21-Castigo Mortal

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—Podemos sentarnos y hablar.

Atenti y nos sentamos en un banco.

—Ves las líneas cortadas aquí, todo es un recorte, como dirían los muggles un colache.

Miré fijamente la foto, es verdad que tenía recortes en la parte de Draco.

—Y observa, Draco siempre tiene la misma postura.

—Supongo que al ser un detalle tan pequeño casi ni me di cuenta con los ojos llorosos.

Odiaba estar así con Draco, y más si la culpa era de mi maldita ignorancia. Mis ojos se llenason de lágrimas.

—Enana no llores.— me dijo.

Seque la única lágrima que cayo por mi mejilla. Me levanté y Blaise repitió mi gesto.

—Dile a Zoe que comeré con uos leones, si es necesario cuentales sobre esta conversación.

Asintió y me fui al comedor.

—Pensé que comerías con tu amiga Zoe.— me dijo Ginny.

—Eso iba a hacer, pero no puedo estar en esa mesa ni siquiera puedo mirar a un Slytherin a la cara. Siento que se ríen de mí, o que se decepcionan al estar con la casa rival.

—Perdón.— murmuró George.

—¿Qué?— le pregunte.

—Perdón por berarte.— dijo en un susurro.

—No pidas perdón, no pasa nada. Ah, por cierto, la señora del rosa me ha castigado.— dije.

—¿Qué? No vas a ir.— habló Harry

—¿Y qué me suspenda? Ni de coña.— le respondí.

—¿Quieres que te haga eso?— digo Ron señalando la mano de Harry.

—¿Qué? Ni me va a tocar labmuu maldita, soy hija de un profesor, ¿recuerdan? Tengo mis privilegios.

Todos merasin sus platos con desaprobación y siguieron comiendo. Yo solo fui capaz de probar un cahmcho de pan.

****

Escuché un "adelante" cuando toque la puerta del despacho de cara de sapo. Entre y un niño rubio de Ravenclaw estaba sentado en una mesa con unr plunma y un pergamino, estaba llorando y algynas de jas letras ya estaban escritas en su piel. En il pergamino ponía "La tarea es algo importante y no debo olvidar el libro".

Esa mujer era un monstruo.

—Escribirás con la pluma, debo ser puntual y respetar a los mayores.

—Me niego, mi padre se enterará de esto.

Esa frase es de...

Lo sé, ni lo menciones ni quiero llorar aquí. Por cierto, ¿te colaras mucho en la historia?

Lo que sea suficiente, sigue.

Me miró y me dio unr pluma. No la cogí y esa la enfureció.

Crucio.— dijo la maldita.

Un dolor se extendió por todo mi cuerpo y me caí retorciendome de dolor, era inexplicable. Era un veneno atravetandome todo el cuerpo, millones de punzadas lanzadas a la vez. El dolor no cesó hasta que Umbrige retiró su varita.

—Eres un monstruo.— le grité.

Volvió a lanzarme un Crucio. El niño estaba asustado.

—Para porfavor, para.— dijo el rubio.

Snape ✔️Where stories live. Discover now