Periculum • [JJK] COMPLETA

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 43

Capítulo final

Suga había sido muy claro y preciso con las indicaciones, mi madre había firmado algunas cosas mientras que yo firmé otras. Ni ella ni yo podíamos creer lo que estábamos haciendo, luego de Suga se fue estuve un buen rato llorando en el estudio, ahí estaba la razón de todas las preguntas de JungKook sobre el futuro, sobre una buena vida, sobre intentar ser alguien, siempre estuvo planeándolo, pero el muy tonto no aceptó que él merecía todo eso también. Si le explicara esto a alguien de afuera no lo entendería, diría que es el karma que acabó con JungKook, diría que lo merece por haber dañado a inocentes, cosa errónea. JungKook ha lastimado a personas que, si lo merecen, un ejemplo claro fue aquellos que traicionaron a su madre.

Si seguía viva era por él, sí, me arriesgué demasiado al dispararle a Jimin y lavarle el cerebro. Me arriesgué mucho recibiendo dos balas que casi me matan, creí que si había podido aferrarme a la vida él también podría hacerlo, pero no fue así, tantas veces me quejé de JungKook por ser un terco, pero yo fui otra terca por ignorar el 99% de esa operación.

Cuando le conté a IU sobre todo el tema se sorprendió, JungKook no le había contado nada pero RM si estaba al tanto, él también pensaba que merecía una buena vida, le deseé una buena vida también junto a HwaSa, por otro lado, EunHa estuvo más que contenta con lo que decía el acta de nacimiento, era evidente que no teníamos ningún lazo familiar de por medio pero con esos papeles el resto del mundo creerá que somos hermanas, no me molestaba en lo absoluto, dejar a EunHa sola no me parecía lo correcto.

Me había acostumbrado a ella y la quería como a una hermana.

Me tomó algunos días para reaccionar, ser consciente de lo que tenía y ser consciente de que JungKook en parte cumplió su promesa de darme una buena vida. Esto me lleva a la promesa que me hizo hacerle.

Seguir adelante sin él.

No sé cuándo cumpliría su promesa, pero ahora mismo no podía, mucho menos cuando sus hermanos se encargaron de su funeral y velorio, no asistí a ello porque no quería verlo, iba a destrozarme frente a todos y no quería eso. EunHa y mi madre asistieron, pero no hablaron de ello, cosa que aprecié mucho. Los días fueron pasando hasta convertirse en un mes.

Estoy en nuestra...casa, no la considero del todo nuestra pero sé que es costumbre, jamás imaginé tener un lugar al que llamar hogar, mi madre derramó algunas lágrimas conmovida, ella también había pasado toda su vida durmiendo en calles sucias y pasando frío, la casa era de un tamaño aceptable para nosotras, cada una tenía su habitación, todo estaba amueblado sólo debíamos quitarle las sábanas a los muebles, las cosas de la cocina estaban envueltas en periódicos guardadas en cajas, todo estaba nuevo esperando ser usado.

Lo único que trajimos con nosotros fue ropa, pero incluso eso tenían nuestros armarios, mi habitación era mediana, tenía una cama grande en medio, una ventana que daba hacia la calle, las paredes eran de un color azul cielo, la puerta que daba al baño hacía conexión con la habitación de EunHa. La casa tenía dos baños, pero el otro quedaba en el cuarto de mi madre.

Había un escritorio frente a mi cama, éste tenía un ordenador portátil, al lado tenía una pequeña biblioteca con algunos libros, el suelo tenía una alfombra totalmente negra, mis pies descalzos sentían la suavidad de ésta, al día siguiente fui con EunHa y mi madre al negocio, al entrar había un mostrador con estantes detrás de éste, era grande como Suga lo dijo, el segundo piso tenía mesas alargadas similares a las del comedor, las paredes tenían grandes ventanales cubiertos por cortinas de color café.

— Aquí se pueden armar todos los ramos que necesite el cliente—opina mi madre—Podemos colocar abajo aquellos que están listos y los de muestra también.