-Ya que tienes guantes de invierno, ¿No tendrás gorros de invierno?

-Sí, sí tengo.

-Perfecto, vamos a buscarlos. También deberíamos cambiarnos.

-No tengo ropa de tu talle

-No importa, al menos dame un abrigo.

-Claro, vamos arriba.

Los dos chicos subieron a la habitación de Kid. Cabe añadir que la cama seguía sin colchón. Buscaron en el armario y encontraron dos gorros completamente negros. El pelirrojo le dio unas tijeras, Law iba a cortar dos círculos para los ojos. Kid se dispuso a cambiarse. Se quitó el abrigo, luego la camiza, hasta tener el torso desnudo.

Law quedó admirado. Demasiado sorprendido, confundido e imnotizado. Kid tenía un cuerpo único, unos brazos brutales, bien marcados, fuertes. Los músculos le daban forma totalmente, se podía apreciar cada curva del cuerpo humano.

Su espalda, era ancha, enorme. Estaba perfectamente formada. Era amplia, algunos mechones rojos descansaban sobre ella. Se afinaba cerca del final, formando una V y marcanso la cintura. Pero lo que había dejado idiotizado a Law era una monstruosa cicatriz que atravesaba la espalda de Kid en diagonal.

Tenía ese color rojizo, no parecía especialmente reciente, era realmente grande, incluso para el tamaño del pelirrojo. Law simplemente no podía apartar la vista de esa colosal marca. Entre abrió sus labios, sus ojos grises y brillantes no podían despegar la vista aunque lo intentaran con todas sus fuerzas. Era raro, pero atractivo.

Sintió su cara arder por dentro, pero no podía ver si acaso estaba sonrojado. Acertó a tocarse la mejilla izquierda, ardía. Lo sacó del trance la ronca voz de Kid.

-¡Trafalgar! ¡Te estoy hablando! ¿Qué me pongo?

<¿¡Cuándo se acercó tanto!?> pensó Law y sacudió la cabeza.

-¡Y yo qué voy a saber! - exclamó molesto el pelinegro.

-Me dijiste que me cambiara, además, ni siquiera hiciste los círculos

-Eustass-ya, deberías dejar de tener tanto interés hacia mí.

-Estás delirando, Trafalgar. Sólo hice lo que dijiste y aho- pero un grito del moreno lo detuvo. Se hacía costumbre ser callado por Law y no le estaba agradando.

-¡Ponte esto! Y le tiró lo primero que encontró. A demás, no podía hacer los círculos si no los medía con tu cara antes. Y aún faltan las cadenas, que no sé ni para qué las quieres.

-Olvidadalo, ya lo tengo resuelto. Ten esto - y le lanzó un abrigo.

Bajaron, Law se puso en abrigo, que le quedaba algo grande. A decir verdad, bastante grande. Kid tomó algo de una caja y lo guardó en un bolsillo del abrigo. Había decidido ponerse unos pantalones deportivos grises, una camiseta lisa y un abrigo gris, también de estilo urbano. Salieron de la casa. El pelinegro no le dirigió la palabra en todo e camino: aún estaba confundido.

Se puso a pensar, realmente no sabía de quien ahora lo acompañaba. No sabía ni siquiera por qué lo acompañaba, mucho menos sobre su familia, su infancia, su color o comida favorito o esa cicatriz; esa cicatriz enorme que tan descolocado lo había dejado. Al final de su pequeño pensamiento, Law llegó a una conclusión: Sé que se llama Eustass Kid, que lo conozco hace cinco días y que me está acompañando a realizar una autopsia ilegal a mi hermana muerta.

Kid fue hasta el callejón a media cuadra de la estación, sacó lo que había guardado previamente: una cuerda de algodón. Le hizo unos nudos extraños y la dejó verticalmente sobre un contenedor de basura, rodeándolo. Se puso la máscara y Law hizo lo mismo.

