos. Por las paredes, y colgando del techo, se podían ver adornos de peces, plantas y otros animales relacionados con el mar. Definitivamente, el grupo encargado había hecho un gran trabajo.

Había mesas largas con comida y bebidas en el lado más alejado de la pista. También un escenario al fondo, en el que se encontraba el DJ. Algunos lo reconocieron. Ese DJ había comenzado su trabajo como tal muy pronto, siendo conocido como el niño prodigio. No había celebración o local que no quisiera contratarlo. Pero él había firmado un contrato exclusivo con una empresa ya. Solo dejaba de lado la exclusividad, cuando se trataba de la fiesta de graduación del instituto al que alguna vez asistió.

El grupo de cuatro amigas fueron directas a la mesa de comidas. No habían comido bien en todo el día y se morían de hambre. Además, no había mejor celebración que una buena comida. Se sonrieron entre ellas mientras se movían un poco al ritmo de la música, aún con alguna comida en mano. La mayoría de las personas había decidido ir primero a por la bebida y cenar más tarde, así que se encontraban prácticamente solas allí.

- El lugar ha quedado genial, ¿no creen? - preguntó Chaewon con una sonrisa - Ryujin y yo parecemos encajar perfectamente con la temática - se burló.

- Yo soy un cangrejo - levantó la mano Soojin. Todas la miraron con sorpresa -. Venga, ¿es que no vieron La Sirenita? - preguntó - Soy Sebastián.

Todas se rieron. Disfrutaban de ese ambiente. Su última vez allí. Habían vivido demasiado en aquel lugar. No lo echarían de menos, pero no podían evitarlo mirarlo todo con nostalgia. Esa había sido su vida por varios años. Había terminado. No volverían a aquel lugar. Se alejarían.

Esa noche era el inicio de su promesa.

Soojin sintió como alguien tocaba suavemente su espalda. Cuando se giró, Shuhua estaba frente a ella con una amplia sonrisa en su rostro. Sus amigas se habían alejado un poco al ver como su novia se acercaba. Así que, no les resultó difícil escabullirse. Irían a alguna aula a hablar con más tranquilidad. A poder ser ellas mismas.

Caminaron por los pasillos desiertos. Era espeluznante verlos tan vacíos, tan sin vida.

Shuhua jaló la mano contraria hasta que ambas entraron en una de las aulas. Soojin la observó como quien miraba algo sagrado.

- Estás preciosa - susurró. Las mejillas de Shuhua se tiñeron de un suave tono rosa.

- ¡Anda ya! - comentó restándole importancia - No me puedes decir tú que yo estoy preciosa. Eres un pecado encerrado en una chica - susurró. Se acercó a ella con cuidado. Su boca quedó cerca de su oído -. He tenido tantas ganas de estar a solas contigo desde que te he visto.

Soojin la empujó. Sus mejillas denotaban su vergüenza ante el descarado comentario de su novia. Pero no iba a negar que ella también se moría por estar de una forma más íntima con Shuhua. Pero aquel no era el lugar, definitivamente.

- ¿Al menos, me dejarás besarte? - le preguntó, mientras volvía a atraerla en su dirección.

- No puedo negarme a tus besos - susurró Soojin.

Sus labios estaban tan cerca. Sus ojos viajaban entre los ojos contrarios y los labios. La tensión creciendo a cada momento. En ese momento, no importaba que Shuhua hubiese actuado raro. No importaba que la hubiera estado ignorando. En ese momento, solo existían ellas dos.

bad, bad girl [SooHua]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon