𝐻𝓊𝓇𝓉 𝑀𝑒 [𝐻𝓌𝒶𝓃𝑔 𝐻𝓎𝓊𝓃𝒿𝒾𝓃]✓ #Wattys2021

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Capítulo 18:
Heridas gentiles.

•Hani•

El distanciamiento con Jisung ahora era por parte del chico. No se hablaban, no se miraban ni por equivocación, si quiera compartían la hora del almuerzo juntos. Más que antes, Han pasaba el tiempo con su novio, enrollándose del brazo del chico todo el tiempo, como si aquello fuese un escudo para cualquier cosa.
Las cosas en general tomaron un ritmo extraño, el grupo de amigos se hallaba disuelto, y se dividían en mini grupos de vez en cuando. Era gracioso notar como los que no tenían problemas entre sí, lucían tan incómodos en tener que turnarse entre unos y otros. Hani por su parte, se encontró a sí misma comiendo sola al considerarse un estorbo para cualquiera. Rechazó por completo compartir mesa con Hyunjin, Jeongin y Félix, y se resignó a comer en una banca a solas porque quizás era lo mejor.

Destapó su vianda de comida con motivos rosas, y se consiguió con fruta perfectamente picada, un sándwich y ensalada de tomates cherry. Sonrió inconsciente al notar el Post It de Rilakkuma que estaba pegado sobre el pan integral. Sólo pudo pensar que su hermano era un puerco a pesar de sus buenas intenciones, sabía que el pegamento del papel se pegaría a la comida.

"Sé que has tenido días de mierda, espero que mi mala comida no los haga empeorar. W all the luv— Chris-oppa :)"

Lo único bueno que existía entre el problema de su madre y Bang Haknyeon, era Christopher, porque sin dudas era un apoyo que no sabía que necesitaba y ahora lo tenía. Fue comiendo su sándwich mientras sonreía, se trataba sólo de lechuga, mayonesa y queso, pero el hecho que su hermano lo había hecho con tanto cariño, lo hacía especial.

El sol sobre ella era caluroso, nada que no pudiese soportar mientras terminaba su almuerzo. El árbol grande que tenía haciéndole sombra, la cubría cómodamente y se preguntó un momento si aquello era mejor lugar que la cafetería, donde todo era un bullicio constante.

—¿Hay lugar para uno más? —La voz conocida la detuvo en medio de un mordisco hacia su sándwich.

Elevó sus ojos con la boca aún sosteniendo el pan entre ella, y observó reacia al chico que le sonreía hasta hacer desaparecer sus ojos de una manera excesivamente radiante. Él señaló el espacio vacío de la banca junto a ella, al notar su clara confusión sin poder irse de su rostro. Después de unos minutos, Hani no tuvo otra opción que asentir, y dejarlo tomar el espacio a su lado. Se sentó en silencio, aún sonriendo.

—¿Te gusta comer aquí? —Abrió un paquete de papas fritas y comenzó a comerla como si fuese el más nutritivo de los almuerzos.

Hani se extrañó por sus repentinas ganas de sacarle una conversación. Hacía más de una semana que se evitaban, o en pocas palabras, ella lo ignoraba adrede. Sin embargo, el chico se encontraba apacible, cual persona que le habían hecho una lobotomía, tratándola como si nada hubiese ocurrido entre ellos.

—Te he dicho que no deberías comer porquerías como esas, Lee Minho. —Le llamó la atención imprudentemente, ocultando su tono de preocupación por el poco alimento que estaba almorzando.

Él alzó una de sus cejas divertido, tras una carcajada en voz baja. Hani le miró de mala manera, no sabía qué ocurría.

—Deberíamos hablar, ¿no lo crees? —Soltó un resoplido cansado.

—¿Deberíamos? —Le imitó dudosa.

Él asintió, tomando un sorbo de su lata de Coca-Cola:—Deberíamos.

Esperó porque Minho se acomodara tímido en el asiento, movimientos característicos que lo dejaban en evidencia cuando se ponía nervioso. Contuvo el aire tras un suspiro desesperado, se veía en completamente todo él, se hallaba alterado.