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Capítulo 20, Parte final.

Heridas del adiós.

Hyunjin

Su partida de casa había llegado más pronto de lo que pensó. En menos de dos semanas ya estaba rumbo a Inglaterra, con muchos reclamos enmudecidos y sin tener a alguien contra quién arremeterlos. Fue despedido en el aeropuerto únicamente por Yang Jeongin, quién prometió junto a una radiante sonrisa de metal ir a visitarle para las vacaciones de invierno. Hubiese querido que aquella promesa le calmase de alguna manera, sin embargo, sólo le provocó más desesperanza. Él viviría fuera de Corea por quién sabe cuánto tiempo, prácticamente estaría exiliado de lo que siempre estuvo acostumbrado.

Desconociendo el paradero de Kang Hani, pretendió en su cabeza que su corazón no le pertenecía a la chica. Seguramente estaba tan herida que no se atrevió a escribirle por sí mismo, porque no tenía el derecho ya de dirigirle una mísera palabra. Aún así, supo por parte de Minho y Jisung que la castaña ahora vivía con los Bang, los que en realidad, eran su familia. Compartió en su interior una felicidad genuina por ella, porque al fin tenía su ansiado hogar con el que siempre soñó. No todo el daño que le causó era catastrófico, o eso se quiso hacer creer pobremente para que su cabeza atestada de malos pensamientos dejara de atormetarlo.

Bajando del avión privado de la empresa familiar-requerimiento obligatorio por parte de su madre-, notó por qué odiaba esa parte de Europa y su deprimente clima grisáceo. Estaban a finales de verano, y el cielo entero se emcapotaba en nubarrones más oscuros imposibles. Durante todo el viaje fue en automático, acatando las normas del agente de seguridad que habían enviado con él innecesariamente. No tenía sentido rechistar, no era como si pudiese fugarse o algo por el estilo.

—Su equipaje ya está en el auto, joven Hwang. —El escolta que le hizo compañía le anunció, cubriéndolo con un paraguas por la lluvia que se avecinaba.

Miró al hombre de alta estatura que le indicaba el camino que debían seguir por el desolado hangar, y casi se rió irónicamente al ver a los tan esperados guardias de seguridad de trajes negros esperándolos en el SUV blindado y de alta tecnología. Aquello era excesivo, habían contratado a dos tipos más, claramente extranjeros, para que lo costudiaran hasta su llegada a Oxford. Sin contar el avión privado, y toda la parafernalia exagerada que hicieron, como si el chico fuese un criminal o algo por el estilo.

—¿Me van a llevar al jodido Alcatraz? —Se mofó cuando uno de los tipos trajeados abrió la puerta trasera por él.

Le había hablado en coreano, por ello el hombre tan sólo se limitó a mirarle con un desdén nada desimulado. Bufó en su interior, no lo estaba insultando, él no era el responsable que fuese un ignorante que desconociera su idioma. Sin poner otra retención, subió al auto, después de todo, era inexistente la posibilidad de escapar.

El camino a la universidad había sido tedioso, con un silencio condensado en abrumante tensión. Pretendió lucir no afectado debido a todo lo que ocurría en una velocidad casi fugaz, y casi sin notarlo, en poco más de una hora habían llegado a Oxford. Estuvo ensimismado de tal manera que, si quiera escuchaba lo que el amable director de escuela les iba indicando mientras lo conducía a lo que sería su habitación por los siguientes seis años.

—Su habitación es exclusiva, joven Hwang —Aquello disipó la nube de pensamientos difusos que le rondaba en la cabeza. Miró ausente de curiosidad la habitación frente a él, completamente vacía—. Por lo general, los dormitorios son compartidos. Pero en su caso, hemos hecho una excepción para que su estadía sea más cómoda. —Terminó la charla introductoria con una sonrisa bastante ensayada que, desde luego, no la pasó por alto.

𝐻𝓊𝓇𝓉 𝑀𝑒 [𝐻𝓌𝒶𝓃𝑔 𝐻𝓎𝓊𝓃𝒿𝒾𝓃]✓ #Wattys2021Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum