40-Theo, Harry Sois Unos Idiotas

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-Avada Kedavra.- escuché.

Pero no sentí nada. Abri los ojos despacio y en el suelo estaba Theo.

-¡Bombarda!- dije a Rockwood expulsandolo lejos.- Theodore Nott, eres un completo idiota. No puedes morirte ahora. Recuerdas ¿juntos siempre? ¡Siempre! Me prometiste que no pasaría, que de cuidarías. Imbécil.- las lágrimas salian sin control.

Me levanté y me dirigí hacia Rokwood.

-Avada Kedavra.- un rayo verde salió de mi varita y lo mató.

Me giré hacia Fred y le abracé.

-Layla, es Harry.

Mire hacia atrás y Harry estaba viniendo hacia aquí.

-Layla, tú padre, esto Snape a... A muerto.

El mundo se me cayó encima.

-Cuidate, salvate, huye si hace falta, pero no mueras.- siguió.

No podía escuchar apenas.

-Solo me quedáis tú y Draco, como te mueras te mato.- le acabé diciendo.

Asintió y le abracé.

Se fue y yo busqué a Draco.

***

-Hermione, ¿donde está Harry?- pregunte a la castaña.

La chica miró a Ron.

-No se ha ido al bosque, ¿verdad? Dime que no.

La chica se acercó y me abrazo. Empecé a llorar.

-Me prometió que iba a cuidarse, que no iba a ponerse en peligro. Y él va hacia la muerte.- solloce.- No me queda nadie, solo vosotros y Draco.

Me separé y me seque las lágrimas.

La gente paró de luchar y ya no se escuchaban los hechizos. Todos estában pendientes de una masa de personas que venía del bosque. Uno de ellos se notaba que era Hagrid, llevaba un cuerpo.

-¿Quién lleva Hagrid papá? ¡¿Quién lleva Hagrid?!- preguntaba Ginny alterada.

-Harry Potter a muerto.- comunico Voldemort.

-No.- Ginny casi corre si no fuera porque la cogí del brazo.

-Es hora de que os unais a mi o murais.

-Draco.- Lucius llamaba a Draco para que viniera.

Lo mire y me acerque a él. Lo abracé del brazo.

-Draco ven.- dijo Cissy.

Me miró y le mire.

Camino hacia Voldemort y le medio abrazo.

-Muy bien Draco, muy bien.- dijo Voldemort.

Draco me miró, estaba suplicando que fuera con él, su madre me sonrió intentando transmitirme calma. Mire a mis amigos, ninguno se encontraba en sus mejores momentos.

—Layla.— susurro Cissy sin quitar su sonrisa que transmitía calma.

—Tú padre lo hubiera querido así.— siguió Lucius. ¿Como se atrevía a hablar de mi padre? Aunque pensándolo era la única familia que me quedaba y ya era mortifaga de por si asi que que puedo hacer.

Camine unos pasos.

-Layla, querida, tú padre estaría orgulloso de ti.- me dijo Voldemort.

Cuando fue a abrazarme me aparte.

-No me toques.

Camine hacia la familia Malfoy y vi como Neville caminaba hacia Voldemort. ¿Neville? ¿Mortifago? Nunca lo imaginé.

-¿Y tú eres?- le preguntó Voldemort.

-Neville Longbottom.- respondio.

Todos los mortifagos se rieron.

-Bueno Neville, seguro que podemos hacerte un hueco en nuestras filas.

-Neville tú no.- susurre.

-Puedo decir unas palabras.

El señor tenebroso hizo una mueca.

-Seguro que todos estamos... Encantados... De escuchar lo que tienes que decir.

—No importa que Harry ya no este.

—Dejalo Neville.— le dijo Semus.

Una lágrima silenciosa recorrió mi mejilla y Cissy la limpió.

—Todos los días muere alguien. Amigos, familiares, sí, hemos perdido a Harry hoy, pero sigue con nosotros, aquí,— se señaló el corazón,— y Theo, y Remus, Tonks, todos ellos. No han muerto en vano, pero tu si lo harás,— se dirigió a Voldemort,— porque te equivocas. Harry nos llevaba en el corazón. A todos nosotros.— sacó una espada.— Esto no ha terminado.

En ese momento Harry se tiró al suelo. Mi cara de asombro era... Cambio de una cara de poker de mierda a una cara de felicidad extrema.

Empezó a luchar con Voldemort. Todos los mortifagos fueron llendose poco a poco. Narcissa me agarró de la mano y nos llevó hacia el puente.

Llegamos a la mansión malfoy.

—Layla, recoge tus cosas, te vas a Ilvermorny.— me dijo Cissy.

Abrí el baúl y metí mis cosas.

—Volveremos a por ti, te lo prometo.— me dijo.

—Te quiero Draco.— le dije.

Me dio en beso.

—Yo también te quiero, te amo.— me dijo.— Volveré a por ti.

Asentí y le di un corto beso. Cissy se apareció conmigo en Ilvermorny. Una chica que me recordaba mucho a Zoe, pelinegra, un poco morena y ojos miel, se acercó a nosotras.

—Hola, soy Catalina, puedes llamarme Cata o Lina, como quieras. Debéis ser la señora Malfoy y la señorita Nott.

Asentimos.

—Soy la prefecta de Thunderbird. Están todos en el comedor esperandote, ponte el uniforme.

Me dio un uniforme.

—Adiós Cissy, cuida de Draco por favor.— le dije.

Me abrazo. Cuando nos separamos desapareció, siempre con esa sonrisa que transmite calma hasta en los peores momentos.

—Soy Layla, puedo usar el servicio para ponérmelo.

—Claro Layla.

Me llevó a los servicios y ahí me cambié.

Me llevó al comedor, me recordaba al comedor de Hogwarts. Ahora servirá como cementerio y hospital.

—Buenos días señorita Nott.

Me llevaron a una sala redonda, había un signo extraño, me coloque en el centro como me pidieron. Un ave batió las alas.

—Genial, eres Thunderbird. Como yo.— dijo Cata.

—¿A qué curso vas?— le pregunté.

—El año que viene cursaré séptimo y último año, como tú.

Me llevo a mi sala común. Era toda roja, con toques azul marino y amarillo.

Suspiré.

—¿Ocurre algo Layla?— me pregunto.

—Hecho de menos a mis amigos y a mi familia.

Snape ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora