Periculum • [JJK] COMPLETA

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 38

Ryu Grace

Lo último que recuerdo es haberle disparado a Jimin y nada más. De hecho, el eco de los disparos llena la oscuridad en la que estoy, quiero moverme, pero mi cuerpo se siente entumecido, mis ojos corresponden cuando quiero abrirlos, me permiten distinguir la luz tenue de la habitación en la que estoy. Un ligero dolor siento en el pecho y en mi abdomen, toco aquella mascarilla que me brinda oxígeno en mi rostro, me hace cosquillas y quiero quitarla, pero una mano masculina me detiene, levanto la mirada encontrando una melena corta y negra, sus ojos son marrones, parecen contentos de verme todavía viva.

Su rostro está ligeramente curado, luce cansado, pero sonríe de lado mirándome.

— ¿Luzco terrible? —mi voz se escucha ronca y baja, pero él me escucha porque sonríe burlonamente.

— Estás terrible—asiente.

— ¿Tanto como tú? —susurro divertida. Su sonrisa se desvanece a los segundos, toma mi mano acariciándola y pregunta.

— ¿Cómo te sientes?

— Sigo respirando, eso es algo—doy un suave apretón a su mano—Les di un susto a todos, ¿No?

— ¿Sabías que Jimin iba a dispararte en lugar de a mí?

— No—respondo con sinceridad—Por eso usé la estrategia de decirle que sufrirías más conmigo que por una herida o enfermedad—quiero levantarme para sentarme, pero mi cuerpo parece despertar con lentitud—Jimin estaba en un momento de tensión y desesperación, siempre la mente escoge la primera opción en un momento así.

— Has aprendido muy bien, ¿No?

— Tuve un buen maestro—acaricio un poco su mano— ¿Y los demás?

— Afuera, tu madre vino a verte al igual que EunHa—se sienta en la orilla de la cama—Lamento mucho lo de SinB—recuerdo su muerte y por instinto llevo mi otra mano a mi pecho donde debe estar la herida de la bala—Jimin está muerto, tu madre y tú estarán bien de ahora en adelante.

— ¿Qué pasó con Suga?

— Está recuperándose, decidí perdonarle la vida ya que de alguna manera te ayudó.

— Pero te traicionó.

— Necesita cumplirme un favor.

— ¿Qué favor? —pregunto con curiosidad.

— Luego te diré, ahora necesito que te recuperes, tu madre lo necesita.

No me gusta que las palabras que dicen siempre van en beneficio a alguien más. ¿Acaso no me necesita también? ¿No necesita que esté bien?

— ¿Cómo estás tú? —pregunto sabiendo que una pregunta tan simple puede ser difícil de responder para él—Jimin dijo que tuviste dolores de cabeza...

— Estoy bien—dice, pero luego se corrige—Voy a decirte porque alguien más te lo dirá, lo sé—bufó—Cuando...te trajimos tuve...un colapso...en...

— ¿Colapso? ¿Qué pasó? —fruncí el ceño.

— Convulsioné en el baño, alguien me encontró—respira profundo y chasquea la lengua—Estoy bien ahora, no debes preocuparte...

— No me mientas, no estás bien—digo intentando levantarme, pero un quejido de dolor sale de mis labios y JungKook me detiene recostándome de nuevo.

—Tranquilízate, necesitas descansar—me recuerda—Tú lo dijiste, estás viva, estás respirando...

— Y quiero que tú también lo hagas por el mismo tiempo que yo o más—comento— ¿Sabes porque lo hice? ¿Por qué me arriesgué poniendo en peligro mi vida?