Capítulo 81: Risueños

587 58 5
                                    

YoonGi estaba muy al pendiente de sus cachorros. Los miraba dormir.
Acababa de despertar y se dió cuenta que amaba a su familia. Los pequeños cachorritos dormían abrazados entre sí, y JiMin los rodeaba con uno de sus brazos.

Sus pequeños bebés solo habían despertado dos veces en la madrugada para exigir alimento y atención de parte de sus progenitores. SoHei era el pequeño mas travieso, tendía a babear sus mejillas cuando lo tenía en brazos, ShuHei y Hanabi halaban todo lo que tenían cerca, con sus pequeñas manitas. 

Habían pasado ya cinco meses desde el nacimiento de sus pequeños cachorros. En ese tiempo pudo ver el desarrollo de sus pequeños bebés. JiMin disfrutaba de estar con sus cachorros, ya sea cantando para ellos o solo observandolos dormir.
En esos meses no habían parado de recibir regalos para sus cachorros, incluso los amigos de YoonGi los habían visitado y llevaban regalos para los pequeños.

El alfa observaba como su omega cuidaba de sus pequeños bebés. Procurando mantenerlos abrigados, muy saludables y limpios, a veces los encontraba en la sala o en la habitación de los bebés, JiMin cuidando que los pequeños no se lastimaran mientras jugaban entre ellos o con los peluches y juguetes que tenían.
El alfa amaba olfatear a sus bebés, llevaban el aroma a leche y miel junto con la menta y el chocolate.
A diferencia de su pequeña Hanabi, la cachorrita portaba un toquecito ácido muy tenue.

Sonríe cuando mira la pequeña sonrisa dibujada en los labios de sus hijos. Cómodos con el calor de sus progenitores. En esos meses los bebés dormían con ellos, facilitandole a JiMin alimentarlos, a pesar que frente a su habitación estaba la habitación de los bebés.

Disfrutaba las mañanas del fin de semana. Esos meses habían sido cansados para su pareja. Su omega procuraba hacer todo por sí solo, con la excusa que él trabajaba y aun debía estudiar ya que estaba en su último año de universidad. Aún así le ayudaba en todo lo posible. Sí había algo que YoonGi disfrutara era bañar a sus cachorritos. Terminaba mojado y hecho un desastre pero sus bebés no paraban de sonreír cuando sentían el agua mojar sus cuerpecitos. Amaba las sonrisas de sus pequeños.

Notó como SoHei comenzaba a abrir sus ojitos, bostezando y arrugando su naricita. Rió bajito y acarició los cabellos claros de su bebé. El pequeño buscó el contacto de su padre alfa, y sonrió cuando su padre descansó su mano sobre él.

- ¿Yoonnie?- escuchó la voz soñolienta de JiMin, entre sueños su omega había sentido el movimiento de uno de sus cachorros. Miró a su pareja y sonrió.

- Buenos días, amor...- le susurró con una sonrisa. Extendió su mano y acarició la mejilla de su pareja. JiMin le sonrió adormilado.

- Aún es temprano...- le susurra y bosteza. YoonGi lo admira, su alfa esta demasiado encantado mirando a su omega. JiMin es quien se despertaba en la noche, y aunque él intentaba hacerle compañía a veces el cansancio lo vencía, terminaba dormido con uno de los bebés en brazos. Casi siempre era Hanabi quien lo acompañaba. Aunque en ocasiones la pequeña cachorra prefería estar con su omega. Y bueno no puede negar que es la única. A él también le gusta estar con JiMin. Ama cada uno de los detalles que el menor tiene con él. Y es que muchas de sus costumbres no se habían perdido.

El mayor le llevaba pequeños regalos a su pareja, a quien le brillaban los ojos de la emoción por la sorpresa. O sino el menor, le ayudaba dandole pequeñas caricias a sus cabellos cuando se sentía estresado o cansado. Amaba a sus cachorros, pero a veces solo quería estar con JiMin en silencio, y aprovechaba que a sus pequeños bebés les encantaba dormir. Eso a veces lo hacía sentir un mal padre. Aunque JiMin negaba, y le sonreía solo cómo él sabía hacerlo, para relajarlo y darle tranquilidad.

Tanto la madre de JiMin, Eun Ji, y sus padres habían llegado para ayudarles las primeras semanas. Aunque el alfa no entendía como es que JiMin hacía para mantener todo en equilibrio constante. Él nunca encontraba platos sucios en el fregadero, cuando regresaba del trabajo. Tampoco debatía que ropa usar al momento de ir a su trabajo, ya que JiMin dejaba listo su conjunto una noche antes, combinando pantalón, camisa y corbata. Al principio él estaba demasiado sorprendido, es decir, su omega se encargaba de cuidar a sus pequeños cachorros, y él no comprendía cómo el tiempo le daba para hacer todo lo de su hogar, limpiar, cocinar, porque su cena siempre estaba lista al momento se llegar a su hogar, mientras JiMin amamantaba a alguno de sus cachorritos, él solo podía observarlo pensando que su omega era increíble. Y no exagera. En absoluto.

Heridas...Where stories live. Discover now