El principio del fin

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Cruzo la puerta del club, haciendo que Raoul se levantara inmediatamente del sofá en el que estaba sentado acompañado de Ricky, que lo imitaba.

Tenía los ojos hinchados, las ojeras hacían juego con la oscuridad de aquella sala, su perfecto pelo estaba alborotado y sin forma alguna, y las manos le temblaban a los lados de sus piernas.

-Raoul, Raoul, que ganas tenia de verte.

- ¿Dónde está mi familia? ¿Están bien? – Miriam sonreía irónica mientras le hacia un gesto a Ricky para que se levantara hacia la barra. Él sabía perfectamente lo que quería, y así lo hizo, un vaso, y una botella de whiskey.

- Vayamos por partes ¿sí? - el rubio asentía, intentando calmarse- Mira Raoul- daba un trago a aquel vaso- tenemos dos formas de hacer esto, es sencillo. Puedes elegir, la primera opción es la siguiente: Tu me cuentas absolutamente todo lo que sabes, yo te hago un par de preguntas, tu las respondes, y en cuanto terminemos, hago que traigan a tu familia, os vais tranquilamente de aquí, y se acabó. – daba otro trago poniéndose de pie- la otra opción es un poquito peor: Tú te niegas a contarme lo que sabes, yo tengo que recurrir a la fuerza, y quizás tu familia no salga de aquí contigo, o si, pero hacia un hospital. ¿Qué decides Raoul? - el chico agachaba la cabeza

-Te contare lo que sé, pero por favor no le hagáis daño a mi familia- Miriam asentía conforme.

- Bien, empezare haciéndote un par de preguntas. ¿De que conoces a Antonio? - el chico suspiraba, antes de hablar.

- Solo lo conozco de servirle copas aquí, he hablado alguna vez con él, pero la relación que tenemos es solo camarero- cliente

- ¿estás seguro?

- Te lo juro. - Ricky suspiraba, sabía lo que iba a pasar después de eso.

- ¿Sabes qué? Hoy me he levantado casi comprensiva, así que te voy a dar otra oportunidad. ¿De que conoces a Antonio? ¿Y qué tipo de relación tienes con él? - Las manos de Raoul temblaban, no dejaba de apretar los puños, e intentar calmarse- venga Ricky, ponle una copa al chico que se relaje, tráele un vaso- Ricky obedecía

- De verdad solo lo conozco del club, por favor deja que me vaya. - Ella daba un trago a su vaso, cosa que Raoul imitaba, intentando obtener en el alcohol algún tipo de calma.

La paciencia no era una de las virtudes de Miriam eso estaba claro, y menos cuando se trataba de la seguridad de la granadina, y por muy comprensiva que intentara ser, ella sabia como funcionaba la gente, y no estaba dispuesta a perder el tiempo.

Se levanto del sofá, y dando un par de pasos, se posiciono justo frente a Raoul, que la miraba desde allí, sentado, y sin esperárselo, la gallega lanzó un puñetazo contra la cara del chico, que inmediatamente caía sobre el sofá, y se incorporaba llevándose las manos a la ceja, que ya le sangraba

- ¿Qué coño haces? – La gallega sonreía irónica

- Te he dicho que tienes dos opciones, has elegido ir por las malas, pues esto es solo el primer aviso. – Raoul se levantaba de aquel sofá, todavía con la mano en la cara llena de sangre.

- Se acabo, me voy de aquí, y me llevo a mi familia. – Miriam soltaba una pequeña carcajada y haciendo un gesto a Ricky, este con una pequeña llamada perdida hacia que los escoltas entraran en la sala y frenaran a un Raoul que intentaba salir desesperado.

Después de intentar zafarse como pudo, de llorar y gritar por la impotencia, aquellos hombres volvieron a sentarlo en el sofá, esta vez con un par de golpes más en la cara, y la mano de Raoul agarrándose las costillas

-Raoul no teníamos que llegar a esto, puedes colaborar y todo esto se acabara. Es simple.

-Eres mala persona, ¿Qué es lo que quieres?

Bailando sobre nieve// Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora