No puede dormir, da vuelta en su cama, y se desespera.
Mira la hora en su celular y ya es pasada la medianoche.
Coloca sus audífonos y coloca la reproducción aleatoria.
Ni siquiera sabe como calmar la pesadez que esa madrugada conlleva.
Con sus pensamientos torturándolo, y reteniendo las lágrimas que amenazan con salir.
Siente una corriente por todo su cuerpo, y necesita decirlo, por primera vez en mucho tiempo, necesita decirlo.
Por primera vez en años, quiere que alguien escuche lo que lo esta matando, lo que le esta provocando insomnio.
Su cabeza duele, sigue acostado en la cama, y su lobo rasguña su interior, exigiéndole que se desahogue pero al mismo tiempo tratando de consolarlo, pues el entiende que no es fácil.
Luego de guardar durante tanto tiempo silencio, no sabe como expresar lo que esta sintiendo.
Abre la ventana y deja que la ventisca acompañe su falta de sueño, no sabe que hacer, para evitar sentirse ahogado.
Por que así es como se siente.
Ahogado, hastiado de todo.
Aunque ahora hay alguien que se preocupa por él, no quiere aferrarse, por que sabe que en algún momento se irá. Y su lobo comienza a llorar, pidiendo ser escuchado.
Sin darse cuenta, las lágrimas mas amargas comenzaron a salir de sus ojos, envueltas en un llanto tan silencioso que ni siquiera se escuchan los espasmos.
Ama las noches dolorosas, las ama por que a pesar de todo lo que le oprime, amaba a sus padres, esos que estuvieron con él cuando se cayó la primera vez; quería a su hermano, quien lo abrazaba cuando su padre estaba lejos.
Su mente le hace revivir cada momento bueno, pero luego en el disco de sus recuerdos aparecen todos esos momentos que poco a poco lo han ido matado, esos momentos que le quitaron las ganas de vivir, esos momentos que le hicieron llorar en silencio una y otra vez, esos momentos que le habían oprimido el pecho durante meses....
Solo quedaban los tintes de esos momentos agónicos....
Sale de la casa, y decide perderse, hay un pequeño bosque y decide caminar hasta allí, al estar solo con la nieve y la oscuridad clara de la noche, da paso a su lobo.
Un lobo mediano de color blanco.
"- No lo soporto...."
"Lo entiendo..."
"- Y si al final término siendo un estorbo? Y si YoonGi se cansa? Y si nadie puede repararme?"
"Entonces buscarás tu lugar, aunque sea lejos de todo. Y si el alfa se cansa, seremos fuertes. Nosotros mismos nos destruiremos, y comenzaremos de nuevo...las veces que sean necesarias...."
"- Me estoy dando por vencido..."
"Hace días que esto no pasaba..."
"- Hace días que el insomnio no llegaba..."
"Sus voces parecen hacer mas eco..."
"- Siento que te haya tocado un humano tan idiota"
"Solo estamos heridos, cansados, dolidos, tristes, y con deseos de desaparecer..."
Ni él ni su lobo dijeron más.
Caminaban mientras que el lagrimeo silencioso se hacía presente, tanto la parte humana como la parte lobuna lloraban.
Por un lado el lado lobuno quería intentar. El lado humano estaba esperando por desaparecer, creía que tal vez estaría mejor, que las sonrisas de Jungkook y la forma en la que YoonGi tomaba su mano lo aliviarían, y así fue...
Se los agradece...se los agradece por que por instantes le hicieron olvidar el dolor que conllevaba ser él.
No esperaba ver a un lobo un poco mas grande que el suyo.
Despedía un olor agrio y muy fuerte.
"Si hay una pelea, voy a desquitarme, y este la va a pasar muy mal"
Sentenció el lado lobuno al humano. Jimin se sentía pequeño, indefenso y demasiado dolido, como para contradecir lo que su lobo fuese a hacer. Pero en cuanto distinguió un aroma en particular y el gruñido que trato de hacerle entrar en sumisión, su estado cambio a uno lleno de enojo.
Con la luna cómplice, la batalla entre hermanos comenzó.
Ambos lobos mirándose retadores, ambos humanos sintiendo el enojo, aunque en el caso de Jimin había tristeza y dolor infligidos por los recuerdos, recorrer por sus cuerpos.
Mordidas, rasguños, que solo habrían mas heridas.
El lobo blanco dejo ir su pata hacia la cabeza del contrincante quien no estaba listo y no pudo evitar el ataque, recibiendo una herida en su ojo, que un poco más y lo hubiese perdido.
Con su orgullo herido salió huyendo, dando un gruñido que fue contestado de igual manera.
Al verlo desaparecer, el lobo blanco se derrumbó.
"Me pasé..."
"- Estuve de acuerdo...."
"Era el alfa de ChanYeol..."
"-Esto no se si será bueno o malo...solo estoy cansado, agotado. Quería caminar para calmarme pero mira lo que ha pasado..."
Con heridas en su cuerpo, se encaminó de nuevo a la casa de su mejor amigo. Volvió a su forma humana y se dirigió al baño, donde el agua tomaba una tonalidad rojiza.
Tenía rasguños por casi todo el cuerpo, y una pequeña mordida en su brazo...
Verse en ese estado, le recuerda años atrás.
El Jimin de catorce años, siendo golpeado por su hermano, siendo insultado y agredido. El pequeño e indefenso Jimin que corría esperando que su madre lo consolara.
Curó las heridas que parecían graves en su piel, sabiendo que llegarían a sanar.
Pero las de su alma, esas se tallaron con fuerza, esas parecen no querer sanar, por que cada vez siente que se esta hundiendo más...
Ama las noches de insomnio, tanto que por ridículo o absurdo que parezca no puede evitar sonreír en el momento que mira el sol asomarse y avisar que su tortura nocturna ha terminado...
