Tu parte de mi

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- Te pedí que no salieras del coche, mimi ¿De verdad era tan difícil mantenerte 15 minutos en un coche? - La gallega estaba visiblemente cabreada, cosa que mimi no terminaba de entender, claro que respetaba y no pretendía inmiscuirse en sus cosas, pero tan solo había bajado a fumarse un cigarro. ¿De verdad tanto había que ocultar? No tenía demasiado claro si quería saber más o prefería no enterarse nunca de sus negocios. Lo que si sabía es que Miriam tendría que cambiar muchas cosas en su actitud si quería mantenerla cerca. No era su propiedad, no podía tratarla como si fuera una cría a la que proteger y educar.

-Para el coche- Miriam volvía la vista hacia mimi- Para el coche por favor- la granadina relajaba el tono, quería entenderla, quería que esto, fuera lo que fuera, empezara bien, y para eso tenía muchas cosas de las que hablar.

Miriam bufo cabreada, pero se hizo a un lado en la carretera, y mimi aprovecho para bajarse del coche. Después de dejar un golpe en el volante, y maldecir a unos cuantos santos, la gallega también abandonó el vehículo. Echó un vistazo, encontrándose a mimi sentada en el borde de una fuente, y se acercó a ella, sentándose a su lado.

Las dos guardaron silencio durante unos momentos, la tensión se respiraba en el ambiente. Miriam apretaba aquel bordillo con sus manos, con fuerza. Y para mimi el estado en el que estaba no pasaba desapercibido, pero tendría que aprender a relajarse, no todo iba a ser como hasta ahora. Por una vez en su vida, alguien tenía que decirle como no hacer las cosas.

-Mimi...- era la gallega quien rompía el silencio, aunque no conseguía que la granadina girase su vista hacia ella. - Mimi...- quería que la mirara para hablar con ella, odiaba cuando alguien no la miraba a los ojos, y más si se trataba de discutir. Se podía ver mucho más en la mirada de una persona que lo que sus palabras dicen, eso era algo que Miriam había aprendido con los años, y con los negocios y la gente con la que había tratado.

La granadina giró su vista por encima de su propio hombro para mirarla.

- ¿Podemos hablar? - levantaba los hombros sin emitir palabra- Venga mimi no me jodas, ven aquí- la gallega agarraba su mano y tiraba de ella, para girarla y quedar frente a frente. Pero mimi apartaba su mano de ella. - ¿En serio? Yo no entiendo nada mimi de verdad....

- ¿No lo entiendes? Te lo explique minutos antes de salir de tu casa, yo no soy ni voy a ser nunca una de tus "señoritas de compañía". A mí no me puedes tratar como quieras, no puedes pretender que sea tu juguete o que actúe siempre bajo tus órdenes. ¿Qué mierda estabas buscando Miriam? ¿Un animal de compañía? ¿Qué silbaras y meneara el rabito a tu antojo? Te aviso desde ahora, yo tengo mi vida, mis amigos, mis cosas, y tú no vas a pasar por encima de ellas.

- Mimi...yo nunca he pretendido alejarte de nadie ¿De qué hablas? Ni quiero que estés bajo mis órdenes. No se trata de eso...joder ya te he dicho que esto es peligroso, solo intento protegerte. ¿Eso es malo?

- No te conocía hasta ahora, sé protegerme solita. Andrés te hablo de él, y de las formas en las que me apartasteis de él. Espero que no tenga ningún tipo de problema por haber hablado conmigo Miriam- la gallega asentía- Te hablo de Antonio, que por mucho que tu sepas como es, y que te empeñes en decirme lo malo, hasta hoy era un amigo, y no tengo porque despreciarlo, o no dejar ni que me hable. Creo que ayer te di una oportunidad, después de cómo me sacaste de la fiesta, hemos hablado las cosas, y está bien, yo no quiero meterme en tus negocios Miriam, son tuyos y listo. Sé cuáles son las normas, pero no pretendas tener una marioneta a tu lado, porque entonces aléjate ahora que estas a tiempo...

Miriam agachaba la cabeza, seguía pensando que no era tan malo intentar protegerla. Antonio nunca había pretendido nada bueno de ella, ¿Cómo podía dejar que se le acercara, así tan tranquilamente? Es que Miriam no era así, ella no solucionaba las cosas así. Tenía miedo, con Andrés tenía miedo de que pudiera contarle a mimi todo lo que hacían, pues sí, trabajaba para ella, y aunque no conocía todo al detalle, sabia básicamente lo que hacían porque el formaba parte de eso. Aunque estaba segura de que no hablaría demasiado, después de las advertencias de su escolta.

Bailando sobre nieve// Miriam²Where stories live. Discover now