Cap. 45: Escape

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Golpeé la puerta con fuerza esperando que estuviera en su habitación. Necesitaba su apoyo y ayuda ahora mismo, él quizás me podría conseguir lo que necesito.

-¿Andy?- abrió la puerta

Lo empuje y entre sin más, luego volví a cerrar la puerta.

-James, necesito un amigo ahora- me abalancé a sus brazos y comencé a llorar desconsolada.

Sin hablarme por un buen rato me dejo llorar sobre su pecho. Nos sentamos en su cama y acariciaba mis cabellos hasta que estuve más tranquila.

-¿Ahora me dirás que te pasa?- me miro y seco una lagrima que caía por mi mejilla.

-Solo te diré que tengo que irme de Seelight como sea- sollocé- necesito que me ayudes a volver a Alemania con mis abuelos.

-¿Cómo se supone que lograremos eso?- pregunto confundido.

-Debes conocer a algún repartidor, le pagaré lo que sea pero por favor necesito salir del internado.

-¿Pero porque todo esto tan repentino? ¿Te metiste en un problema o necesitas algo?- acaricio mi rostro

-No te puedo decir nada- negué con mi cabeza desesperada

-Bien, no importa. Veré que puedo conseguir, pero tendrás que esperar unos días.

-Esperaré-le conteste.

Me fui a mi habitación luego y me cambié el uniforme a mi pijama morado con conejitos. Tomé mi libro y lo abrí en la página donde había guardado la carta que recibí esta mañana. Leí varias veces mi nombre escrito elegantemente en el sobre con letras en tinta negra.

“Para: Andrea Ysabel Strauss”

Era mi nombre completo, y eso solo lo podían saber mis amigas y los profesores. Saqué la hoja de carta blanca donde leí el mensaje que me ha asustado todo el día.

Sé todo sobre ti, y eres perfecta para los que te ven. Incluso para mí, me has cautivado como ninguna lo ha hecho. Ahora quiero que sepas que si no dejas de investigar sobre las muertes… serás la siguiente chica que no volverá al internado. Solo para que sepas que estoy en todos lados, te envío una hermosa foto.

Atte. Tu admirador.

PD: Si le dices a alguien de esta carta, apresurarás tu muerte. Sería algo lamentable para ambos.

PD2: Podrías ser mía en cualquier momento, así que no te encariñes mucho con él.”

Vi la foto semi-oscura, alumbrada por la luz de la luna donde salían solo dos personas. Yo y Luke justo en el momento donde nos estábamos besando.

Mis ojos se empañaron y guarde las cosas en el mismo sobre y en el libro. Lo cerré y me fui a dormir con lágrimas recorriendo mi cara, queriendo irme de este lugar de vuelta a casa de mis abuelos en Alemania.

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