~13~

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Rodeamos el mesón de la cocina, todos tenían un poco de hambre a pesar de las bromas el trato de los hijos de Fernando cambiaron de manera significativa, por su puesto ahora me ven como posible amante y futura madrastra casa fortunas con ganas de fama, pues no, no es así. Pero eso es algo que los adolescentes no entienden a la primera.

-¿No tienes novio?- preguntó Valeria un poco cortante, Fernando se aclaró la garganta.

-No, ni esposo ni nada.- agregué con una sonrisa, quería llevar esta fiesta en paz.

-¿Te gusta alguien?- Fernando hijo, fue un poco más directo y miró fijamente a su padre dándome a entender a donde iba la pregunta en concreto.

-Fernando.- riñó su padre.

-Pues no me gusta nadie.- tomé una rebanada de pan y le di un mordisco.

-¿Nadie?- Gabriela preguntaba algo atónita, quizás no se creía nada, pero ¿me lo creía yo? No me gustaba su padre, bueno, sí me gusta, está para comercelo pero solo eso, ¿no? Yo negué y le di otro mordisco al pan.- No te creo, a todos nos gusta alguien.- aseveró ella.

-¿Ah si?- Fernando la miró fijamente, ella se sonrojo y miró hacia otro lado.

-No me interesa estar con nadie...- aseguré, quizás si era un poco más directa esos chicos me tratarían con un poco de naturalidad.

-Mmm...- Fernando tomó su copa de vino y dio un sorbo. Bien, no me estaba mirando nada lindo. ¿Qué pasa? Trague gordo.

-¿Por qué?- Valeria soltó.

-Bueno...- mejor me voy por lo sano quizás se ahorra malos tragos.- las relaciones apestan, así que no me interesa estar en ninguna o que me guste nadie que me arruine la felicidad que tengo ahora. - solté un suspiro. Al menos de momento era así.

-Pero nadie decide a quién querer o gustarle...- Gabriela lo dijo en un tono un poco regañón.

-Bueno pero puedo alejarme de eso antes de quedar en mala onda...- le di un largo trago a la copa. Necesitaba abandonar este tema ya.

-En internet no dice nada sobre tus novios...-Fernando hijo, apartó la mirada del teléfono. ¿Buscaba información sobre mi?

- Porque a nadie le interesa mi vida personal, solo mis obras, trato de ocultarla muy bien.- y cada vez me estaba costando un poco más.

-¿Nunca has amado?- Gabriela estaba en plano sentimentalero, ya sus preguntas estaban cambiando el tono.

-Claro que sí. - y por esa razón no quiero una relación, quizás estoy destinada al fracaso en el amor.-Te hablo con experiencia cuando te digo que me quiero ahorrar ese rollo de salir con alguien...- le di otro trago largo a la copa, comenzaba a sentir calor, no me gustaba hablar de mi vida sentimental, me aplanaba un poco el estado de ánimo.

-¿Qué tan malo pudo ser?- Fernando se apoyó del mesón, muy buena pregunta para soltar la lengua luego de unas copas de vino, porque si hay algo que de resultado es el alcohol para eliminar tabúes.

-Muy mal...- me mordí el labio.

-A ver...- Valeria presionó para que contara.

-Solo si quieres...- agregó Gabriela mirando ceñuda a su hermana, aunque se veía el interés en sus ojos y en los de todos ellos. Suspiré derrotada.

-Bien...- miré el techo. No necesito inspiración para contar eso, necesito no sentirme molesta para que no vean lo mucho que me hubiera gustado matarlo, literalmente. -Estaba por comprometerme, lo conocí en la playa y...me propuso matrimonio debajo de un hermoso árbol luego de 5 años de noviazgo.

-¡Tu pintura!- chilló Gabriela. Valeria tenia los ojos brillantes.

-Si, bueno, nunca llegamos a casarnos, por suerte. Trabajaba mucho, y decidí comprar un apartamento, un regalo para los dos y empezar en otro lugar nuevo para un matrimonio nuevo.- aclaré mi garganta. - Había empezado a mudar mi ropa poco a poco, así que casi no tenia ropa en casa, mi novio no se había dado cuenta, y tampoco le había contado del apartamento. En el fondo sabia que el estaba en algo extraño.- me bebí lo que quedaba en la copa.- Se suponía que estaba de viaje pero volví un día antes y cuando llegué a casa solo lo pude escuchar haciendo gritar de placer a una mujer...

-En su casa...-Valeria se tapó la boca.

-Por suerte no en mi cama, estaban en el cuarto de invitados, recogí la ropa que quedaba, me comí un plato de cereal, dejé mi teléfono, mis llaves y una nota y me fui.

-¿No salió nunca?-Gabriela tenia los ojos abiertos.

-El muy tarado estaba concentrado.

-Pero por una vez...-Fernando hijo, trato de excusar, pero lo corte.

-En todas mis relaciones... mis cuatro relaciones ha pasado lo mismo. Y ya no voy a seguir soportando eso.- no señor, dignidad ante todo.

-Lo siento...- susurró Valeria.

-Nadie murió, tranquila. Por eso ya no quiero relaciones, al menos no por ahora. Vivir esos tragos amargos te dejan sin ganas y necesito recuperarlas.

-Pero el amor es lindo...- Gabriela afirmó.

-Pero duele bastante...- agregué.

-Si sigues así mi hija no se casará por tu culpa.- todos rompimos en risas y el ambiente volvió a ser como antes, risas y cero tensiones. Al menos tenía la confianza de los hijos ganada, pero su padre no apartaba la vista de mi, inquieto Fernando, aprieto las piernas involuntariamente cada dos por tres por su culpa.

Que necesidad de calmar mi calentura me sacaba ese hombre, me pasaba de años, sí, pero estaba divino y lo hacía aún mejor.

Recordar esa historia me calmó contarla no me hizo sentir mal como ocurrían en anteriores ocasiones que llegaba incluso a llorar a moco suelto, eso quería decir que lo había superó y que el dolor quedó en aquel cuadro siendo solo un mero recuerdo.

De una forma bastante indirecta Fernando sabía cuál era mi punto respecto a lo que hacíamos; es solo un juego de cama y lo disfrutaría como tal, no me quiero ver sufriendo nuevamente por tonterías de enamorada, donde la perjudicada sería yo, el es un mujeriego y los hombres como ellos no cambian. Son mis merecidas vacaciones y las iba a disfrutar, a lo grande, y con el cantante disfrutaría un poco más.

Entregada a tí.(EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now