18-Te necesito Malfoy

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Narrador Obsicinente

Layla estaba sentada en los pies de su cama. Su padre se había ido tan solo hace unas horas a la mansión Malfoy, dejandola con Draco a solas.

Draco estaba en la cocina. Ninguno de los dos sabía exactamente porque Draco había ido a su casa y porque Snape los había dejado a tolas sabiendo que era un padre celoso y ellos tan solo adolescentes que se amaban el uno al otro.

—Layla.— dijo Draco entrando en la habitación.— ¿Qué te pasa pastelito?

Hacía tanto que no la llamaba pastelito, el año anterior solo se llamaban por sus nombres.

—Ahora que Voldemort a regresado mi padre va a dener menos tiempo para mí. Va a ter como los veranos antes de ir a Hogwarts.— respondió la chica

—Comprendo...— Draco se sentó al lado suya.— En realidad no, porque mi padre nunca me ha dado amor y no estuvo conmigo en ningún momento de mi vida y bueno supongo que mi madre estaría demasiado ocupada.

Layla le miró.

—Tu madre te quiere mucho, tu al menos tenías una madre.— volvió a hablar la chica.

Eso incomodo algo a Draco. La hija del profesor y él nunca habían hablado tan serios y menos he la madre de Layla.

—Me quiere, como cualquier madre a su hijo y me protege como cualquier madre a tu hijo, no es nada especial.

—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?— el chico se sorprendió ante tal pregunta.— Si lo tienes lo despricias o no le das importancia pero si no no tienes lo hechas de menos. Draco, los seres humanos, sean muggles o no, nunca le importa lo que tienen en cuanto lo pier....

Draco callo a Layla de un beso. Al principio la chica se mostraba en shock, pero después siguió el beso.

Cuando frenaron Draco abrió la boca para responder a tal filosofica frase de antes de su novia.

—Te necesito, Draco, más que nunca.— le interrumpió

Este no dijo nada y la volvió a besar. Layla se sentó encima del chico.

Draco empezó a pasar las manos por la espalda de Layla, mientras esta última le quitaba los botones de la camiseta sin dejar de besarse.

Malfoy le quitó la camiseta a su novia mientras esta se dajaba manejar por el momento. Draco cayo encima de Layla en su cama y empezó a besarla el cuello.

Sonó la puerta de ha casa.

—Buenas tardes chicos.— era la voz de Narcissa.

—Draco, tú madre.— dijo Layla.

—Me he dado cuenta.— dijo separndose de la chica.

—Mi hi didi cinti. Pues vístete imbécil.— respondió esta.

—Seré imbécil, que lo dudo. Pero soy tu imbécil.— le plantó un último beso antes de empezar a vestirse.

Layla ya estaba vestida y bajo para no levantar sospechas.

—Buenas tardes señora Malfoy.— dijo esta.

—Buenas tardes Layla, estas muy mayor, por cierto ¿dónde está mi hijo? ¿No viene a saludar?— dijo la señora Malfoy.

—Ehh, sí, pero está en en baño.— dijo Layla nerviosa.

Narcissa miró a Layla con una mirada extraña, con la media sonrisa que Draco había heredado de ella, como si supiera lo que estaba pasando.

—Layla.— dijo Narcissa.

—Dime.— dijo la chica.

—Tú padre te hecha mucho de menos, pero el señor oscuro uqiere que se quede unos días allí.

Snape ✔️Where stories live. Discover now