𝕄𝕌ℕ̃𝔼ℂ𝕆 || 𝐍𝐨𝐌𝐢𝐧

#15

Mis ojos volvieron a clavarse en Jeno al menor movimiento. Su expresión divertida había desaparecido. Me miró de una manera furibunda antes de volverse hacía Yeji con los ojos entrecerrados. Los dos cruzaron una mirada rápida y Jeno hizo un ruidito de desagrado con la boca.

- Hola. - le sonrió mi ex novia. El ambiente se volvió extremadamente tenso mientras Jeno guardó silencio hasta que finalmente, arqueó los labios en una sonrisa. Una sonrisa que parecía la personificación del desprecio.

- Hola, Yeji. - soltó, como si la conociera de toda la vida, con mucha brusquedad.

- Tú debes de ser el hermano de Nana, ¿no? Un placer cono…

- ¿Cómo sabes si soy su hermano? - le cortó con un tonito juguetón, un tono provocativo y a la vez, intimidante, prepotente. Fruncí en ceño.

- Ah, ¿No lo eres?

- Por aquí hay muchos rumores, ¿Cuál crees tú verdadero? - pero, ¿A dónde demonios quería llegar a parar? Le metí un pellizco en el brazo, conteniendo mi rabia. Jeno me ignoró por completo.

- Oh, eso. - Yeji me dedicó una sonrisa resplandeciente y yo desvíe la mirada hacía el suelo, tieso y nervioso. Noté como Jeno movía la cabeza y me miraba de reojo unos segundos. Se había dado cuenta de mi nerviosismo, seguro. - Creo que son hermanos aunque no se parezcan mucho a simple vista. Supongo que Jaemin te ha hablado de mí, de lo nuestro.

- De lo que hubo, si, algo mencionó. - ahora su tono parecía un tanto irritado, pero tranquilo y eso me provocó un gran alivio.

- Por eso… le conozco. No lo veo con ningún chico, la verdad. Hemos estado juntos, y Jaemin no es... así.

- Menos mal que alguien se ha dado cuenta y se ha parado a pensar. No puedo creer que piensen que él es mi novio, joder, sólo hace falta mirarnos, somos dos polos opuestos. ¿Verdad? - giré la cabeza hacia él, esperando una respuesta, intranquilo. Jeno ladeó el cuello, pensando en algo que no alcanzaba a averiguar. Miró hacia la derecha, hacia el borbotón de personas que seguían mirándonos como dos fenómenos paranormales, esperando una acción sorprendente que no llegaba. Observó a Mark y a Renjun, encogiendo la nariz y luego me miró a mí con total seriedad. - ¿Jeno? - de repente me descubrí preocupándome por él, por su repentino cambio de actitud. No solía calmarse con tanta facilidad, tan de repente, de hecho, una vez enojado, la cosa iba a peor. Quizás estaba pensando en algo que lo mantenía a raya y me preguntaba que demonios se le estaba pasando por su loca cabeza.