Mas que a mi vida..

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Frenó en seco el coche en cuanto llegó al descampado donde sus "trabajadores" la esperaban con lo poco que habían encontrado.

Miriam estaba nerviosa, nerviosa y asustada pues esta vez era de la seguridad de Mimi de lo que hablaban. Y Andrea había estado más cerca de ella, de lo que nunca pudo imaginarse que conseguiría, y eso le aterraba.

Tenía claro que aquella mujer tenía que estar llena de rencor hacia ella, la sed de venganza podía ser horrible, después de todo lo que le había hecho a ella, y a su familia. Y por supuesto todo eso no podía traerles nada bueno.

La granadina estaba muerta de miedo, en aquel asiento. Jugueteaba con el cinturón de seguridad sin saber demasiado bien que debía hacer o decir. Ver a Miriam en ese estado de ansiedad no hacía más que agrandar sus temores.

Ella era todo lo que conocía por sentirse segura, y si ese punto flaqueaba, todo se torcía.

- Quédate en el coche- sin darle tiempo de reacción, la gallega cerró de un portazo, bajándose del coche.

¿Pero cómo iba a quedarse ahí sola? ¿Quieta? Ni ella misma, ni sus nervios se lo permitían. Así que, sin dudarlo, abrió su puerta y comenzó a caminar hacia ella, y sus "trabajadores". No dijo ni una sola palabra, así que Miriam no reparo en su presencia.

Y no lo hizo, no por lo que Miriam pudiera recriminarle, sino porque su mente no encontraba la manera correcta de estructurar una frase con sentido, eso y que en cuanto abriese la boca, podría dejar salir perfectamente aquel nudo que se le había instalado en la garganta y no era el momento.

La gallega se giró ante el gesto de cabeza de uno de sus chicos, y por supuesto que su primer instinto fue coger a mimi de la mano y volver a llevarla al coche. No era lugar para ella. Pero fue incapaz de hacerlo en cuanto le vio la cara. Se veía a leguas lo asustada que estaba, lo frágil e indefensa que se sentía en ese momento, y no podía pretender dejarla sola y en ese estado dentro de un coche.

Extendió su mano hacia ella, y la granadina tardó segundos en aferrarse a ella, como quien encuentra un trozo de madera varado en medio de un puto océano. Su salvavidas.

Un chico en el suelo con la cara ensangrentada, murmuraba algo que mimi no era capaz de entender, mientras dos de los chicos de Miriam revisaban el coche, que tan solo hacía unos minutos llevaba aquella mujer que Mimi no había sido capaz de reconocer, Andrea.

- Leona, tiene a alguien que le está ayudando. Estoy seguro. Es imposible que desaparezca así de rápido sin la colaboración de alguien.

- ¿Qué habéis sacado de él? - señalaba hacia el chico que todavía estaba en el suelo.

- Poca cosa, que él solo vio como un coche frenaba a toda velocidad, y de él se bajaba una chica mirando hacia los lados nerviosa, pero que enseguida vino un coche, un buen coche según él, en el que se subió, y salieron a toda prisa. Alguien la estaba esperando.

- ¿Tenéis matricula, alguna cámara de seguridad, algo más que se pueda saber? - el chico negaba con la cabeza

Miriam se agachaba soltando por un momento la mano de mimi, hacia el chico que estaba en el suelo.

- ¿Estás seguro de que no puedes darnos más información? - negaba con la cabeza- No sé porque creo que te estas dejando un par de detalles. Venga, esfuérzate un poco- a mimi no le gustaba nada el tono con el que se estaba dirigiendo al chico, que bastante tenía ya con haberse llevado esos golpes, sin haber hecho nada.

Solo hizo falta un grito por parte del chico, para que a la granadina se le erizara cuerpo entero. Y entonces sí, tuvo que dar dos pasos hacia atrás. No podía reconocerla, no así, no haciéndole daño a la gente.

Bailando sobre nieve// Miriam²حيث تعيش القصص. اكتشف الآن