Luego de unos minutos, se calmaron.

-Vamos a mi cuarto - suspiró Law

-Claro - asintió el pelirrojo y subieron.

      A Doflamingo lo sacó de sus recuerdos recientes una llamada.

-¡Doffy, estás tardando y ya esperé mucho! - dijo un hombre al otro lado de la línea.

-Sobre eso... Oye, no quiero hacerlo. - Respondió Doffy suspirando amargamente.

-Oye, está bien, lo entiendo. No importa, ya tendré tiempo.

-Lo siento. - acabó Doflamingo y colgó. Esta charla le había sacado el buen humor. Fue hasta la ventana, sacó de su bolsillo un pucho a medio acabar.

“Dame algo para que te recuerde” decía Doflamingo.

“Ten esto” le respondía Crocodile apagando su pucho. “Te lo fumas cuando estés agobiado”

“Croco-chan, quítame tú el agobio”

Y su mente se llenó de recuerdos sobre todos los besos del azabache que aún tenía en su piel. Sonrió y guardó el pucho, ese lo iban a fumar juntos la próxima vez, claro que sí.

-Oye, Trafalgar. ¿De verdad no me vas a contar? - suspiró Kid.

-¿Contar qué? - sonrió sarcásticamente.

-No importa - dijo con cierta pesadez en su tono de voz.

-Está bien. - alzó los hombros Law.

-¿Y para qué me llamaste? - preguntó el pelirrojo.

-No lo sé

-Pues yo creo que sí lo sé. - sonrió Kid.

-Pues entonces será eso - alzó los hombros Law

-Ahora entiendo todo, Trafalgar.

-¿Qué es "todo"? - preguntó curioso Law.

-Cuando murió Lami, pensabas aislarte de todo, pero, notaste que pasar tiempo rodeado de personas, dolía menos que estar solo. Cuando te acompañé a ver a Shanks, notaste que te distraía, que no tenías que pensar. Cuando al día siguiente te quedaste solo con tus pensamientos dolió mucho, es por eso que fuiste hasta casa corriendo. - suspiró Kid.

      Law se quedó sin palabras. Pasó unos minutos en silencio antes de animarse a hablar.

-Por eso no quería que me abrazaras. - suspiró - porque si te acercabas a mí, pasabas conmigo la mayor parte del día, cuando esté solo dolería más.

-Entonces tengo que dejarte solo. - sentenció Kid. - Si nunca piensas sobre eso, nunca va a sanar tu herida, Trafalgar. Sólo vas a quedar más débil a los daños futuros.

-¡Eustass-ya! ¡Espera! - Kid lo miró. Entonces, Law continuó - No te vayas. Quédate, la muerte de mi hermana siempre será una herida abierta, vi el cielo y el infierno con ella, nunca voy a superar su partida. Así que, quédate, estoy harto, de que todo duela.

-Trafalgar, tú... - y abrazó al moreno con todas sus fuerzas - Estás cometiendo un suicidio. - acabó el pelirrojo.

-Lo sé - sonrió correspondiendo el abrazo. - pero aún me quedan ganas de vivir. - terminó Law.

      Mientras tanto, en la casa de Zoro, el peliverde estaba tirado en el sofá, cuando escuchó que llamaban a su puerta.

      <Recházalo, recházalo, recházalo, recházalo... >se repetía a sí mismo frenéticamente, recordando cada una de las lágrimas de Law.

CicatricesWhere stories live. Discover now