Cap. 34: Investigadoras

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Maureen.

Mientras leía sobre la revolución francesa, pensaba en la chica desaparecida. Ese tema giraba por mi mente una y otra vez sin dejarme en paz.

¿Dónde estará? ¿Qué habrá pasado con ella? Eran alguna de las preguntas que me hacía.

Necesitaba información sobre la chica. Quizás en dirección habrá archivos sobre los alumnos y su comportamiento. También podría hablar con sus amigas, pero el problema era que no sé quiénes son. Y si era popular difícilmente quieran hablar conmigo. En estos momentos me daban ganar de ahorcar a Mariah por habernos dejado.

-Señorita Foster por favor preste atención a la clase- regaño la profesora Peterson.

-Perdón, lo haré.

Me esperaban afuera de mi salón Nevenka junto con Andy. Este receso era para estar juntas. Luego me iría con León.

-Chicas… ¿saben?, no he dejado de pensar en la desaparecida.

-No eres la única- dijo Andy seria.

-¿Qué le habrá pasado?- musito Neve.

-Estaba pensando en hablar con Vicky y Cassie acerca de todo esto.

-¿Te refieres a unirnos a su investigación?

-Lo único que tiene ellas son preguntas sin responder. Eso no es una investigación- Andy se cruzó de brazos.

-Llevan más tiempo aquí que nosotras Andy, algo deben saber. Más que Luke se ha liado con la chica, y es primo de Cassie. Deben tener secretillos- aseguré.

-Está bien Sherlock. Pero si comienzan a aparecer cosas raras, me salgo y haré como si no supiera nada- amenazo con su dedo.

-Hecho- dijimos al unísono Nevenka y yo.

Nevenka.

Luego de recorrer casi todo el internado buscando a Vicky, la encontramos sentada a las afueras de la biblioteca tranquilamente con un grupo de chicos.

-Victoria- la llamé.

De inmediato se levantó del grupo y nos saludó a todas.

-¿Qué pasa? ¿Necesitan dinero?- pregunto preocupada.

-No por ahora… tenemos que hablar contigo sobre algo.

De allí le contamos nuestros planes y a medida avanzaba el relato ella iba agrandando su sonrisa.

-Obvio que pueden unirse a nosotras. Mientras más nos ayuden mejor. Pero no se lo comenten a nadie.

-Claro que quedara entre nosotras. Pensaran que somos raras o algo por el estilo si lo hablamos al público- sonrió Mau.

-Vengan, vamos a por Cassandra. Tenemos que ponerlas al corriente de todo.

Estábamos sentadas como podíamos en la habitación de Cassie. Todas bastante serias escuchando la información que nos contaba.

-Entonces, era popular. Salía con bastantes chicos, Luke entre ellos. Danielle la odiaba. No se sabe de su vida personal.- enumeré con los dedos.

-Sip- alargo Cassie- Luke debe saber más de ella. Pero cada vez que le pregunto, se escaquea. Y bueno, está lo de mi rechazo ante Danielle.

-Te entendemos- dije.

-¿Cómo dices que se llamaba la chica?- pregunto Maureen.

-Teresa Warren- contestó Vicky- hable un par de veces con ella. Pero no tuvimos una conexión para ser amigas, por lo que me alejé de ella y su grupo.

-¿Y por dónde emperezaremos? ¿Archivos, sus amigas, sus ligues?- Andy tenía confusión y miles de preguntas que se atoraban en su garganta.

Sé que le interesaba la parte de la relación Luke-Teresa. Pero en estos momentos creo que no era conveniente sentir celos.

-Empecemos por sus amigos y ligues. Luego subimos a los archivos y esas cosas.- Informó Victoria.

Luego de un silencio, donde todas pensaban alguna forma de resolver el misterio, nos fuimos cada una a su habitación. El primer día había sido agotador para todo el mundo.

 

Andy.

Encendí mi reproductor de música y tome asiento en mi escritorio color caoba. Con la inspiración suficiente saqué mi lápiz favorito y comencé a escribir.

Cuando me entraron las ganas de comer, me quite los audífonos y guarde mi regalo en su cajita original. Gire a la puerta y me sorprendió una hoja de papel escrita con una letra que ya conocía.

 

“Espero volver a verte en la azotea… sé que lo extrañas.

Atte. L.H.”

“PD.: Tu falda+ tus piernas= perdición”

Era un gilipollas, pero su último comentario me hiso sonreír. Mierda, él no me podía tratar así. NO me podía gustar, tenía una novia y tenía que recordar que era Danielle Prior.

Lo que si tenía razón era que si extrañaba la azotea y el poder ver el cielo despejado desde allí. Pero teníamos toque de queda a las 11. No sé cómo podría ir sin llevarme problemas conmigo.

¿Por qué la vida tenía que tener tantas complicaciones?

Todo por culpa de la tal Teresa Warren. Cuando aparezca la mato, creo que todos me apoyarían. Si no hubiera escapado, todo sería como antes.

Ahora no podríamos competir en motos, salir a beber, fumar o cualquier mierda divertida hasta las otras vacaciones. No creo que pudiera ser peor.

Locuras AdolescentesWhere stories live. Discover now