~11~

11.4K 689 12
                                    

-Tu cuadro nuevo...- la hija de Fernando me habló a través de la mesa, estábamos reunidos comiendo un poco. Por mi parte trataba de romper el hielo sonriendo mucho, aunque quizás los asustaba con eso. Deja de sonreír, vamos.

-Gabriela, creo que Lucia esta aquí de vacaciones para no hablar de su trabajo...- reprendió Fernando. Ok mi fan era Gabriela, necesito recodar los nombres.

-Gabriela, continua por favor.- miré a Fernando. - me gustaría saber como van los cotilleos, no a todos les gusta el arte. Y lo entiendo.- digo mirando al hijo de Fernando que arrugo la cara.

-Bueno ha dado mucho de qué hablar...- continuó feliz.

-Espero que buenas cosas...- respondí metiéndome un bocado de pescado en la boca.

-A Valeria no le gusta el arte, pero le han gustado tus cuadros...- esta vez fue el hijo que hizo el comentario. Y su hermana lo miró ceñuda.

-Fernando cállate. Que vergüenza.- eso último lo susurró muy bajo. Me sentí alagada.

-Yo empecé a pintar para mí, estudié lo que me gustaba después de...muchas caídas y no sé cómo, pero estoy en este punto.- los miré a los tres, Fernando hijo suspiró.- lo que quiero decir, es que gracias a esos comentarios he mejorado mi técnica. Y eso es importante para mi, buenos y malos, ayudan, siempre ayudan.

-Aunque hieren...yo como cantante he recibido mis grandes críticas.- suspiró él. Tomó la copa y dio un sorbo. Esos labios. No, Lucia no pienses en eso, sus hijos están en la mesa.

-Mañana podemos ir a la pista de carros, y haremos unas carreras. Tienes que venir...- Valeria dijo en tono feliz.

-Oh si, te va a encantar.- chilló Gabriela.

-Les voy a ganar a todas.- Fernando hijo, se mofó.

-¡Ay por favor!- se quejó Valeria.

-La última vez perdiste...- Gabriela se burlaba de su hermano y los tres se enfrascaron en discusiones de poder y competición.

Fernando y yo no pudimos evitar reírnos de las ocurrencias de sus hijos, parecían odiarse mutuamente, pero a la vez hacían equipos, me mantenían totalmente confundida, pero estaba completamente partida de la risa.

Oh, los adolescentes y sus fáciles vidas. Di un sorbo a mi copa, y creo que estaba empezando a hacer mella en mí, me sentía un poco achispada. El poder de la mirada de Fernando me hizo girar y casi me ahogo con el vino.

Dios, esa mirada, la mirada que había tenido la noche anterior y vaya, como me prende.

Lo quiero comer entero.

Pero sus hijos estarán aquí esta noche, eso no puede ocurrir. Simplemente no puede.

Suspire y me senté en el borde de mi cama.

Quizás mi amigo el vibrante podría  ayudarme con el pequeño caso de histeria que empezaba a sentir. Me tumbe el la cama y volví a suspirar.

Necesito mas licor. Quizás a Fernando no le importe que acabe uno de sus vinos, mañana lo repondría.

-Mejor le pregunto...- susurré levantándome. No se escuchaba ruido alguno, los chicos estaban completamente dormidos. Toqué la puerta pero no salió, la abrí lentamente y asomé mi cabeza, pero no estaba ahí.

Bajé las escaleras.

-Señorita.- Matt me pegó un susto de muerte y me agarré el pecho.

-Diablos Matt.- susurré aterrada.

-Lo siento señorita. Pensé que le agradaría saber que Timotty fue arrestado.- oh, libertad, casa a salvo. Por fin.

-¡Gracias Matt! - chillé feliz.- Que pases buenas noches.

Entregada a tí.(EN EDICIÓN)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن