Cap. 39: Trauma

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Maureen.

La semana más rara y traumante de mi vida ha pasado luego de la aparición del cuerpo de Teresa. Nadie habla del asunto, bueno no lo sé exactamente, porque nadie habla por los pasillos. Todos tienen caras demacradas y murmuran entre sí. Es realmente tétrico. Pero no los puedo culpar, porque ni yo estoy bien mentalmente luego de ver aquel episodio.

Nevenka no para de dibujar la escena una y otra vez, como que si eso revelara quien la asesinó. Andy es la única que se ha atrevido a levantar ánimos junto conmigo, ya que León ha estado estudiando. Realmente ha sido solitario todo. Eso hace que mil preguntas surjan en mi mente y todas son sobre Teresa y su vida, Teresa y su muerte, etcétera.

Una mano paso enfrente de mi cara despertándome. Me acomode en la banca de las mesas de picnic y mire a la dueña de la mano.

-¿Me estas escuchando Maureen?- pregunto Andy.

-No- negué con la cabeza- lo siento. Estaba perdida en otro lado.

-Si me di cuenta- frunció los labios- te estaba diciendo de que me iba a juntar con James mañana, así que no sé qué harás tú.

-¿Todo el día con James Murray?- enarque una ceja- Creo que hay algo que no me has contado.

-Mira Maureen, si hubiera algo entre nosotros lo hubieras notado- entrecerró los ojos- solo somos amigos. Hemos hecho las paces, te lo he contado hace mucho.

-Vale, que te creo- sonreí- pero para serte sincera… no harían mala pareja- moví mis cejas molestándola.

Me golpeo en el brazo y se fue a la biblioteca. Decidí buscar a Nevenka, que estaría en su cuarto. No ha salido de allí desde “ese” día, creo que entro en un estado de shock bastante fuerte.

Abrí mi mochila mientras caminaba para sacar un chicle, cuando alguien me choca. Mierda, mi brazo duele mucho.

-Hijo de… Mariah- miro al frente.

Esta se estaba sobando el hombro y tenía muy mala cara, pero al verme su expresión cambio a una de sorpresa y nerviosismo.

-Ma-Maureen, hola- miraba para todas partes menos a mi persona.

Por lo menos sabía que era una traidora.

-Estás viendo que hay gente caminando, fíjate, ¿o ya se te murieron todas las neuronas y no te funciona el cerebro?- bien, sé que estaba siendo cruel; pero mi ira interna era demasiada. Me tenía que desquitar tarde o temprano.

-Yo…- se quedó allí sin decir nada.

-¿Tu qué?- espete.

-¿Podríamos hablar en privado? De verdad necesito hablar contigo- miro y jugó con sus pies.

Mi mente se dividía en rechazarla y humillarla, o escuchar lo que tenía que decir sobre todo. Digo, en un cierto modo éramos muy cercanas y que se haya ido de la nada es muy sospechoso la verdad.

-Que sea rápido- dije seca.

Sus ojos se iluminaron al instante y con la sombra de una sonrisa asintió una vez. Luego camino por el césped hasta una de las bancas que estaba vacía. Era viernes y la mayoría se va a sus casas para pasar el fin de semana, eran pocos los que se quedaban soportando esta mierda.

Se sentó en una orilla y con la mirada me invito a sentarme con ella. Creo que capto mi actitud negativa, por lo que comenzó a hablar.

-Mira, sé que me odian como nunca. Y de verdad lo siento- suspiro- tenía pensado juntarme solo un par de veces con Danielle y luego seguir con ustedes. Pero sinceramente se me salió la situación de control. Ella puede ser muy persuasiva- se excusó- y tampoco es tan mala como creíamos.

-No me digas- sonreí cínica- ¿ahora también dirás que es embajadora UNICEF? No puedo creer que después de todo lo que nos hizo el semestre pasado seas su amiga. Mandaste a la mierda años de amistad en solo un par de meses, eres increíble- había dicho lo que deseaba decir hace mucho, al fin.

-Maureen, todavía las quiero. Las echo de menos, mucho- sus ojos se cristalizaron- Ellas nunca las reemplazaran. Solo hablan cosas de las que no me interesan.

-No es mi problema Gómez… tú te lo buscaste- me cruza de hombros- ahora te aguantas, porque me huele a que me estas mintiendo.

-¡No lo estoy!- su tono era desesperado.

-¿Cómo me aseguras tu eso?

-Puedo…- su voz se apagó.

Un silencio incomodo invadió el espacio. La ira por mi parte y la incomodidad de Mariah combinadas eran bastante fuertes. Pero Mariah cortó aquel silencio.

-¿Estas interesada en obtener información sobre Teresa Warren?

Me sorprendió que dijera eso, pero lo disimule con una tos.

-¿La chica de la pileta? ¿Qué sabes de ella?

-Así que si te importa…- sonrió de costado- puedo conseguirte información sobre ella. De lo que quieras.

-¿Me estas tomando el pelo?- reí sarcástica.

-No, de verdad puedo hacer que hablen. Y si ayudarte a conseguir información es una manera de que me disculpes por ser amiga de Prior…- se encogió de hombros.

Era una oferta muy, muy tentadora. Pero no sabía si detrás de esto había una trampa. No podía caer ante Danielle y su séquito. Aunque tampoco creía a la zorra de planear algo tan elaborado como usar a Mariah para atacarnos, su cabecita explotaría de tanto pensar.

-Hablare con Andy y Nevenka sobre esto. También merecen saberlo, aunque no sé si accederán o te perdonaran. Eso ya no está en mis manos- se levantó de la banca emocionada- No las culparía si te siguen odiando, mas Andy, pero por mi lado… Quizás te dé una oportunidad.

Mi cara era seria, pero la de Mariah rebozaba felicidad. Intento abrazarme pero la detuve y le dije que no se alzara. Se disculpó y se despidió de mí, tomando su propio camino a no sé dónde.

Ahora si podía dirigirme a la habitación de Nevenka.

Locuras AdolescentesOù les histoires vivent. Découvrez maintenant