24-Navidades Weasley

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—Papá, ¿puedo ir a casa de Sirius estás navidades?— pregunte entrando en su despacho.

—Buenos días hija... Me gustaría que las pasarás aquí conmigo.

—Pero son tres semanas y nadie se queda, porfis.— le rogué.

—Corre a hacer tus maletas anda.— terminó.

—Gracias, te quiero.— le dije antes de salir.

—Cuando te conviene.— susurró.

Reí.

Subí fui a la sala común y luego a mi cuarto, hice las maletas y me encontré con Herms en el patio leyendo un libro como siempre.

—Hola Herms.

Esta se asusto y me fulmino con la mirada.

—Mi padre me ha dejado ir a la casa de mi padrino estas navidades.— le dije.

—Me alegro por ti, vamos a estar todos allí.— me dijo.

Note una mano en mi hombro y grité sobresaltandome. Hermione empezó a reírse.

—Hola rubio.— le dije a la persona.

—Hola pelirroja.— dijo mientras se sentaba a mi lado.

—Mis padres dicen que te vengas el último fin de semana de navidad a mi casa.

—Me lo pensaré...— me miró confundido.— Claro que voy hurón.

Me sonrió y yo le sonreí de vuelta.

—Tengo un regalo para ti.— me dijo.— Si no te importa Granger, te la robo.

—¿A mi? Para nada.— contesto la castaña.

Se levantó y me agarró de la mano y me llevó muuy lejos.

—¿A dónde vamos?— le pregunté.

—Al lago negro.— contestó.

—Pero Draco, yo no tengo regalo para ti.— dije haciendo un puchuero.

—Con tu presencia me basta.— me dijo.

Llegamos al lago y había un picnic en este una caja negra con un lazo verde oscuro.

—Ábrelo.— me dijo.

Lo abri y había otra caja más pequeña de color verde y plata. Mire a Draco y me dizo un gesto para que siguiera. Abri esa caja y había un cojin tipo lo que le ponen al collar en las cajas.

—Dejame adivinar, te gastaste el dinero en las cajas y no fuiste capaz de comprar el regalo.— dige mientras me giraba hacia él.

El ya no estaba en ese lugar ue collar en forma de corazón paso foa mis ojos y lo colocaron en mi cuello.

—Más quisieras.— me dijo la voz del rubio detrás de mi.

Mire el collar y tenía nuestras iniciales grabadas. Era una esmeralda talla de corazón con un arco plata rodeandolo con su forma, en el arco nuestras iniciales en oro se podían observar.

Me giré hacia él y lo abracé. Me devolvió el abrazo y nos quedamos un tiempo comiendo.

—En serio Draco, no hacia falta. Yo no tengo nada para ti.

—Te he dicho que no hace falta que me hagas ningún regalo.

—Entonces, ¿por qué me lo has hecho tú? A mi tampoco me hace falta que me hagas un regalo.

Me beso en los labios y me sonrió.

—No, pero quería tener un detalle contigo, además que más da.

Snape ✔️Where stories live. Discover now