Capítulo 54: Recuerdos

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Jungkook sabía muy bien lo que haría con su vida, desde un principio, desde que notó que tenía talento para ello, deseó ser fotografo... como lo había dicho cuando YoonGi le preguntó, quisiera tener un estudio de fotografía o de tatuajes, no solo él lo creía así, Jimin también lo había motivado constantemente a hacer lo que mas le gustara, y lo que verdaderamente disfrutara. Su madre y abuela también habían expresado que querían verlo cumplir sus sueños, y que nadie absolutamente nadie tenía el derecho de interponerse, pues eran sus sueños... solo suyos, y él quería ser fotografo.

Recuerda que desde su niñez sufrió abusos rídiculos de parte de sus compañeros de aula y de algunos niños mayores, todo por que su madre se hizo cargo de él sin tener la ayuda de un alfa. El maltrato y los golpes diarios hicieron que se volviera alguien huraño y apartado, no le gustaba relacionarse con nadie... los abusos se detuvieron un poco cuando se presentó como alfa a la edad de diez años, una presentación prematura que lo hizo ver como alguien temible y de respetar dentro de la institucion educativa. Su vida estudiantil fue solitaria, de hecho tampoco le agradaba la nueva atención que recibía de parte de algunas chicas menores y de los chicos de su curso, lo detestaba y mas de alguna vez estuvo metido en alguna pelea.

Siempre solo... y a la defensiva...
Ni siquiera su lobo alfa se inmutaba por algún aroma de los y las omegas mayores, ni siquiera cuando entró a la secundaria, parecía que su lobo estaba en contra de todos esos aromas empalagosos y atosigantes...
Su mirada filosa era dirigida tanto a maestros como a alumnos, una mirada que podía helarte la sangre en segundos, Jungkook se había hecho de una reputación admirable, los alfas mayores incluso le respetaban debido a que su presentación fue a muy temprana edad, sus compañeros incluso trataban de acercarse a él sin embargo no lo permitía, y los omegas presentados o a punto de presentarse trataban de llamarlo, mas él nunca prestaba atención.

Eso fue así hasta que apareció Jimin. Un omega que en parte era detestado y al mismo tiempo muchos querían recibir de su atención. Jimin de inmediato logró mover su estabilidad, en ese entonces todavía no se había presentado y pasaba por beta, la misma mirada que él portaba, el mismo semblante de odio hacia el exterior, pudo verse como en un espejo, incluso lograron asustar a la profesora de matematicas, por las miradas frías y calculadoras que se mandaban. Agradece que ese concurso de matematicas existiera, pues encontró algo que hace mucho había deseado... un amigo.
Jimin siempre fue sincero, ambos cargaban con muchas cosas, mucho dolor, tristeza, resentimiento, frustración, enojo... sin embargo, a medida que se fueron conociendo las cosas tomaron un rumbo diferente, hablaban de las cosas que los atormentaban, de sus pesadillas y de sus miedos, pero también de sus sueños y de lo que disfrutaban hacer, Jimin era su primer amigo real...

El primer cumpleaños que no pasó solo junto a su madre y a su abuela, ya que sus tíos vivían en otra ciudad y aunque no podían visitarlo le enviaban regalos, el primer cumpleaños que pasó junto a su mejor amigo. Y el primer cumpleaños donde lloró como si no hubiese mañana, Jimin le regalaba su primera cámara.

"- He visto que tienes un muy buen enfoque con las cámaras del celular, así que prueba con esta..."

Recuerda cada cosa que le dijo ese día. Esa cámara se volvió parte de sus cosas mas preciadas e invaluables, de esa cámara salieron todas las fotos que tiene en un albúm dedicado solo a ellos dos como mejores amigos.
La vez que fueron al parque de diversiones, cuando trabajaban en su casa por algún proyecto de la escuela, la vez que ambos participaron en la feria de deportes, cuando celebraron el catorce de febrero como mejores amigos...
Eran la típica pareja de amigos que se creía que eran novios, incluso algunos creían que estaban enlazados.

Pero ni Jimin ni él le veían forma para tener una relación, mucho menos en ese momento. Cuando le comentó a Jimin que había encontrado la ubicación de su progenitor, el omega -aún no presentado- le apoyó estando un poquito en desacuerdo. Además fue Jimin quien curó sus heridas, apesar que fue dificil emocionalmente, Jimin nunca lo abandonó, se volvió costumbre que se quedara en su casa, que el menor estuviera allí rondando, las idas a la biblioteca se hicieron mas interesantes, y cada salida juntos reforzó la lealtad, que se prometieron tener en silencio, creciera.

Heridas...Where stories live. Discover now