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Capítulo 14:
Heridas inaceptables. Parte II.

Las idas al noraebang nunca eran una mala idea para un viernes por la noche, no cuando le gustaba ver lo competitivos que eran sus dos mejores amigos, como si aquello fuese una audición para una gran empresa de música. Kim Seungmin se había pasado el camino entero alardeando que sacaría un puntaje mayor al de Lee Minho, y que por supuesto que su voz era mejor que la del chico. Ver a los chicos discutiendo por una tontería de esas le era el mejor obsequio de cumpleaños adelantado de todos.

Bebieron Soju y cerveza mientras escogían canción tras canción. Todo fue divertido hasta que Seungmin comenzó a vomitar inevitablemente por lo poco tolerante que era al alcohol. Sin querer irse aún, Minho y él decidieron enviar al menor a casa en un taxi, y quedarse ellos por lo que restaba de noche. Les cansó rápido el alto ruido de los altoparlantes de la salita, y ya la luz de neón azul chillón les molestaba en los ojos, la mejor idea que tuvieron había sido quedarse bebiendo en el área del bar del karaoke.

—Estar enamorado de una chica es extraño —Lee Minho había pasado de hablar de lo bueno que era ahora para las matemáticas, a decir una cosa como aquellas. Hyunjin lo escuchó atento tragando el líquido ameno de la cerveza, su amigo lucía frustrado—. Sabes, Hyunjin. Nunca me hubiese imaginado poder enamorarme de una chica, mucho menos de Kang Hani. —Rió amargamente, negando con su cabeza.

—¿De qué hablas? —Pero Hyunjin sabía justo a lo que se refería Lee Minho.

—Hablo de Han Jisung —Su cabeza se fue entre sus manos, ocultándola. Estaba atormentado por ese tema otra vez—. Pensé que lo había olvidado, Hyunjin. Pero verlo con Kim Seungmin me afecta, me cala hasta el más mínimo recuerdo de él. —Se oía afectado más de la cuenta.

Le acarició la espalda a su mejor amigo en compresión, callándose las palabras de aliento que tenía, porque en verdad era malo en eso del apoyo moral. La sexualidad indecisa de Lee Minho era un secreto para todos, menos para él. El poco interés que tenía por las chicas le dejaba demasiado en evidencia, y lo quería ocultar con exigencias absurdas que eran casi inhumanas e imposibles de hallar. No obstante, era gracioso como el bonito de Han Jisung se adaptaba a todas y cada una de las cualidades que buscaba su amigo, dando por entendido que él era lo único que en realidad estaba buscando inconscientemente.

—¿Y si me gusta aún? —Le preguntó con la voz distorsionada por el nudo en su garganta, lloraría en segundos—. No puedo hacerle esto a Kang Hani, no puedo.

No tenía idea de cómo había terminado sobre el césped húmedo de su jardín, pero ahí se hallaba, recordando las palabras angustiadas de su mejor amigo y cómo él no era capaz de ayudarle de ninguna manera. Intoxicado en cada parte de su cuerpo, se perdió en la inmensidad del cielo oscuro, permitiendo que la fría brisa de la noche le azotara el rostro sin importarle las consecuencias que ésto pudiese traerle luego. No cedió cuando uno de sus guardias de seguridad le pidió llevarlo dentro de casa, al verle trastabillar en el enrejado de entrada. No quería entrar a casa, no cuando el firmamento tan negruzco le parecía tan hermoso.

—¿Qué demonios haces en el jardín, imbécil?, Pescarás un resfriado. —La voz cargada de ira interfirió entre la tranquilidad.

Los párpados del chico se abrieron en automático al escucharle, pero no le miró al instante, su vista seguía fija en el cielo estrellado sobre ellos. Aquello debía ser un sueño. No pensó que los balbuceos torpes que le había dado al tipo de seguridad funcionaran e hicieran que apareciese ella frente a él, porque era exactamente lo que pidió y se veía todo surrealista.

—Ven a mirar las estrellas conmigo, Kang Hani. —Susurró atropellado y lento, intentando sonar lo más seguro que pudo.

—Estás ebrio, Hwang Hyunjin —Replicó con la paciencia a punto de acabarse—. Entra a casa.

𝐻𝓊𝓇𝓉 𝑀𝑒 [𝐻𝓌𝒶𝓃𝑔 𝐻𝓎𝓊𝓃𝒿𝒾𝓃]✓ #Wattys2021Where stories live. Discover now