d i e s i s i e t e

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Realmente me llegaba a hartar tener que verle la cara a Yeji otro día más. No era siempre, solo venía intercalado, pero lo peor es que se quedaba ahí sentada en una esquina sin decir nada, y salía a veces cuando Jungkook quería abusar de mi.

Fuera.

“El funeral de sus padres fue hace más de una semana ¿por qué no estuvo ahí?”

“Déjame en paz Park.”

Pero hoy era diferente o así lo quería creer yo. Hoy era el día, donde saldría de aquí o echaría a perder todo.

Era mi oportunidad.

Él había salido. Me había dejado con la chiquilla, no sabía si la puerta estaba cerrada, pero era un riesgo que afrontaría.

Estaba en el suelo, mis pies demasiado lastimados, después de ese incidente Jungkook no volvió a dejarme sin los grilletes, pero ahora no permitía que las heridas sanaran correctamente. A él no le gusta perder el tiempo curandome y yo no iba a esperar otro día más en ese lugar, a él tocando mi cuerpo de formas que aborrecía.

La veo a ella. Hoy no trae su uniforme y tampoco se que día es. Tiene un vestido lila y unas zapatillas blancas.

Jamás me habla.

“Debe salir de aquí, antes que la desalojen.”

Tomó una respiración sin dejar de mirarla.

Mi mano izquierda buscando debajo de la cama el clavo solo para sentirme un poco más segura. Ella no me mira.

No deseo esperar hasta descubrir que planean ambos. Ella no me ayudará, eso lo se. Puedo verlo cada ves que sus ojos llenos de rencor me miran.

Y yo tampoco iba a quedarme de brazos cruzados. Mi estómago se estruja, era mi única oportunidad y no me importaba tener que lastimar a quien sea con tal de salir.

O morir yo.

—¿Sabes que día es?

Pregunto de forma vaga. Mis manos se sienten frías y tengo que observar mis tobillos lastimados. Ella no me contesta, se mantiene en silencio sin darme una mirada.

—¿No te da miedo? —veo como eso llama su atención, me mira con el ceño levemente fruncido. Y yo me encojo de hombros intentando no tomar el clavo de una vez. —Tu hermano esta realmente desquiciado, podría matarte. Lo hizo con Namjoon.

Quiero ver cual es su reacción. Sus manos aprietan el dobladillo del vestido. La observó fruncir los labios.

—No sabes lo que dices.

Su respuesta es seca.

Me es imposible no reír con ironía.

—¿No? Mírame a mi. Sabes perfectamente lo que él me hace niña. Lo ves frente a tus malditos ojos y ¿para ti es algo normal?

Frunzo el ceño. Ella aún mantiene su rostro un tanto molesto.

—Jungkook no eligió ser así. Tu seguro lo provocaste.

Eso me confunde aún más.

—¿Lo provoque?

Le digo de forma incrédula. Mis dedos pican y la veo a ella apretar más sus pequeñas manos.

Hasta que lo que dice me deja aún más aturdida, aunque mi corazón late con fuerza.

—Él tiene Eremofobia. —le cuesta decir eso. Lo veo. —No puede controlarlo. Tu eres la única que tiene la culpa. Que haya hecho todo esto,—sus ojos se llenan de lágrimas por la rabia que siente. Y solo puedo aferrar mis dedos al clavo.—que le haya hecho esto a Namjoon ¡Solo tu tienes la maldita culpa!

Hostage ➵ jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora