𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 10

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YuGyeom está sobre mí tocándome a su antojo, sus labios no dejan en paz mi cuello y yo no dejo de moverme o luchar, intento golpearlo o algo, pero me lo complica. JungKook está sentado luciendo aburrido mientras mira un cuadro de aquel cuarto, YuGyeom libera mis muñecas dejando de besarme al fin, es donde aprovecho cuando se acomoda que una de mis rodillas logra dar en su punto débil. YuGyeom lanza una maldición, aprovecho de empujarlo lejos de mí sacándolo de la cama, tomo el arma que está en la mesa de noche y como es costumbre mis manos tiemblan sosteniendo la pistola.

— ¡Ya! ¿No dijiste que era sumisa? —dice entre dientes. JungKook se levanta y camina a mí, pero lo apunto con la pistola.

— No te acerques—advierto.

— ¿Qué? ¿Enserio vas a disparar? —se burla, pero se torna serio cuando quito el seguro de la pistola recordando la clase que él mismo nos dio.

YuGyeom se recupera del golpe en sus partes baja, JungKook está de pie a escasos metros de mí, avanza y comienzo a dudar. Si le disparo me sentiré culpable, pero si no lo hago ellos abusarán de mí, YuGyeom se dará banquete conmigo y ese idiota disfrutará viéndome ser abusada. Presiono el gatillo y suena un clic que me hace temblar el doble. JungKook levanta una de sus cejas y sonríe.

— Ibas a dispararme, ¿Viste eso, YuGyeom? —mira a su hermanastro quien está recuperado, los primeros botones de su camisa están sueltos, JungKook se deshace de su chaqueta dejándola en el sillón, queda con la camisa blanca que deja parte de sus brazos expuesto, en su antebrazo derecho noto que tiene un tatuaje, luce como una flor—Estoy orgulloso de ti, finalmente tuviste la iniciativa de apretar el gatillo, dulzura.

"No, no, funciona, maldición"

Sigo presionando el gatillo, pero no funciona. En medio de mi frustración bajo el arma respirando con dificultad.

— ¿Creíste que iba a darte un arma cargada? —su voz cambia a un tono de enojo—Esto es tu segunda prueba, Grace—veo a YuGyeom burlarse mientras niega con la cabeza.

— Esta parte te la dejo a ti, hermanito—dice y se va sin más, aunque me envía una mirada de diversión deseándome suerte. Sigo sin entender nada, aunque es lógico que acabo de probarle a JungKook y a mí misma que soy capaz de disparar a alguien, a mi mente viene Mina, ella sufrió de un momento así y nadie la salvó. EunHa se defendió por una situación similar, esto era lo que él quería, ponerme en una situación difícil, él me retó y yo caí estúpidamente.

— Dime, ¿No se siente bien presionar el gatillo?

— Púdrete—le arrojo la pistola a los pies dejándome caer de rodillas al suelo. JungKook recoge el arma para luego mirarme.

— No siempre puedes huir de este mundo, Grace, tienes que ser capaz de defenderte y si trabajarás para mí...

— Si esa arma estuviera cargada te hubiera matado—lo miro furiosa. Lo odio, realmente lo hago, se hace el silencio de nuevo y escucho algunos gemidos de los otros cuartos, JungKook mete la mano en su bolsillo y saca una bala, mis ojos se abren como platos. Él se encarga de recargar la pistola con esa bala y quita el seguro de nuevo.

— Si no quieres morir muévete.

Cuando me apunta reacciono, JungKook se aferra a la pistola y me empuja cuando voy a él, caigo en la cama bruscamente algo aturdida, el chico se coloca sobre mí y comienza el forcejeo, sé que él tiene más fuerza que yo y el doble de tamaño, pero la adrenalina junto a las ganas de seguir viviendo me domina, saco fuerzas de donde no las tengo. Una de las manos del pelinegro atrapa mi cuello, tengo la pistola en mi mano y en medio de la desesperación presiono el gatillo, la bala debió entrar en su abdomen, pero no lo hizo. Sonó el maldito clic de nuevo.

— Mi turno ahora—dice no sin antes besar la comisura de mis labios, me quita el arma y me apunta, pero el clic suena de nuevo. Rodamos en la cama, tomo la lámpara de la mesa de noche impactándola en su cabeza, pero JungKook se cubre antes con su brazo, me empuja y caigo al suelo golpeándome la cabeza, sin tiempo que perder recojo la pistola repitiendo la acción al apuntarle, de nuevo el jodido clic me hace frustrar. Presiono de nuevo y JungKook tiene el brazo con rasguños de la lámpara rota, el chico toma el cable de ésta, jala mi tobillo arrastrándome por el suelo, se coloca sobre mí e intento golpearlo, ata mis muñecas por lo cual me queda mover las piernas. La pistola queda a su merced y la toma, mi respiración es agitada, mis pulmones duelen, mi corazón está a punto de salirse de mi pecho. El cable de la lámpara en mis muñecas está tan apretado que me lastima. JungKook me apunta, me ve fijamente a los ojos y presiona el gatillo sin obtener resultado.

Se prepara una segunda vez y sé que terminará todo. La bala está allí dentro mirándome como él.

— Espera, espera—pido agitada, apenas con aliento.

— ¿Te rindes? —él respira tan agitado como yo, su mano sostiene firme el arma que se apoya en mi frente, cierro mis ojos temerosa—Te hice una pregunta, Grace—su voz es ronca.

— No lastimes a EunHa, por favor—suplico—Soy...soy un desastre, lo sé, fallé en algo tan simple anoche—abro mis ojos y lo miro, sus ojos marrones brillan, algunos mechones caen por su frente—Intenté hacerlo por ella, no sé qué intentabas que hiciera, pero fallé, intenté defenderme y ya ves que fallé—hago una mueca de dolor, mis muñecas duelen—Si me disparas no lastimes a EunHa.

— ¿Son tus últimas palabras? —asiento y presiona el gatillo. Doy un saltito cuando la pistola hace clic, JungKook baja el arma y se quita de mí, desata mis muñecas sin dejar de verme, ambos estamos sentados en el suelo—Eres capaz de defenderte y de disparar, ¿Lo viste?

— Era una trampa—digo y no es una pregunta.

— Necesitaba saber quién inició el ataque en casa—dice calmando su respiración—No sabía que V estaría allí, te llevé para saber si serías capaz de obedecerme, pero claramente no lo hiciste, que ese idiota apareciera fue más interesante—acaricio mis muñecas—Te traje aquí y te dije lo contrario para hacerte sentir presión, si no te defiendes las personas harán lo que les plazca contigo, ¿Estás entendiendo?

— Sí.

— Nada de llantos, el mundo es cruel y si lloras no solucionarás nada—asiento parpadeando varias veces—No te pido que me odies menos, pero espero que esto te haya hecho entender que el malo no soy yo. ¿Me entiendes?

— Sí, sí—asiento y lo miro levantarse. Me ofrece su mano tomándome desprevenida, la tomo levantándome y no sé si es por la falta de adrenalina o el cansancio de la lucha que di, pero mis piernas pierden fuerzas, JungKook me atrapa en sus brazos antes de desmayarme.

 Me ofrece su mano tomándome desprevenida, la tomo levantándome y no sé si es por la falta de adrenalina o el cansancio de la lucha que di, pero mis piernas pierden fuerzas, JungKook me atrapa en sus brazos antes de desmayarme

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Y fin uwu

Periculum • [JJK] COMPLETAWhere stories live. Discover now