n u e v e

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— Juro, que mi poca paciencia está llegando a su límite —hablo lo más calmada posible aunque por dentro estoy echando chispas. —, podrías hacerme el favor y dejarte el discursito para otro día, tal vez mañana ¿qué te parece?

Asiento, para mirarlo y esperar que no venga con esas estúpidas palabras donde me hace quedar como la villana.

Namjoon está de brazos cruzados, sería buenísimo que se encontrara molesto, pero solo se ve entre asombrado e indignado. No le pareció tan bueno, que me apareciera dos días después de que le pidiera que me cubriera las espaldas en el trabajo.

Qué podía decir.

El "encuentro" que tuve con Jungkook, me dejó algo adolorida. No tenía muchas ganas de ir a la universidad ni mucho menos trabajar. No había visto al pelinegro, pero si lo hacía que era probable; le insultaría porque había dejado marcas en mi cuerpo.

— No trato de molestarte, es solo que me preocupe-..

Sonrío, porque de verdad me causa gracia.

— ¡Pero qué lindo! Sabes, desde pequeña esperaba escuchar eso.

Coloco una mano en mi pecho cambiando mi estado de ánimo de forma drástica y veo como boquea, se que aún mi actitud lo descoloca por momentos y no deja de parecerme alguien torpe e inocente.

“No es una broma señorita Oh, de verdad ellos están muertos.”

Ambos estamos en la gasolinera, desde que puse un pie, "mi jefe" no dudó en darme una charla poco amistosa, donde me habló sobre la responsabilidad, el empeño y más mierda que tuve que escuchar hasta que dió un ultimátum donde si volvía a faltar me echaría a patadas.

— Pensé que te había sucedido algo. Fui a tu departamento, toque algunas veces. Pero no contestabas.

Lo recuerdo, tenía demasiada pereza para salir de la cama, pero eso no debía saberlo él, tal vez una mentira para que dejara de molestarme.

— Estuve enferma, ¿bien? — Namjoon agranda sus ojos dejando de estar con los brazos cruzados. —, no me gusta estar rodeada de personas cuando me siento mal. Ahí, lo tienes.

Paso la mano por mi cabello en un intento por cepillarlo y evito mirarlo, Namjoon a pesar de todo, no se merece eso de mi parte, pero así soy.

— ¿No pudiste pedirme ayuda? SunHee, los medicamentos pude haberlos comprado ¿Cómo te encuentras? ¿Te sientes mejor? ¿Algo te duele aún?

Lo miro por largos segundos, y por solo un breve momento al verlo tan preocupado con la voz temerosa, me siento inquieta por mentirle. Por eso quería que dejara de preguntar, de acercarse a mí.

Era tan tonto.

Y yo tan cruel.

— Estoy mejor. Alguien como yo, necesita de más, para poder estar al borde de la muerte.— intento bromear pero cuando le veo fruncir los labios. Decido dejarlo ahí. — De verdad. Antes.. quería darte las gracias. — esas palabras se sienten ajenas en mi boca. No suelo decirlas hace mucho tiempo. — Por cubrirme y eso. Gracias Namjoonie.

Namjoonie.

Tampoco no suelo decirle así, pero podía hacer una excepción por tratarse de él.

Juro que puedo verle ruborizarse. No es tan notorio, pero veo que mira el suelo para colocar la mano derecha en su nuca. — No fue nada. — si que es modesto. Ruedo los ojos y me dispongo a seguir ordenando los productos de la tienda. — ¿Quieres que te invite a comer?

Me detengo y sonrío de lado. No quiero pensar mal, así que solo me encojo de hombros y asiento a pesar de estar aún de espaldas. Hoy no saldremos tan tarde del trabajo, Namjoon se marcha de la tienda, afuera está comenzando a nevar. Tiene un abrigo grueso jean hasta la cintura y por dentro un jersey negro. Un gorro de lana y espero que no se enferme.

Hostage ➵ jeon jungkookOù les histoires vivent. Découvrez maintenant