Te mando flores

1.6K 113 16
                                    


- Me da igual la política que tenga en sus operaciones, mimi no va a entrar en ese quirófano mientras yo no sepa exactamente quienes van a realizar la operación, nombre y apellidos de las enfermeras, de los médicos, cirujanos, anestesista y de todo, hasta del tipo que se encargue de limpiarle el sudor al cirujano, absolutamente todo el que vaya a entrar en esa sala.

- Señorita Rodríguez la privacidad de nuestros empleados es algo inquebrantable, si yo le proporcionara la información que usted me pide estaría cometiendo un acto ilegal. Es imposible- el estado alterado de la gallega hacia que la incomodidad del director de aquel hospital creciese por momentos, sabía perfectamente quien era y como se manejaba. Él también se había preocupado de saber con quién trataba, y verla en ese estado solo podía significar una cosa

- Esta bien- Miriam intentaba calmarse dentro de aquel despacho- tiene que haber una solución, entiendo que no pueda facilitarme toda la información, así que usted mismo va a hablar con todos los que vayan a participar en esa operación, y me daré por contenta si yo personalmente veo las caras de todos, y me aseguro de que ellos mismos me faciliten al menos su nombre y apellidos. ¿Está de acuerdo? - el doctor asentía, era mejor darle la razón, y si aquellas personas estaban dispuestas a darle sus datos, entonces él no tendría ninguna responsabilidad legal sobre esa información. – Una cosa más, intente reducir el número de personas que van a estar allí, al mínimo, solo la gente imprescindible, por supuesto los mejores, eso falta decirlo.

- Así será no se preocupe, pero tendremos que aplazar la operación, al menos hasta mañana. Es imposible que ubique tan rápido al personal y que tengamos sitio en el quirófano para hoy después de que usted obtenga la información que necesita.

- Eso no será un problema, si tenemos que esperar, esperaremos, organice el encuentro hoy por la tarde, tiene mi numero avíseme cuando lo tenga todo listo. -El doctor asentía, clavando la vista en su ordenador mientras Miriam abandonaba el despacho a toda prisa.

Las dudas de que la mujer de esa mañana fuera Andrea, cada vez lo eran menos, y empezaba a tenerlo claro. ¿Pero cómo? ¿Cómo se enteraba siempre de sus pasos? ¿Cómo sabia donde y cuando encontrarlas? Antonio, esa era la única opción posible para ella.

Pero aun teniendo más que claro que Antonio tenía algo que ver en aquello, ¿De dónde obtenía él la información? Había alguien que estaba traicionándola, lo sabía y se iba a encargar de averiguar quién había sido, y tomar cartas en el asunto.

- Hola chicos- Mimi, su madre, y los chicos se giraban al verla entrar en la habitación. - ¿Alguna novedad?

- No ha pasado nadie por aquí. - añadía Ricky- solo hemos estado nosotros, ¿va todo bien?

- ¿Podemos hablar un momento a solas Ricky? - el mallorquín se levantaba para salir de la habitación con ella. Al fin y al cabo, él siempre había sido de su confianza, siempre le había sido leal, y ahora mismo no se fiaba de nadie a su alrededor.

- ¿Qué pasa Miriam?

-Vamos a por un café y hablamos. - Los dos se dirigieron a la cafetería de aquel hospital mientras las chicas se quedaban intentado relajar los nervios de mimi, que todavía no sabía que habían aplazado la operación al día siguiente.

Con los nervios de todo lo que estaba ocurriendo, su preocupación por la salud de la granadina, y los problemas relacionados con sus negocios desde que los tenía más desatendidos, Miriam había descuidado un poco el cómo se sentía mimi en esos momentos, aun sabiendo que era su máxima prioridad, a veces no todo dependía de darle todo lo mejor, económicamente hablando, a veces simplemente la necesitaba a ella, a ella y su calma, su paciencia, y su forma de hacerla sentir segura.

Bailando sobre nieve// Miriam²Where stories live. Discover now