~28~

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No sabía qué hacer, digo, es un evento grande, en un lugar donde va a asistir mucha gente y posibles acosadores y asesinos, no Lucía, no vayas por ese camino es dañino. Este tipo de situaciones eran complicadas por todo lo que mi mente llegaba a imaginarse y que antes no hacía. Me imaginaba mil escenarios catastróficos y mortales. Mis terapias se centraban en sanar eso, pero la cura es lenta y enfermedad es larga.

Vas a estar con Matt y Leo lo cual esta bien, estarás a salvo. Me repetí un par de veces respirando profundo.

Pero por otro lado desde lo que pasó con Timoty he evitado las multitudes, me asustan demasiado, las personas no son buenas, no todas lo son. Al menos estoy rodeada de unos pocos que sí lo son o así parece, no Lucía, no vaya por ahí, son buenas personas tu lo sabes, los conoces no necesitas pensar de esa forma.

Mi teléfono celular sonó y me sobresalte con la música. Me reí un poco al tomar el teléfono sintiéndome tonta.

-Louis cariño...- sonreí.

-¿Y bien?- me preguntó mi amigo.

-¿Y bien qué?- ¿qué clase de mosca le picó hoy? ¿Cómo es que comienzas una conversación con una pregunta? Bueno mucha gente lo hace, pero... simplemente su chispa me preocupaba algunas veces.

-Pues ¿vas a ir al concierto?- por dios el lo sabe esperen, la vida no es una completa casualidad, eso era imposible.

-¡Tu le diste mi dirección!- chillé, no estaba asustada pero era algo extraño, ellos no se conocían de nada, ¿y cómo es qué ahora le da mi dirección al dios del sexo? Me sentía un poco dichosa pues todo el esfuerzo que tuvo que realizar para poder hacer llegar su invitación debió costarle caro, sobre todo si el intermediario era un Louis salvaje lleno de comentarios sarcásticos y llenos de doble sentido.

-Bueno cariño te lo follaste hasta la gloria y esta muy rico debo agregar.- pude escuchar su suspiro al decirlo. Oh dios, lo que tuvo que soportar ese hombre al hablar con Louis lo tuvo que haber dejado traumatizado. Quizás deba apuntarle el número de psicólogo para que lo ayude, uno nunca sabe.

-Demasiado rico- exclamó Jack desde el fondo.

-Pero... ¿Cómo...?- Ahora sí que estaba preocupada por la cordura de Fernando. Después de esta llamada lo apuntaría a una cita, necesitaba charlar y drenar todo el susto que pasó con ese par. Pobre criatura, no todo el mundo podía tolerar la fuerza del huracán que creaba ese matrimonio a su paso.

-El fue a tu estudio, tu no estabas y nosotros sí, pero Mary no estaba segura de darle tu dirección, ella no sabe nada de nada, espero no te moleste que le diéramos algunos detalles para que ella no llamara a la policía y se llevaran al hombre. Y con todo lo que sé que hicieron ustedes...-dejó las palabras en el aire para pudiera entender el camino en el que su mente estaba viajando. Oh diablos, peligro a la vista.

-Lo poco que nos has dicho desgraciada...- Jack se escuchó más cerca esta vez. Casi podía jurar que estaba sobre el teléfono de forma dramática.

-Bueno se la dimos...-resumió- Y...vas a ir, espero. Quizás tengas sexo ardiente en el camerino...

-Uyyyy el camerino nena, piénsalo.- Jack estaba fuera de sí, eso es seguro. Pude escuchar de fondo una serie de gritos y gemidos y lo que presumiblemente eran nalgadas.

-Par de viejas chismosas...- me quejé de ambos.-No me han dado tiempo suficiente de pensar.- me mordí el labio nerviosa. No solo era el hecho de la multitud de personas que estarían aglomeradas cerca de mí, creo que eso era mi propia excusa. Tenía miedo de ver a Fernando, eso era todo lo que pasaba y el motivo de indecisión.

-No hay nada que pensar cariño, sólo hay que vivir.- Sólo tengo que vivir, eso era algo que mi psicóloga me había dicho, debía de empezar a vivir y alejarme de las sombras, sino las sombras me alcanzarían y me tragarían con ellas y sería casi imposible salir de ese lugar oscuro y triste al que quedaré confinada si no me esfuerzo un poco más; yo no quería estar en las sombras, quería escuchar la voz de Fernando y si el destino lo quiere besarlo y ojalá que lo quiera.- Mereces ir a ese concierto- agregó, tratando de presionar mi decisión. Yo también sabía que merecía está distracción y por su puesto, volver a sentir aquella revolución de hormonas que creaba ese hombre en mí.

Quiero que sus manos borren todo recuerdo de otras manos en mi cuerpo y así sin más lo decidí. Viviría, comenzaría a vivir y a disfrutar de mi vida como nunca antes, de una buena vez. Y empezaría por ese concierto, un concierto que espero me deje muchos y buenos recuerdos.

Y además anhelaba que dejara pasión, Dios, que mal estoy por ese hombre. Aún me volvía loca a pesar de todo el tiempo que tenía sin saber de él, verlo y tocarlo e incluso después de todo lo que pasé era un alivio saber que podía pensar de la manera en que lo hago sobre Fernando.

-¡De acuerdo!- chillé emocionada. Estaba decidida a disfrutar está oportunidad del destino que parecía sonreírme poco a poco.

-Eso es cariño...- Jack me felicitó. Se escuchaba como un padre orgulloso cuando su hijo respondía lo que ellos estaban pensando. Aún no me puedo imaginar al matrimonio como padres pero estoy segura que a pesar de todas sus locuras serían unos excelentes papás. Esperaba que nuestra amistad durara lo suficiente como para poder ver eso.

-Recuerda depilarte...- finalizó Louis cortando la llamada. Siempre tan inoportunos, ellos carecían de vergüenza y la palabra pena no existía en su vocabulario. Pero ahora que lo decían...

¡Dios, depilarme! Corrí al baño, el concierto era mañana y yo necesitaba una terapia de cambio completa, empezando por mis partes privadas además de arreglas las ondas rebeldes de mi cabello largo.

Me miré al espejo y sonreí ante la nueva cara sonrojada que reflejaba el cristal, necesito una dosis de Fernando en mi vida para empezar con bien un nuevo capítulo en mi vida.

Chillé emocionada mientras empezaba los arreglos.

Entregada a tí.(EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now