-Trafalgar, siéntate aquí. Justo al lado del contenedor. - indicó Kid. - No te muevas y sobre todo no hables. - ordenó

El pelinegro acató las órdenes. Pronto, vio como su compañero desaparecía de su campo visual, pasaron unos minutos, cuando sintió que algo lo tocaba, era pequeño, casi diminuto, apenas podía sentir ligeros toques. Pero, fueron suficientes para ponerlo en un estado de ansiedad y pánico indescriptibles. Se tapó la boca y comenzó a morder sus dedos, ni siquiera escucho los pasos del pelirrojo.

Estaba en un trance, sabía que no se podía mover pero temblaba. No fue capaz de oir todo el ruido que estaba haciendo ahora Kid. Una electricidad recorrió su cuerpo, estaba Erizado, inmovil, veía a quién le causaba todo eso con fuerza, su mirada grisácea no se apartaba, el terror de no saher su ubicación exacta lo consumía, casi tanto como el tenerlo encima.

Su pecho subía y bajaba frenéticamente, quería gritar, llorar, salir corriendo, desaparecer. Mordió más fuerte y un hilo de sangre acabó en su boca. Ese sabor metálico y extraño ni siquiera era asimilado por el moreno. Sintió un toque ligero en el hombro, miró al frente, la sombra parecía ser Kid, pero no podía reconocerlo, para él, ahí sólo había una mancha.

Se paró, se sacudió con fuerza y abrazó a su compañero. Kid se sorprendió, y aún más cuando Law comenzó a presionar sus dedos y uñas con una fuerza descomunal contra su brazo, mientras tenía los ojos abiertos y la mirada perdida. Cuando el pelirrojo reaccionó, atinó a rodear a Law con un brazo y moverlo lejos de ese callejón antes de que hablara y arruinara el plan. Se detuvieron en la a algunos metros de la comisaría.

-Trafalgar - se animó a decir Kid. Si el moreno seguía actuando así no soportaría la autopsia.

-¿Sí? - dijo unos cuantos segundos después, cuando se dio cuenta de la situación.

-Ten, ponte esto. - y le pasó la máscara. No quería preguntarle por lo recién ocurrido, por las dudas.

Law se puso la máscara y entraron al lugar, no sin antes apagar la electricidad del edificio. No tardaron en encontrar la sala de autopsias, Law se conocía el local de arriba a abajo. Kid encontró el cuerpo de Lami bajo una de las mantas, dudó unos segundos. Law estaba actuando raro, primero, cuando se estaban vistiendo, luego, en el callejón, temía otro de esos episodios de desconexión con la realidad que el moreno había demostrado padecer hoy.

Además, tan sólo tenía imágenes de Lami por algún cuadro que vio en la casa, pero al ver que tenía cierto parecido con Law a pesar de las marcas de costura, decidió llamarlo. El pelinegro se acercó lentamente, cuando estaba a punto de destapar la sábana, sintió algo cálido en su espalda. Kid lo había abrazado por detrás. Se sintió incómodo.

Kid no sabía por qué lo había hecho, pero figuraba en su lista de motivos más importantes contener a Law de un posible ataque de pánico. Pero sólo recibió un grito seco de su compañero mientras era apartado.

-¡Eustass-ya! ¿Qué se supone que haces? ¡Ve a apagar la alarma o algo! - exclamó molesto Law

-Sí, claro. Sólo no sabía si podrias- y por enésima vez, el moreno lo interrumpió

-Sí, sí puedo. No soy un niño,
Eustass-ya. - y dio por terminada la conversación.

El pelirrojo salió de la habitación, rumbo a apagar la alarma, aún confundido por lo que acababa de pasar.

Law, se puso los guantes de látex y levantó un poco la sábana, cuando un objeto se posicionó en su espalda, y algo le cubrió la boca y la nariz. Escuchó cómo le susurraban al oído "Qué descuidado, doctor, olvidó por completo su tapabocas" y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

CicatricesWhere stories live. Discover now